BENÉ
HEJALÁ DEMALKÁ: Los hijos del
palacio del Rey
Todas las mesas de todas las
personas en el mundo, que se llaman “BENÉ
HEJALÁ DEMALKÁ - Los hijos del
palacio del Rey”, están dispuestas allí en el lugar del deleite cuando inicia
el Shabbát. Miles de miles y decenas de decenas de miles están junto a estas
mesas y esa criatura viviente (Tumi´el), que es superior a los cuatro
serafines, entra al lugar, ve todas esas mesas y observa cada mesa – cómo cada
mesa recibe deleite. Se detiene y bendice la mesa, y todos esos miles y miles y
decenas y decenas de miles abren y dicen: “Amén”.
Bendice la mesa, que ha sido
bendecida y ha recibido deleite apropiadamente, como está escrito, “ÁZ TITÄNNÁG
ÄL-ADO-NÁI… KÍ PÍ ADO-NÁI
DIBBÉR - Entonces te deleitarás en el Señor… porque la boca del Señor ha
hablado” (Ieshaäiáhu/Isaías 58:14). Todos ellos dirán: “ÁZ TIKRÁ
VAADO-NÁI IAÄNÉ - Entonces
clamarás y el Señor te responderá” (Ibíd 9). Y cuando la mesa se deleita con
esas tres comidas, el espíritu superior, llamado Zejút É´l, termina la última
comida y dice acerca de la primera, “ÁZ
IBBAKÁ KASHSHÁJAR ORÉJ… KAVÓD
ADO-NÁI IAASFÉJA - Entonces
brotará tu luz como la aurora… la gloria del Señor te seguirá” (Ibíd 8). Todas
esas otras setenta luces en los tres lados abren y dicen: “HINNÉ JI-JÉN
IEVÓRAJ GÁVER IERÉ
ADO-NÁI - Así será bendito el hombre que teme al Señor” (Tehil´lím
128:4)
Cuando la mesa de una persona no
está presente en ese lugar que se llama “Öneg/deleite”, dispuesta en el deleite
como corresponde, esa criatura viviente y esos cuatro serafines bajo él, y
todos esos miles y miles y decenas y decenas de miles la empujan hacia afuera,
hacia Sitrá Ajárá. Entonces aquellos que despiertan el Din (juicio) y la ley la
toman y la ponen en un lugar que es opuesto a las letras Öneg (placer/deleite)
y que se llama Néga (aflicción, plaga). Cuando se le pone allí, dicen:
“VAIE´EHÁV KÉLALA VATTEVOÉHU
VELO-JAFÉTZ BIVRAJÁ VATTIRJÁK
MIMMÉNNU - Y amó la maldición, y ésta le sobrevino; y no quiso la
bendición, y ella se alejó de él” (Tehil´lím/Salmos 109:17). “IENAKKÉSH NÓSHE
LEJOL-ASHER-LÓ VEIAVÓZZU ZARÍM
IEGUIÖ. AL-IEHI-LÓ MOSHÉJ
JÁSED - Enrede el acreedor todo lo que tiene, y extraños saqueen su trabajo.
No tenga quien le haga misericordia” (Ibíd 11-12). “RAJAMANÁ LISHEZVÁN - Que el Misericordioso nos salve”.
Debido a que el deleite del Shabbát
es la fe en el Creador, lo cual es el deleite de la Divinidad, que se llama
“fe”, estos cuatro serafines que están bajo la criatura viviente están frente
al río de fuego (Nehár Dinúr). Ellos no abandonan a todos los que deleitan el
Shabbát, los eventos y ocasiones especiales apropiadamente, para que no se
quemen en él.
(Zóhar, Pekudé)
BENÉ
HEJALÁ DEMALKÁ quiere decir: “Los
hijos del palacio del Rey”, aquellos que desean llegar al Palacio del Rey. El
Palacio del Rey es Biná - el atributo de otorgamiento, la fuerza del Creador,
la espiritualidad. Los hijos son quienes anhelan parecerse al Rey en sus
atributos, ser como Él. Como hijos, ansían comprender al Rey y a través del
entendimiento acercarse a Él y percibirlo.
Para lograrlo, están dispuestos a
recorrer el sistema entero de correcciones, cambiar desde el principio hasta al
fin la naturaleza en la que fueron creados para alcanzar los atributos del Rey.
De eso trata esta canción.
Cuando llegamos a este estado ya
somos BENÉ HEJALÁ DEMALKÁ, y se llama Guemár Tikkún - la
Corrección Final. Por eso la cantamos durante Minjá (la oración vespertina). En
Shabbát. El Shabbát simboliza la ascensión en la que todo el mundo se eleva
completamente al Mundo Superior y todos ingresamos al palacio del Rey.
Aquellos que están en el proceso de
corrección individual, que estudian Kabbaláh, experimentan tres ascensiones en
Shabbát. La primera, al atardecer, al entrar el Shabbát, la segunda, al día
siguiente, la mañana de Shabbát y la tercera y más importante durante Minjá, al
final del día, cuando termina el Shabbát. Y entonces durante el estado más
elevado cantamos la canción Bené Hejalá.
La letra de esta canción fue
compuesta por Itzják Luria, el Arí y la melodía es de Báäl HaSul´lám. Por esta
razón debido a que el Arí y Báäl HaSul´lám se han unido en esta composición,
nosotros, al entonar la canción, alcanzamos la ascensión más elevada que un
cabalista puede experimentar antes de la Corrección Final General, cuando todo
el mundo va a subir hasta este mismo Palacio.
Así pues, esta es una canción muy
elevada como un himno de la ascensión. Este estado hasta ahora sólo lo han
alcanzado aquellos que estudian la Kabbaláh y más adelante, como esperamos,
toda la Humanidad.
LETRA:
Prepara la fiesta de la fe perfecta,
la alegría del Rey Sagrado. Prepara la fiesta del Rey.
Esta es la fiesta de Zéër Anpín. Y Ättiká
Kaddishá (el Anciano Sagrado) y Jakál Tappujín Kaddishín (el Campo de Manzanas
Sagradas) vienen al festín.
Los hijos del Palacio que aspiran
ver el brillo de Zéër Anpín. Puedan ellos estar aquí en esta mesa en la cual el
Rey está inscrito en alegría.
Aspiran ser parte de esta reunión de
ángeles alados.
Regocíjate ahora en esta hora
precisa en la cual hay un favor pero no rabia.
Ven cerca de mí, mira mi fuerza,
cuando no hay juicios rigurosos.
Deja a ellos esperar afuera, nunca
originarse, esos perros cínicos.
Pero yo invité a Ättík Iomín (al
Anciano de Días) a Minjá, el momento cuando ellos se desvaneces.
Pueda él colocarlos en sus hoyos y
esconderlos entre las rocas. Yo pido esto ahora, en Minjá, durante el regocijo
de Zéër Anpín.
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