DÉCIMO ENUNCIADO (MALJÚT)
לֹא תַחְמֹד בֵּית רֵעֶךָ
LÓ
TAJMÓD BÉT RE´ËJA
No codiciarás la casa de tu prójimo.
(Shemót/Éxodo 20:14)
Cuando codiciamos lo que otra
persona tiene, estamos diciendo en efecto que Di-s está actuando erróneamente
hacia nosotros: que Él no nos está dando lo que necesitamos o merecemos. Cuando
tenemos esta conciencia de carencia, ignoramos el hecho de que existe un
equilibrio preciso en la situación espiritual particular de cada persona. Por
ejemplo, alguien con una casa perfecta puede tener una enfermedad o problemas
con las relaciones. Cada uno de nosotros tiene ventajas y desventajas, y cada
uno de nosotros tiene un camino o tikkún (corrección espiritual) particular. Cuando
abandonamos nuestro camino para elegir lo de los demás, estamos yendo
totalmente en contra de los deseos de Di-s.
El Zóhar explica:
“KABBÉD ET-AVÍJA
VE´ET-IMMÉJA - Honra a tu padre y a tu madre”, corresponde a “LÓ-TAJMÓD ÉSHET
RE´ËJA - No codiciarás la mujer de tu prójimo”. Según la explicación de
Rabbí Itzják, “KABBÉD ET-AVÍJA - Honra a
tu padre” se refiere al padre de uno, pues cuando un hombre que codicia a una
mujer engendra un hijo, el hijo honrará a otro que no sea su propio padre. Está
escrito: “Honra a tu padre y a tu madre” y “No codiciarás la mujer de tu
prójimo”. La segunda parte de lo anterior es, “para que tus días se alarguen en
la tierra que el Señor tu Di-s te da”, lo cual significa que lo que se te da
será tuyo, y no codiciarás otro. Ciertamente, estos son interdependientes. Por
lo tanto, “KABBÉD ET-AVÍJA VE´ET-IMMÉJA - Honra a tu padre y a tu madre”
está conectado con “LÓ TAJMÓD - No
codiciarás”
(Zohar, Itró 28:495)
Comentarios
Publicar un comentario