LA LETRA י IUD

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LA LETRA י IUD   Por Kabbalah y Torah en Expansión   La letra י ‘Iud’, un pequeño punto suspendido, revela la chispa de bondad esencial escondida en la letra ט ‘Tet’. A continuación del ‘Tzimtzum’ inicial (la contracción de la ‘Or En Sof’ (Luz Infinita) de HaShem para hacer “lugar” a la Creación), quedó dentro del ‘Jalal’ (“espacio vacío”) un punto potencial e individual o ‘Reshimú’ (“impresión”). El secreto de este punto es el poder del Infinito de contener el fenómeno finito dentro de Sí Mismo, y expresarlo en la realidad externa aparente. Una manifestación finita comienza de un punto de dimensión cero, luego se desarrolla en una línea unidimensional y una superficie bidimensional. Esto está insinuado en la escritura completa de la letra י ‘Iud’ יוד (iud-vav-dálet): “punto” (iud), “línea” (vav), “superficie” (dálet).   Estas 3 etapas corresponden en Kabbalá a: “punto” (Nekuddá), “espectro” (Sefirá) y “rostro” (Partzuf). El punto inicial, el poder esencial de la letra

PARASHAT VAIAKHEL - (Shemot/Éxodo 35:1-38:20) - Fortalecer conciencia de tratar con dignidad humana


PARASHÁT VAIAKHÉL - (Shemót/Éxodo 35:1-38:20) - Fortalecer conciencia de tratar con dignidad humana

EL PODER DE LA RENOVACIÓN

וַיֵּצְאוּ כָּל־עֲדַת בְּנֵי־יִשְׂרָאֵל מִלִּפְנֵי מֹשֶׁה

VAIETZÚ  KOL-ÄDÁT  BENÉ-ISRAÉL  MIL´LIFNÉ  MOSHÉ

“Y toda la congregación de los hijos de Israel salieron de delante de Moshé” (Shemót/Éxodo 35:20)

¿Por qué está escrito que “Y toda la congregación de los hijos de Israel salieron”? En verdad, fueron sus seres físicos los que salieron”, pero sus almas se enfocaron a su interior. Hay una lección muy importante sobre aquellos que buscan ir a su interior con el propósito de crecer espiritualmente. Recibirán sabiduría, una conexión con una persona justa, la totalidad de la Torá, y la Luz del Creador.

Por otro lado, Rabbí Menajém Mendel de Kotsk (1787-1859 e.c) escribió que si rezamos y aun así no cambiamos internamente, es peor que si no hubiéramos rezado en absoluto; en verdad, se nos considera gente malvada. La razón por la cual algunas personas siguen sin cambiar con sus oraciones es que no se extienden; no van a su interior ni se abren a la Luz del Creador.

La parashá Vayakhél nos ofrece otra oportunidad para conectar con el poder de la renovación: de transformarnos y abrirnos a recibir la Luz del Creador.

El objetivo del trabajo espiritual no es simplemente hacer acto de presencia para “adorar” en Shabbát. El verdadero propósito es participar en un Shabbát con el fin de hacer una conexión con la Luz para que podamos utilizarla a lo largo de toda la semana. Y lo que es aún más importante que simplemente hacer la conexión con la Luz del Creador es que hagamos uso de esa Luz y que se quede con nosotros en los días posteriores.

Hay una historia de un hombre pobre llamado Ioséf que vivió hace muchos años en Jerusalén. Ioséf necesitaba encontrar trabajo desesperadamente para mantenerse a sí mismo y a su familia. Una noche, tuvo un sueño sobre un tesoro que estaba enterrado bajo un palacio en la ciudad de Vilna, en Lituania. Aunque Vilna estaba en el norte de Europa, a miles de millas de Jerusalén, Ioséf decidió ir allí para encontrar el tesoro.

El viaje le tomó cuatro meses. Cuando Ioséf llegó al palacio, tuvo que confrontarse inmediatamente con los guardas del rey. Ioséf estuvo tentado de mentir sobre las razones de su largo viaje. Pero decidió que decir la verdad era lo mejor que podía hacer, puesto que no había hecho nada malo. Así pues, Ioséf le habló al capitán sobre su sueño.

Mientras el capitán escuchaba a Ioséf, se reía. “Si escuchara todos mis sueños, estaría en Jerusalén ahora mismo. Verás, justo anoche tuve un sueño sobre un hombre que tenía un tesoro enterrado debajo de su casa”.

En el instante en que las palabras salieron de la boca del capitán, Ioséf entendió la auténtica razón de su viaje: aprender que, después de todo, el tesoro estaba debajo de su propia casa.

La lección en esta conocida historia es que el tesoro que buscamos está justo en nuestro jardín. Pero para mí, la lección más profunda es entender que cuando hacemos nuestras conexiones en Shabbát o en las festividades, “ir al servicio” no es el objetivo final sino más bien el medio para lograr un objetivo final. No terminamos el trabajo con sólo haber hecho el viaje, esto es, con sólo decir las Tefil´lót (oraciones) y escuchar la lectura de la Torá. La clave es lo que sucede después: debemos regresar a nuestras vidas, a nuestros hogares, y tomar acción allí con la Luz que hemos recibido.



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