PARASHÁT TOLEDÓT - (Bereshít/Génesis
25:19-28:9) - Superar la infertilidad
REVELAR LA LUZ DEL CREADOR
El libro de Bereshít/Génesis incluye
las historias de la Creación, el Diluvio, la Separación, las vidas de los
patriarcas y las matriarcas, y la venta de Ioséf. Narra la historia de la gente
de Israel hasta que bajaron a Egipto. El Zóhar dice que cada historia de la
Torá es una lección sobre cómo acercarse a la Luz del Creador. Estos
acontecimientos parecen puramente históricos, pero cuando se examinan en un
nivel más profundo, enseñan a las personas como conectarse con las Leyes
Universales que gobiernan la humanidad.
La verdadera sabiduría del Libro de
Bereshít/Génesis no está relacionada con preceptos específicos, tales como lo
que debe y no debe hacerse, o qué comer o no comer. Más bien, el Libro del
Génesis nos enseña cómo vivir en el sentido más profundo, que es la base de
todas las enseñanzas y lecciones que encontramos en el resto de la Torá. De
Avrahám el Patriarca aprendemos cómo comportarnos con las personas que nos
rodean y cómo hacerles sentir bienvenidas y seguras. De Itzják el Patriarca
aprendemos cómo utilizar el discernimiento y el juicio como herramientas para
revelar Luz en cualquier situación. Y de Iaäkóv, aprendemos el poder de la verdad,
tal como está escrito: “TITTÉN EMÉT LEIAÄKÓV
JÉSED LEAVRAHÁM - Otorgarás
verdad a Iaäkóv y benevolencia a Avrahám” (Mijá/Miqueas 7:20).
Cada acontecimiento en la Torá nos
trae una lección que podemos aprender y utilizar en nuestra vida diaria. Ya sea
que aprendamos de las acciones de nuestros antepasados o de cualquier persona
descrita en la Torá, todos nosotros podemos encontrar cosas en nuestras vidas
similares a los acontecimientos que aquí se describen. Cuando miramos
profundamente en el significado de estas historias -y no las vemos como meros
eventos históricos que sucedieron hace más de 3.000 años- podremos vivir
nuestra vida como nos enseña la Sagrada Torá.
EL ASUNTO DE ËSÁV Y IAÄKÓV
Iaäkov y Ësáv nacieron de la misma
madre al mismo tiempo. Aun así, eran fundamentalmente personas distintas desde
el momento de su nacimiento. Iaäkov se sentía atraído hacia la espiritualidad y
el estudio de la Torá, tal como está escrito: “VEIAÄKÓV ÍSH
TÁM IOSHÉV OHALÍM - Y Iaäkóv era hombre íntegro, que
habitaba en tiendas” (Bereshít/Génesis 25:27). Por otro lado, a Ësáv le impulsaban
sus deseos, como leemos: “VAIHÍ
ËSÁV ÍSH IODÉÄ
TZÁID ÍSH SADÉ - Y fue Ësáv diestro cazador, hombre del
campo”. Aquí la palabra “sadé/campo” alude al nivel de Maljút, o el mundo
físico.
Cada persona contiene elementos de
Iaäkóv y Ësáv, y dentro de cada uno de nosotros se libra una eterna batalla
entre estos dos conjuntos de atributos. Un Midrásh dice que durante el embarazo
de Rivká, siempre que pasaba por la entrada de un sitio de aprendizaje, Iaäkóv
la empujaba dentro de su vientre. Siempre que pasaba por un lugar impuro, Ësáv
la empujaba en su interior.
A lo largo de los nueve meses, hubo
una batalla continua entre los dos chicos: ¿quién sería el más fuerte y
gobernaría el mundo? ¿Sería Iaäkóv y los poderes de la santidad, o Ësáv y los
poderes de lo impuro?
Esta batalla todavía continua, y
todos participamos en ella. El primer prerrequisito para la victoria es el
reconocimiento de que esto es ciertamente una batalla. Si no entendemos esto,
no tendremos probabilidades de vencer a nuestro propio lado oscuro. Debemos
recordar siempre que el Oponente, el Lado Negativo, nunca descansa, así que
debemos estar constantemente alertas y preparados para un ataque. Hay una
historia sobre un rabino a quien un día fueron a despertar sus estudiantes para
realizar las oraciones. Como estaba muy cansado, les dijo: “Hoy no iré”. Pero
tras un segundo, lo reconsideró. “¡No, iré!” Estoy cansado y quiero dormir,
pero el Otro Lado nunca duerme. Si yo duermo, no tendré posibilidades contra el
Satán”.
Las lecturas sobre Iaäkóv y Ësáv nos
dan la fortaleza y la Luz para conectar con el lado de Iaäkóv y ganar la
batalla contra el Lado Negativo. Podemos obtener inspiración para ello
siguiendo el ejemplo de Rajél, de quien está escrito: “Y ella fue a exigir a
Di-s”. Como Rajél, siempre que nosotros nos encontramos ante cualquier problema
en nuestro trabajo espiritual, debemos ir y “exigir de Di-s”. Debemos pedir
ayuda al Creador o a las personas que están más cerca del Creador que nosotros.
Este es el motivo por el cual muchas
personas acuden a individuos justos (tzaddikím) o a las tumbas de los jajamím (sabios)
y los antiguos kabbalístas para recibir orientación. Consultar a individuos
espiritualmente avanzados es la única forma de estar seguros y tener la certeza
de que estamos haciendo lo correcto. Las personas comunes no tienen la
capacidad de ver las cosas como son realmente; sólo una persona justa que está
cerca del Creador puede hacerlo. Hasta que alcancemos un nivel superior de
espiritualidad, hay velos que nos mantienen separados de la Luz. Al ayudarnos a
ver, una persona justa o un maestro espiritual literalmente nos ayuda a vivir.
De Iaäkóv y Esáv también podemos
aprender a utilizar tanto nuestro lado positivo como el negativo para hacer el
trabajo del Creador. Está escrito: “VEAHAVTÁ
ÉT ADO-NÁI ELO-HÉJA
BEJOL-LEVAVEJÁ - Y amarás al Señor tu Di-s con todo tu corazón” (Devarím/Deuteronomio
6:5). Los sabios explican lo que esto significa: “con tus dos deseos”.
¿Cómo es posible adorar al Creador
con rasgos como el orgullo y la pereza? ¿Acaso no proceden éstos del Lado
Negativo? Así es, pero todo tiene dos lados. El ego, por ejemplo, puede parecer
algo muy negativo, pero una persona sin ninguna autoestima no tiene deseo de
logro y nunca pondrá ningún esfuerzo en el trabajo espiritual.
El ego es negativo cuando nos hace
sentir superiores a los demás o cuando nos lleva a actuar sólo para que los
demás nos aprecien. Pero en nuestro interior, nuestro ego nos ayuda a apreciar
nuestra propia fuerza y saber que podemos hacer cosas grandes y asombrosas. La
más importante de estas tareas, desde luego, es revelar la Luz del Creador.
En este verso: “VATTÓMER RIVKÁ
EL-ITZJÁK kÁTZTI - Y Rebeca dijo
a Isaac: 'Estoy cansada de...”, (Bereshít/Génesis 27:46) la letra Kof que
aparece en la palabra kÁTZTI (disgustada) es una letra pequeña. Kof es la única
letra que se extiende más allá de la línea de base, lo cual simboliza el efecto
de la Luz que se da al Lado Negativo. La presencia del libre albedrío hace que
la negatividad sea inevitable en el mundo. El efecto de esta negatividad viene
de la letra Kof porque, sin la energía del Creador, nada puede existir.
Nuestros rasgos negativos dan
energía al Lado Negativo. Pero, como explicamos antes, cuando utilizamos estos
rasgos para servir al Creador, estamos evitando que el Oponente se vuelva
todavía más fuerte. Adquirimos esta fortaleza de la letra pequeña Kof. Esta es
la fuerza del Mesías, quien proporciona el poder que garantiza que la Luz del
Creador vaya solamente al Lado Positivo, y no al Oponente
En relación al tema del ego, en el
libro Avné Zikarón está escrito: “Una vez el Vidente de Lublin (Rav Iaäkóv
Itzják de Lublin, 1745-1815 e.c.) dijo alegremente que había visto a través del
Espíritu Divino que la Redención estaba cerca. “Ha habido un despertar porque
este es el momento desde Arriba', dijo. Poco después, el Vidente de Lublin
empezó a llorar y dijo que había visto a través del Espíritu Divino una voz que
provenía del cielo y llamaba a regresar a todo el mundo. El momento de la
Redención ha sido pospuesto porque las personas estaban peleando por quiénes
gobernarían sobre los otros”.
También está escrito sobre el
Vidente de Lublin: “Una vez estaba muy ansioso porque la Redención viniera ese
año, pero no sucedió. Él dijo que las personas comunes se habían arrepentido
totalmente, y si fuera por ellas la Redención habría venido. Pero no vino a
causa de las personas cuya posición y orgullo les impedía ser humildes. Ellos
no se podían arrepentir de verdad”.
De esto aprendemos lo importante que
es trabajar en nuestro ego, aunque no debemos borrarlo totalmente. Simplemente
debemos ser conscientes de que más allá de cualquier poder que tengamos en el
mundo material, el poder del Creador siempre es infinitamente mayor. Debemos
utilizar nuestra conciencia de nuestra fuerza física para ser humildes en el
ámbito espiritual.
LA ORACIÓN DE ITZJÁK
Está escrito: “VAIEÄTTÁR ITZJÁK
LAADO-NÁI LENÓJAJ ISHTÓ - Y oró Itzják al Señor en favor de su
mujer” (Bereshít/Génesis 25:21). Como sabemos, Rivká/Rebeca no tenía matriz y
era incapaz de concebir hijos, pero gracias a las oraciones de Itzják, dio a
luz a Iaäkóv y Ësáv. Así pues, en las oraciones matutinas de Shabbát, decimos:
“Por las bocas de los rectos. Tú serás exaltado. Y por los labios de los
justos, Tú serás bendito. Y por las lenguas de los píos, Tú serás santificado.
Y de entre los santos, Tú serás alabado”. Las primeras letras de estas palabras
deletrean juntas los nombres de Itzják y Rivká. De esta forma se nos recuerda
que recemos por otras personas igual que Itzják rezó por Rivká.
También está escrito: “Y lo escuchó
el Señor, y Rivká su mujer concibió”. ¿Por qué fueron respondidas las oraciones
de Itzják, y no las de Rivká? El Creador nos enseña que debemos rezar no sólo
por nuestras propias necesidades, sino también por las necesidades de los
demás. Si no rezamos por los demás, el juicio cae sobre nosotros y nuestros
deseos son revisados aunque nuestras acciones sean merecedoras. Pero cuando
rezamos por los demás y por nosotros mismos, el Creador a veces nos concede lo
que pedimos, aunque no lo merezcamos.
En esta Parashá de Toledót se describe
por primera vez la lucha final entre el bien y el mal que tiene lugar en el
mundo físico. Iaäkóv representa la fuerza del bien, y Ësáv la fuerza del mal.
Esta lectura nos permite conectar con las fuerzas representadas por Iaäkóv
mientras vencemos a las fuerzas del mal.
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