VAIAKHÉL: EL QUE SEPARA ENTRE LO
SAGRADO Y LO PROFANO
אֶת־הָאָרֹן וְאֶת־בַּדָּיו אֶת־הַכַּפֹּרֶת וְאֵת
פָּרֹכֶת הַמָּסָךְ
ET-HAARÓN VE´ET-BADDÁV ET-HAKKAPPÓRET
VE´ÉT PARÓJET HAMMASÁJ
“El arca, y sus varas, la cubierta,
y el velo de la tienda” (Shemót/Exodo 35:12)
Había una división entre el Kódesh
HakKodashím (Sancta Sanctórum) y el resto del Tabernáculo. Esto nos enseña que
hay distinciones en la vida entre lo que es corriente y lo que es muy especial.
Las oportunidades que Shabbát, Rósh Jódesh y las Jaguím (festividades) nos
brindan, cada una en particular, son únicas. Es valioso conocer estas ventanas
de tiempo para poder hacer un esfuerzo especial y enfocar toda nuestra energía
en nuestra conexión.
Por este motivo, a nadie se le permite
entrar en el Kódesh HakKodashím en este mundo, excepto al Kohén HagGadól (Sumo
Sacerdote) que viene del aspecto de Jésed, puesto que nadie entra en ese lugar
arriba, esto es, Iesód de Maljút, llamado Sion, excepto lo que se llama Jésed
de Zéër Anpín, el aspecto del sumo sacerdote que entra en el Kódesh HakKodashím.
Maljút se mitiga y el Kódesh HakKodashím es bendecido en lo más profundo, que
es el lugar llamado Sion. Sion y Jerusalén son dos grados: uno la Misericordia
(Jésed) y el otro el Juicio (Din). Sion es la misericordia, como está escrito:
“TZÍON BEMISHPÁT TIPPADÉ - Sion será rescatada con justicia”
(Ieshaäiáhu/Isaías 1:27), siendo la justicia la Misericordia; Jerusalén es el Juicio,
como está escrito: “TZÉDEK IALÍN BÁH - En ella habitó la equidad” (Ibíd. 21)
siendo la equidad el juicio, como explicamos.
(Zóhar, Haazínu 47:194)
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