JANUKKÁ: ËT RATZÓN
El momento de encender las velas de
Janukká es un momento muy oportuno para sentarse frente a ellas, cantar con los
hijos y de oración delante de HaShém; pidiéndole por todos los buenos deseos de
su corazón. Porque en aquel momento se considera como el momento en que los
judíos se sentaban en el Bét HamMikdásh y experimentaban la luz de la Shejiná
(Presencia Divina). Y cómo sus oraciones subían a las puertas celestiales en
aquel momento, como está escrito: “MA-NORÁ HAMMAKÓM HAZZÉ ÉN
ZÉ KÍ IM-BÉT ELO-HÍM
VEZÉ SHÁÄR HASHSHAMÁIM - ¡Qué gran temor hay en este
lugar! Este no es otro que la casa de Di-s, y esto es el portón de los cielos” (Bereshít
28:17). Por lo tanto, afortunado es la persona que amerita aprovechar este
tiempo propicio para derramar su corazón ante HaShém en canto e hitbodedút
(oración personal).
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