LA LETRA י IUD

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LA LETRA י IUD   Por Kabbalah y Torah en Expansión   La letra י ‘Iud’, un pequeño punto suspendido, revela la chispa de bondad esencial escondida en la letra ט ‘Tet’. A continuación del ‘Tzimtzum’ inicial (la contracción de la ‘Or En Sof’ (Luz Infinita) de HaShem para hacer “lugar” a la Creación), quedó dentro del ‘Jalal’ (“espacio vacío”) un punto potencial e individual o ‘Reshimú’ (“impresión”). El secreto de este punto es el poder del Infinito de contener el fenómeno finito dentro de Sí Mismo, y expresarlo en la realidad externa aparente. Una manifestación finita comienza de un punto de dimensión cero, luego se desarrolla en una línea unidimensional y una superficie bidimensional. Esto está insinuado en la escritura completa de la letra י ‘Iud’ יוד (iud-vav-dálet): “punto” (iud), “línea” (vav), “superficie” (dálet).   Estas 3 etapas corresponden en Kabbalá a: “punto” (Nekuddá), “espectro” (Sefirá) y “rostro” (Partzuf). El punto inicial, el poder esencial de la letra

PARASHAT TETZAVÉ: TODOS AQUELLOS COMO MOSHE


PARASHÁT TETZAVVÉ: TODOS AQUELLOS COMO MOSHÉ

En el capítulo de Tetzavvé no se menciona el nombre de Moshé en ningún momento. Después del pecado del Becerro de Oro, Di-s quería destruir al pueblo de Israel. Moshé desafió a Di-s y dijo: “Si traes la destrucción al pueblo, entonces borra mi nombre de tu Libro”. Di-s no destruyó al pueblo, pero aun así el nombre de Moshé fue borrado del capítulo de Tetzavvé.

El Zóhar dice:

A quién tenemos que sea más grande que Moshé, quien dijo: “VEIM-ÁIN  MEJÉNI    MISSIFREJÁ  ASHÉR  KATÁVTA - Y si no, ráeme ahora de Tu libro que has escrito” (Shemót/Éxodo 32:32). Esto dijo por el bien de Israel, y aunque el Santo, Bendito Sea Él, cumplió su deseo y perdonó a Israel, aun así no se le ahorró el castigo, pues ya se ha señalado que su nombre no se menciona en la porción de Tetzavvé, sino que ha sido borrado de allí. Y esto ya se ha enseñado. Y quién tenemos más grande que el rey David, quien dijo: “AMÁRTI  ESHMERÁ  DERAJÁI  MEJATÓ  VILSHONÍ  ESHMERÁ  LEFÍ  MAJSÓM  BEÖD  RASHÁ  LENEGDÍ - Yo dije: Atenderé a mis caminos, para no pecar con mi lengua; guardare mi boca con freno en tanto que el impío esté delante de mí”. (Tehil´lím/Salmos 39:2). ¿Cuál es el significado de: “BEÖD  RASHÁ  LENEGDÍ - En tanto que el impío esté delante de mí?” Esto se refiere a aquel oficial que fue asignado a aquel que se maldice a sí mismo, y toma esa palabra para hacer daño a un hombre, como es Arriba.

(Zóhar, Pinjás 93:643)

¿Fue la ausencia del nombre de Moshé algún tipo de castigo? ¿Por qué podría ser castigado Moshé? Moshé sólo quería que Di-s perdonara al pueblo. Él protestaba de una forma en la cual Noé no lo hizo. ¿No hizo Moshé lo que se nos enseña a todos para conectar con la luz: pensar en los demás antes que en nosotros mismos? ¿Acaso no se nos enseña que Di-s no castiga, que sólo existen los efectos de nuestras acciones? El Zóhar dice que la petición de Moshé por la misericordia de Di-s sobre los israelitas no podía prácticamente considerarse como una acción negativa que ocasionaría una consecuencia negativa.

Por lo tanto, es mal consejo para una persona que se maldiga a sí misma cuando está enojada, puesto que muchos adversarios están esperando a aceptar estas palabras, lo cual significa que su maldición se hará realidad. En otro tiempo, cuando Moshe pidió la muerte en el episodio del becerro de oro, diciendo: “Y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito” (Shemót/Éxodo 32:32), ellos no lo aceptaron de él porque todo era para el beneficio de los hijos de Israel.

(Zóhar, Behaälotejá 24:138)

La parte más importante, aunque difícil, de nuestro trabajo espiritual, es la restricción de nuestro ego. Hay una historia divertida sobre un sabio a quien le encantaba jugar al golf que demuestra la forma en la que la necesidad de aprobación de nuestro ego limita nuestra plenitud.

Un Ióm Kippúr, un maestro espiritual iba de camino a su lugar de culto cuando oyó una voz interior: era la voz del Deseo de Recibir Sólo para Uno Mismo. La voz dijo: “¿Por qué vas a rezar? ¿Qué vas a obtener de eso? No lo disfrutas realmente. ¿Por qué no te vas a jugar al golf?”.

Así lo hizo el sabio, y justo cuando empezó a jugar, logró un hoyo-en-uno. ¡Asombroso! Es más, logró un hoyo-en-uno en cada golpe. Completó los dieciocho hoyos en dieciocho golpes. Estaba eufórico con su maravillosa actuación, hasta que se dio cuenta de que no podía contarle a nadie lo que le había pasado porque, después de todo, ¿cómo podía estar jugando al golf en Ióm Kippúr?

La naturaleza de nuestro ego requiere que otras personas admiren lo que hacemos. Queremos ser respetados y aceptado por los demás todo el tiempo, mayormente porque no nos aceptamos ni nos respetamos a nosotros mismos. Por el contrario, vemos la grandeza de Moshé, quien eligió aniquilar las necesidades de su ego.

Moshé trabajó toda su vida para revelar y servir a la Torá, pero en un solo momento estuvo preparado para renunciar a todo y anularse a sí mismo y a todo su trabajo de la conciencia de las generaciones venideras.

Tal como nos enseña el Rav Berg, aquel que no quiere ser nadie es realmente quien es alguien, y la persona que quiere ser alguien en realidad no es nadie. Moshé no quería ser nadie, y por este motivo fue capaz de crear los medios para que nosotros podamos conectarnos con la Luz del Creador mediante nuestros propios esfuerzos.

En una de sus cartas, Rav Brandwein escribió:

En el Talmúd, Tratado Nedarím 38, está escrito: “Rabbí Iojanán dijo: 'Di-s sólo coloca Su Shejiná sobre aquel que es poderoso, sabio, rico y humilde, y todos aquellos como Moshé! Sin embargo, en el Tratado Shabbát está escrito, ¿por qué Moshé?” Es diferente que lo que nuestro Maestro ha dicho sobre la Shejiná sagrada, que sólo se coloca sobre aquellos que son poderosos, sabios, ricos y de elevada estatura. Uno que es humilde y uno que es de elevada estatura son dos cosas contradictorias, y parece que los dos dichos se contradicen entre ellos. Está escrito en el Zóhar que uno que es menos, es grande. Ello prueba en el verso: “VAIHIÚ  JAIÉ  SARÁ  MEÁ  SHANÁ  VE´ËSRÍM  SHANÁ  VESHÉVA - Y fue la vida de Sara de cien año y veinte año y siete años” (Bereshít/Génesis 23:1). Cuando se menciona cien, que es más numeroso, está escrito 'un año' en singular. Y cuando llega a siete, que es el menor, está escrito 'años' en plural (Rev. Zóhar, Sheláj-Lejá, parágrafo 210). Así pues, vemos de esto que no hay contradicción, porque grande significa también uno de elevada estatura; de forma similar, menor significa humilde, y todo es lo mismo. Por lo tanto, uno que tiene una gran estatura es humilde.

En este Parashá tenemos una mayor conexión con Moshé y con nuestra propia humildad que en cualquier otro.

Rabbí Itzják Luria (el Arí) nos enseña que cada generación tiene su propio Moshé, quien puede ser cualquier persona.

Ciertamente Moshé es igual a todo Israel, pues los sabios dijeron que Moshé era merecedor y transmitía su merecimiento a muchos, por lo que el mérito común depende de él. “VE´ET-ÄTZUMÍM  IEJAL´LÉK  SHALÁL - Y con los fuertes repartirá despojos” (Ieshaäiáhu/Isaías 53:12) porque él recibía su propia parte de Di-s, y el resto de los justos recibirán su parte “por cuanto derramó su vida hasta la muerte” (ibíd.) en cada generación. Este es el significado de que “Moshé, Moshé” (Shemót/Éxodo 3:4) no lleve un acento interruptivo, para indicar que el viene de nuevo en cada generación. “...VE´ET-POSHEÏM  NIMNÁ  VEHÚ  JET-RABBÍM - Y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos” (Ieshaäiáhu/Isaías 53:12) porque, a través de él, el pecado de generaciones fue redimido completamente, junto con el pecado de Adám y Javvá, quienes son grandes maestros.

(Kitvé HaArí - Las Escrituras del Arí, Compilaciones de la Torá 6, Vaetjannán, 9)

Cada día tenemos las oportunidades para ser como Moshé, pero no las vemos o no actuamos en consecuencia. El vidente en la historia del Rav Itzják Kadduri adquirió tremendos poderes del Nombre de Di-s que vemos a diario en nuestros siddurím (libros de oraciones). Si pudiéramos experimentar el mismo asombro por la Luz que se nos ofrece libremente, conectaríamos realmente con la Luz del Creador. No necesitaríamos dinero, estatus o posesiones. Lo sabríamos todo y podríamos hacerlo todo. Entonces, ¿qué nos retiene? Como concluimos de esta lectura, nada; excepto nuestros deseos basados en el ego.

Moshé es conocido por haber ascendido a un nivel de mitad ángel, mitad hombre. (Midrásh Rabbá, Vaikrá/Levítico 30:13). Muchos honrarían su mitad angélica. Pero la grandeza de Moshé estaba en el Moshé hombre. Fue una persona real que vivió y superó los desafíos de una vida real. Un tzaddík (persona justa) alcanza un nivel más elevado de conciencia que un ángel. Para los seres angélicos, no hay una cortina que los separe de la Luz. Por este motivo, los ángeles no tienen libre albedrío. No hay un Satán que desafíe su visión de la realidad. Ellos sólo ven Luz. Por otro lado, una persona justa experimenta las limitaciones y obstrucciones que el Satán coloca frente a ella, pero se eleva por encima de éstas, lo cual es una tarea infinitamente más desafiante.

El mayor nivel que podemos alcanzar en nuestro trabajo espiritual es el de ser un auténtico ser humano. Esto es más importante que estudiar o entender. A menudo podemos olvidarnos de esto a medida que aumentan nuestros conocimientos. Podemos volvernos demasiado píos y olvidarnos de quiénes somos realmente y lo que vinimos a hacer aquí. Si un aumento de nuestro conocimiento causa la pérdida de nuestra humanidad esencial, habría sido mejor que no hubiéramos empezado a estudiar.

Moshé es un canal para la humildad: la anulación total del ego para todas las generaciones venideras. Avrahám, a través de sus actos de bondad, creó el cableado para Jésed (Misericordia), o la energía de la Columna Derecha. Estos grandes maestros fueron los cables que conectan nuestro mundo físico con el Creador. Sus vidas y experiencias dieron nacimiento a la arquitectura espiritual a través de la cual la Luz del Creador viaja para alcanzar esta dimensión física. No son figuras “santas” en la historia bíblica; más bien, ellos son cocreadores del sistema de cableado de nuestro universo. Cuando hacemos nuestro propio trabajo espiritual, también cocreamos la infraestructura que ayuda a otros a conectarse.

Como acabamos de aprender, el nombre de Moshé no se menciona en ningún lugar en esta parashá. Esto puede parecer como un castigo, pero la verdad es que tenemos más de Moshé en este capítulo que en cualquier otro. Cuanto más físico es algo, menos Luz hay ahí. En este capítulo no tenemos ningún aspecto de la parte física de Moshé, por lo que estamos recibiendo toda su Luz.



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