MISHPATÍM: LA PUERTA DE LAS
REENCARNACIONES
מַכֵּה אִישׁ וָמֵת מוֹת יוּמָת
MAKKÉ ÍSH VAMÉT MÓT IUMÁT - El que hiera de muerte a otro,
ciertamente morirá. (Shemót/Éxodo 21:12)
Esta sección habla sobre matar a
alguien accidentalmente. Pero según el Zóhar no hay accidentes, una persona que
muere aparentemente por accidente fue un asesino en una vida pasada. Somos
responsables de todas nuestras acciones, incluso aquellas de encarnaciones
pasadas. Cada acción tiene una consecuencia que trasciende el espacio y el
tiempo. El Arí habla sobre este concepto:
Examinemos ahora el tema de los
preceptos negativos. Hay preceptos negativos que la simple Teshuvá (“Arrepentimiento”)
y Ióm Kippúr pueden redimir, mientras que otros requieren sufrimiento además de
redención. Pero también hay transgresiones serias, como aquellas por las que un
alma se desconecta de la Luz, y aquellas que garantizan las cuatro formas de
castigo capital: el tipo de pecados que son redimidos hasta la muerte. Tienen
diferentes categorías. Hay el tipo de transgresión que causa que el cuerpo se
desintegre para que no pueda elevarse en la Resurrección de los Muertos:
referido por los sabios como “aquellos que no tienen participación en el Mundo
por Venir, los apóstatas y los herejes, y así sucesivamente”. Un alma así
encarnará para corregir el pecado, mientras que el primer cuerpo se desintegra
y perece. Si no pertenece a esta categoría entonces el primer cuerpo no se
pierde, pero aun así el alma se encarna en otro cuerpo, unida por una chispa de
la raíz que entró en él. El alma encarnada que se está corrigiendo se considera
un huésped más que el propietario.
(Kitvé HaArí / Las Escrituras del
Arí, Sháär HagGilgulím - La Puerta de las Reencarnaciones, 11 Introduccion, 19)
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