VAIAKHÉL: SORIÁ Y EL PODER DEL NETILÁT
IADÁIM
Todas las palabras del mundo
retornan a la fuente de la raíz desde la cual emergieron y durante algunas
noches cada una está destinada a tomar lo que le corresponde porque de noche,
todo vuelve a su raíz. Esto es así porque el alma camina y vaga y retorna a la
raíz que ella merece desde arriba, y el cuerpo se queda quieto como una roca,
retornando a su lugar adecuado para estar allí, es decir que la Sitrá Ajará (El
Otro Lado) estará en éste después de su muerte. Por esta razón, el cuerpo
retorna a su lado y el alma retorna a su lado.
La Sitrá Ajará está sobre el cuerpo
que ha retornado a su lado. Por esta razón, sus manos se vuelven impuras y él
debe lavarlas porque de noche, todo retorna a su lugar, a su raíz. Y las almas
de los justos ascienden y retornan a sus lugares, a sus raíces, a Maljút, de la
cual nacieron y Maljút se corona con ellos, incorporada en todos los lados,
arriba y abajo. En ese momento, la gloria del Creador asciende y es coronada
con todo.
Existen encargados que dominan sobre
la noche, designados sobre esas almas de los justos, para elevarlas y ofrecerlas
como una ofrenda de aroma a su Señor. El nombre del encargado superior que fue
designado sobre estos campamentos es Soriá. Debido a que el alma sube a través
de todos esos firmamentos, se le conduce ante él, él la huele como está
escrito: “VAHARIJÚ BEIRÁT ADO-NAÍ - E inhalará el aroma del temor del
Señor” (Ieshaäiáhu/Isaías 11:3), como lo hará el Rey Mesías en el mundo. Ante
él pasan todas las almas que están a su cargo para acercarse a Maljút.
Cuando todas las almas que se han
acercado a Maljút son vistas allí, todas las almas están incorporadas en el
punto de Maljút, y ella las toma de una vez como si tragara algo. Se impregna
con ellas como una mujer que ha sido impregnada. Este asunto es para aquellos
que moran sobre Midián, cuando este punto se impregna como una mujer que es
impregnada. Ella disfruta con la alegría de que un alma de este mundo haya sido
incorporada en ella, por estas obras y por la Torá de la cual se ocupó durante
el día. Ella toma la voluntad de este mundo y disfruta de ella con alegría y
está completa en todos los lados, arriba y abajo.
Después Maljút las hace salir y las
hace nacer como antes, pues las almas son los vástagos de Maljút y el alma es
ahora tan nueva como cuando nació la primera vez como está escrito:
“JADASHÍM LABBEKORÍM - Nuevas son cada
mañana” (Ejá/Lamentaciones 3:23), en relación a las almas, que se renuevan cada
mañana. Está escrito: “RABBÁ EMUNATÉJA -
Grande es tu fe”. Maljút que es la fe, es grande, capaz de incorporar a las
almas, llevarlas dentro de ella, hacerlas salir cuando se renuevan. Es debido a
esto que recibe a los otros de arriba durante el día.
(Zóhar, Vaiakhél)
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