ADÁR SEGÚN EL SÉFER IETZIRÁ
De acuerdo al Séfer Ietzirá, cada
mes del año judío posee una letra del alfabeto judío, un signo del zodiaco, una
de las doce tribus de Israel, uno de los sentidos y uno de los miembros del
cuerpo que le corresponden.
Adár es el doceavo mes del
calendario judío.
La palabra Adár es afín (tiene su
raíz) en la palabra adír, que significa “poderoso”. Adár es el mes de la buena
fortuna para el pueblo judío. Nuestros sabios dicen de Adár: “Su mazzál
(fortuna) es fuerte”.
Púrim, la festividad de Adár,
conmemora la “metamorfosis” de la aparente mala fortuna de los hebreos (como le
pareció a Hamán), en buena. “Cuando Adár llega incrementamos nuestra alegría”.
La fiesta de Púrim marca el punto de máxima alegría del año entero. El año
judío comienza con la alegría de la redención de Pésaj y concluye con la
alegría de la redención de Púrim. “La alegría rompe todas las barreras”.
La alegría de Adár lo hace el mes de
“gestación” del año (siete de los diecinueve años del ciclo del calendario
judío son “bisiestos”, (gestando un mes de Adár adicional). Cuando hay dos Adár,
Púrim es celebrado en el segundo de ellos, de manera tal que une la redención
de Púrim con la de Pésaj. Por lo tanto vemos que el secreto de Adár y Púrim es
que “el fin está insertado en el comienzo”.
Letra: KUF ק
La letra kuf significa “mono” (kof),
el símbolo de la risa del mes de Adár, según el dicho “como un mono en la cara
de un hombre”. La kuf también simboliza la máscara, un disfraz adaptado por Púrim.
Antes del milagro de Púrim, HaShém mismo “ocultó Su rostro” de Sus hijos de Israel
(en toda la historia de Púrim, como está relatada en el libro de Estér, su nombre
no aparece nunca). Escondiendo inicialmente la verdadera identidad,
pretendiendo ser otro, la esencia interior de uno es finalmente revelada.
Durante Púrim alcanzamos el nivel de “cabeza incognoscible” (“la cabeza que no
se conoce a sí misma y no es conocida por otros”). El estado de total ocultamiento
existencial de y hacia sí mismo, por la gracia de “dar nacimiento” a un ser
completamente nuevo.
La palabra kuf también significa “el
ojo de la aguja”. Enseñan nuestros sabios que incluso en el sueño más
irracional uno puede ver pasar un elefante por el ojo de una aguja. Durante Púrim
uno experimenta esta gran maravilla, que en Cábala y Jasidút representa la
verdadera esencia de la luz trascendental de HaShém entrando dentro del
contexto finito de la realidad física y revelándola completamente dentro del
alma judía.
Mazzál: Daguím (Piscis - Pez).
Los peces son criaturas del “mundo
oculto” (el mar). Así son las almas de Israel, “peces” que nadan en las aguas
de la Torá. La verdadera identidad y fortuna de Israel es invisible en este
mundo. La revelación de Púrim, la revelación de la verdadera identidad de
Israel, refleja la revelación del mundo por venir (el milagro de Púrim es
comprendido como un reflejo en este mundo del supremo milagro: La resurrección
en el mundo por venir).
La palabra dag (el singular de daguím)
es interpretada como la representación del tikkún (rectificación) de daag
“preocuparse”. En la Torá, la palabra para pez – dag – aparece una vez como
daag: En los tiempos de Nejemiáh/Nehemías algunos judíos no observantes
violaban la santidad del Shabbát vendiendo peces (pescados) en el mercado de
Jerusalén. Sus “peces” se volvieron su “preocupación” para obtener un medio de
vida. Por el contrario el pez de la alegría de Púrim, el poderoso (aunque
inicialmente escondido, como el pez) mazzál de Adár, convierte todos los
problemas dentro del corazón del hombre en la suprema alegría de la redención
con el nuevo nacimiento de un ser desde la “cabeza incognoscible”.
Tribu: Naftalí
En la cábala, el nombre Naftalí es
leído (como dos palabras): Nofet Lí, “dulzura para mí”. La mitzvá de Púrim de
alcanzar el nivel de la “cabeza incognoscible” tomando vino, etc. está
expresada en las palabras de nuestros sabios como: “uno está obligado en Púrim
a tornarse “dulce” hasta que no sea capaz de diferenciar entre “maldito Hamán”
y “bendito Mordejái”.
Esta es la expresión de alegría y
risa a nivel de Naftalí – nofet lí.
Nuestro patriarca Iaäkóv bendijo a
su hijo Naftalí: “Naftalí es un ciervo (mensajero), quien da (expresa) palabras
elocuentes”. Las “palabras elocuentes” de Naftalí elevan la alegría y la risa
en los oídos de todos los que las oyen. Al final de la Torá, Moshé bendice a
Naftalí: “El deseo de Naftalí está satisfecho...”. En jasidút se explica que el
“deseo satisfecho” (seva ratzón) se refiere al nivel de voluntad de la
dimensión interior de Kéter, donde toda experiencia es puro placer, el estado
de ser donde no hay nada fuera de uno mismo.
Los meses de Tishré y Jeshván
corresponden (de acuerdo al Arizál) a las tribus de Efráim y Menashshé, los dos
hijos de Ioséf. Iaäkóv bendijo a sus dos nietos Efráim y Menashshé para ser
como peces: “y ellos serán como peces en medio de la Tierra”. Estas dos tribus
(al comienzo del año desde Tishré) se reflejan así mismas en Adár y Naftalí (el
fin del año desde Nisán, Adár se divide en dos (así como Ioséf se divide en
dos) peces (Efráim y Menashshé). El soporte numérico para esto es que cuando
Efráim (331) y Menashshé (395) se combinan con Naftalí (570): 331 más 395 más
570 = 1296 = 36 al cuadrado = 6 a la cuarta potencia.
Sentido: Risa - Tzejók
La risa es la expresión de alegría
ilimitada, que resulta de ser testigo de la emisión de luz desde la oscuridad
-la ventaja de la luz sobre la oscuridad– como se observa en el milagro de Púrim.
El epítome de la risa en la Torá es la de Sará acerca del nacimiento de Itzják
(nombre que deriva de la palabra tzejók): “HaShém me hizo reír, quien quiera
que oiga reirá conmigo”. Pariendo a la edad de 90 años (con Avrahám de 100),
luego de haber sido estéril y físicamente imposibilitada para tener niños, la
palabra en hebreo para “estéril” está compuesta de las mismas letras (en el
mismo orden) que la palabra “oscuridad”. Púrim proviene de la palabra perú,
“fructificad y multiplicaos”. Está dicho de Itzják, el personaje arquetípico de
la risa en la Torá: Pájad Itzják , “el temor [por la causa de la admiración, es
decir, HaShém] de Itzják”. Esta frase puede ser leída también como: “El temor
reirá”, de manera tal que la esencia del temor se metarfoseará en la esencia de
Púrim. El temor de (el decreto de) Hamán se transformará en la exhuberante risa
del festival de Púrim.
Miembro: Bazo (Tejól)
Nuestros sabios establecen
explícitamente que “El bazo ríe“. A primera vista, esto aparece como una
paradoja dado que el bazo es considerado el asiento del “humor negro”, la
fuente de todos los estados de depresión y desesperanza. Así como describimos
anteriormente, todos los fenómenos de Adár y Púrim son esencialmente
paradojales, todos ellos derivando de la “cabeza incognoscible”, y todos ellos
representan estados de transformación y metamorfosis existenciales. La
“metodología” de la Torá que “modela” estos fenómenos es la sabiduría de la
permutación, como esta descripta arriba. Con respecto al “humor negro“, mará
shejorá, todas sus letras se permutan para pronunciar “hirur saméaj”, “un
pensamiento feliz”.
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