MISHPATÍM Y LA EXPANSIÓN DEL KELÍ
(Vasija)
וְכִי־יִמְכֹּר אִישׁ אֶת־בִּתּוֹ
לְאָמָה לֹא תֵצֵא כְּצֵאת הָעֲבָדִים
VEJÍ-IMKÓR ÍSH ET-BITTÓ
LEAMÁ LÓ TETZÉ KETZÉT HAÄVADÍM - Y cuando alguno vendiere su hija
por sierva, no saldrá como suelen salir los siervos. (Shemót/Éxodo 21:7)
Este versículo se refiere a la
esclava hembra. A diferencia de la energía masculina de canalizar Luz, la
energía femenina es de recibir. Este verso hace referencia a la naturaleza del
Kelí (Vasija). “Esclava hembra” es un código para el estado mental que bloquea
nuestra recepción de Luz. Una Vasija pequeña está satisfecha y no desea nada
más. Sin embargo, nuestro deseo de más Luz nos permite recibir más del Creador.
Para esto, necesitamos una Vasija grande. Si no deseamos crecer, entonces somos
esclavos de la autocomplacencia. Debemos siempre querer más de la vida, pero
también debemos aseguramos de que nuestra Vasija es suficientemente grande y
fuerte para recibir más. Este verso nos ayuda a eliminar las limitaciones de
nuestros deseos para poder expandir nuestra Vasija y recibir Luz infinita.
Rav Brandwein escribe:
En relación a las Vasijas y las
Luces; éstas son dos materias distintas y una no puede interferir nunca con las
fronteras de la otra. Es como el alma y el cuerpo, donde el alma es la Luz y el
cuerpo es la Vasija. El deseo es el nombre que se le da a la Vasija y no a la
Luz, sea el Deseo de Compartir que es la Vasija para compartir, o el Deseo de
Recibir, que es la Vasija para recibir. Y está prohibido mencionar la Luz sin
miedo y jugar con la Luz y determinar que la esencia de la Luz expansiva es ser
un Deseo de Compartir.
(Cartas de Rav Brandwein)
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