PARASHÁT NÓAJ - (Bereshít/Génesis
6:9-11:32) - Arca de protección
EL SECRETO DEL DILUVIO
La historia de Nóaj relata uno de
los episodios más horribles de toda la Torá. Tan solo mil años después de haber
creado el mundo, el Creador trae un diluvio que destruye prácticamente a toda
la raza humana. ¿Qué nos enseña esto? ¿Qué nos dice acerca de la naturaleza de
Di-s? ¿Qué podemos aprender del hecho de que fuera necesaria una limpieza
general, a pesar de que el mundo sólo había existido durante un breve periodo
de tiempo?
Primero debemos recordar que las
fuerzas negativas están esperando al acecho el momento en que emergemos de la
matriz. Esto es cierto no sólo para los seres humanos individuales, sino
también para toda la humanidad. Se dice que cuando los niños nacen, sus manos
están apretadas como puños, como diciendo: “Vengo sólo para recibir. Dame”.
Pero esta intención no se limita a los más jóvenes. La mayoría del mundo está
gobernada por un Deseo de Recibir egoísta. Aunque no ha habido otro gran
diluvio desde los tiempos de Nóaj, esto no se debe a que nos hayamos convertido
en personas justas. La única razón por la cual se nos ha perdonado otro diluvio
es la promesa del Creador de no volver a destruir nunca más el mundo. En su
lugar, tenemos el arcoíris, que es el mensaje del Creador que nos dice que
aunque el mundo pueda merecer la destrucción, la misericordia de Di-s nos ha
dado otra oportunidad para convertirnos en mejores personas.
Sólo hay un periodo en la historia
en el que el arco iris dejó de aparecer, y fue mientras Rav Shimön bar Iojái
estuvo en el mundo. En otras palabras, a lo largo del tiempo, desde la Creación
hasta la transformación del mundo - la Redención Final, el único periodo
durante el cual el mundo no necesitó ser limpiado fue durante la vida de Rav
Shimön.
De la misma forma que Nóaj tenía el
Arca para salvarlo de la muerte durante el Gran Diluvio, ahora tenemos el Zóhar
para que nos salve de la muerte espiritual cada día de nuestras vidas. Sólo a
través del poder espiritual del Zóhar podemos salvarnos de cualquier peligro
que nos amenaza, ya sea una catástrofe medioambiental, guerras, terrorismo,
enfermedades o epidemias. La forma en que nos protege el Zóhar depende
enteramente de nosotros y de cómo creamos nuestra conexión personal con éste.
Para mantener un vínculo personal fuerte con el Zóhar, debemos leer y escanear
secciones de este a diario. Estas lecturas pueden durar desde un minuto a más
de una hora. Escanear o leer el Zóhar es la única forma de salvarnos de otro
“Diluvio” -cualquiera que sea su forma en nuestros tiempos. El Zóhar dice:
A lo largo de estos pasajes se
imbuye al lector conciencia y motivación interna para ocasionar la eliminación
total del mal y el caos en esta Tierra. Estos pasajes despiertan un deseo de
transformar nuestra propia naturaleza reactiva y de compartir la Luz del Zóhar.
Según todos los kabbalístas, el Zóhar es el instrumento más efectivo de todos
para eliminar la Inclinación al Mal nacida en los corazones de la humanidad.
Cuando una masa crítica de gente acepte su sabiduría, erradicaremos
permanentemente todo el dolor y el sufrimiento de la humanidad.
(Zóhar, Nóaj 13, Introducción)
Rav Jiiá dijo que el mundo estuvo en
un estado de pobreza desde el momento en que Adám desobedeció la orden del
Santo, Bendito Sea Él, hasta el momento en que Nóaj ofreció su sacrificio,
asentando así al mundo. Rav Iosi dijo que el mundo no fue asentado y la tierra
no se purificó de la polución de la Serpiente hasta que Israel se paró ante el
Monte Sinái y se asió al Árbol de la Vida. Sólo entonces el mundo se asentó adecuadamente.
(Zóhar, Nóaj 13:88)
La Torá nos dice que Nóaj fue un
hombre justo en su generación. ¿Qué significa eso? Según una interpretación,
había tantas personas malvadas en tiempos de Nóaj que es asombroso que un
hombre tan justo pudiera existir en un ambiente de estas características. Sin
embargo, la conexión de Nóaj con la Luz del Creador era tan fuerte, que ninguna
persona malvada pudo empujarlo al Otro Lado. Si hubiera vivido en tiempos de
Avrahám, cuando había muchas más personas justas, Nóaj podría haber sido una
figura de rectitud aún más grande.
No obstante, hay otra forma de verlo
que adopta una posición opuesta: Nóaj fue justo porque vivió en una generación
de personas malvadas. Él no era fundamentalmente diferente de sus semejantes,
quienes eran, ciertamente, una multitud colérica y malintencionada; él sólo era
un poco mejor, y por ello fue considerado como una persona justa dentro de su
generación tan negativa. Por otro lado, si hubiera vivido en tiempos de Avrahám,
probablemente habría sido una persona más normal, y no especialmente virtuosa.
Se nos cuenta que Nóaj permaneció
fuera del Arca hasta que estuvo a punto de ahogarse; sólo entró cuando no tuvo
alternativa. Los comentadores han debatido la aparente falta de confianza de
Nóaj en que el diluvio fuera a venir realmente. Pero hay una explicación
importante de Ohév Israel (Rav Avrahám Iehoshúä Heshel de Apta, también
conocido como Apta Rebbe) que dice que Nóaj tenía miedo de creer muy firmemente
en la catástrofe próxima porque sabía que la certeza tiene el poder de hacer
que las cosas sucedan. La certeza crea y atrae la realidad. Cuando Rashi
escribió que Nóaj tenía poca confianza, quería decir que Nóaj confiaba en Di-s
pero tenía miedo de tener la certeza total que en realidad crearía el diluvio.
Así que Nóaj no entró en el Arca hasta que las aguas le forzaron a hacerlo.
Esperó hasta el último segundo para que su propia certeza no fuera la causa del
diluvio.
El pasaje bíblico referente la
rectitud de Nóaj ha sido debatido durante siglos sin llegar a ninguna
conclusión clara. Lo importante es que tenemos que ver a las personas de forma
individual-tal como son dentro del contexto de sí mismas y no en relación a los
demás. ¿Somos justos o no? ¿Estamos conectados a la Luz del Creador o no?
La historia de Nóaj contiene muchas
lecciones de gran valor. Respecto al tema de la comodidad personal, aprendemos
que todo aquel que busca una vida meramente cómoda nunca lo logrará, pero
aquellos que se desafían a sí mismos obtendrán la alegría y la realización
verdaderas tanto en este mundo como en el siguiente. Un comentario que aparece
en una sección posterior de la Torá, la Historia de Vaiéshev, ilustra mejor
esta idea. Dice: “Y Iaäkóv se sento”. Significa que Iaäkóv quería vivir los
años que le quedaban con comodidad, poder estudiar todo el día sin
interrupciones. Iaäkóv había sentido tanta angustia con su hermano, Ësáv, y con
su suegro, Laván, que en sus años de ocaso quería un poco de confort. ¿Era
pedir demasiado? ¿Por qué el modesto deseo de Iaäkóv podría considerarse algo
malo?
La respuesta, tal como escribió el
Rey Salomón, es que todo lo que está bajo el cielo tiene un tiempo, y el tiempo
para la comodidad no es mientras estamos en este mundo. No está para
encontrarse aquí, donde pasamos cada momento del día enzarzados en una batalla
con el Deseo de Recibir Sólo para Uno Mismo. Nuestras vidas son una larga
prueba. Nunca podemos decirnos a nosotros mismos: “Estoy cómodo. Ya no tengo
que luchar más”. En cambio, debemos esforzarnos constantemente para no dejar
que nuestra conciencia desfallezca debido a estas pruebas y a cualquier fracaso
que podemos experimentar como consecuencia. Debemos aferrarnos firmemente a la
idea de que el verdadero confort sólo está en la Luz que recibimos y en la
satisfacción que alcanzamos como resultado de enfrentarnos a nuestros desafíos
y atravesar nuestras dificultades. La comodidad verdadera no es algo que
debamos buscar fuera de nosotros mismos y nuestra relación con Di-s.
Si creemos que nuestras pruebas en
la vida han acabado y pensamos: “He llegado al lugar donde tenía que llegar. He
alcanzado la cima. He finalizado mi tikkún (corrección) de errores”,
seguramente acabaremos descubriendo lo contrario. En este mundo, pensar que
hemos hecho lo suficiente nunca es una alternativa real. Siempre que
continuemos en el ámbito físico, lo más probable es que nos queden muchas más
cosas por hacer.
Mucha gente empieza a estudiar Kabbaláh
y de repente lo deja, quizá diciéndose a sí mismos: “Sé más de lo que sabía
cuando llegué aquí y puede que con esto ya sea suficiente”. Pero no es
suficiente. Hay incontables cosas que tenemos que hacer para alcanzar nuestro
verdadero objetivo, y alguien que sólo busca la comodidad personal y el
descanso está perdiendo la batalla con su proceso personal de perfección, su
tikkún. Trascender nuestra pereza innata es uno de los elementos principales en
cualquier lista de deseos espirituales. Paradójicamente, cuando realmente nos
esforzamos por cambiar y crecer—y no sólo buscamos lo cómodo- el resultado de
nuestro esfuerzo es la plenitud duradera, la felicidad, la salud, el apoyo
financiero, el éxito y la protección.
APRECIACIÓN Y EL PACTO
La historia de Nóaj viene justo
después de la historia de la Creación, pero las acciones negativas de la
humanidad ya habían casi destruido todo lo que era bello en el mundo que Di-s
había creado. Debido a nuestra naturaleza, la humanidad es seducida por la
gratificación inmediata del ego, y por lo tanto apreciamos nuestros tesoros
espirituales sólo cuando nos los quitan. En esta historia, recibimos la
capacidad de despertar una apreciación genuina por todas las cosas buenas que
hay en nuestra vida, de forma que no tengamos que perderlas para apreciar su
valor y su importancia.
También es significativo el Pacto
entre Nóaj y Di-s. Este Pacto está relacionado con los actos sexuales negativos
y el derramamiento disipado de la semilla de un hombre para obtener placer
egoísta e indulgente, y no para compartir y crear vida.
Al conectar con esta sección,
limpiamos al mundo de pecados sexuales, destruyendo las fuerzas negativas y los
seres que se crean a través del desperdicio del esperma de un hombre. El Zóhar
dice:
“Cuando un hombre y una mujer se
desean el uno al otro y se unen como uno solo, el esperma del hombre produce un
hijo en el cual sus respectivas imágenes están combinadas, pues Di-s crea al
hijo en una imagen que incluye a ambos padres. Este es el motivo por el cual
una persona debe santificarse en el momento del acto sexual para que esta
imagen sea tan perfecta como debe ser”.
(Zóhar, Lej Lejá 31:329)
Por lo tanto, imbuimos nuestras relaciones
sexuales de divinidad, abolimos todos nuestros deseos egoístas y desatamos la
voluntad de nuestras almas, para finalmente ser merecedores de un lugar en el
Mundo por Venir.
En términos kabbalísticos, el Mundo
por Venir no es algo que esté en el futuro; se refiere al ámbito espiritual de
Biná. Biná es un despliegue ilimitado de Luz del cual extraemos la beneficencia
del Creador. La iniquidad y la oscuridad no pueden prevalecer en la presencia
de la Luz de Biná, y nuestra conexión con Biná nos ayuda a destruir todas las
fuerzas negativas, evitando así que éstas corrompan y destruyan nuestro mundo.
Comentarios
Publicar un comentario