PARASHAT LEJ-LEJÁ -
(Bereshit/Génesis 12-17) - Encontrar tu alma gemela
LA HISTORIA DE AVRAHAM
Por Kabbalah y Torah en Expansión
לֶךְ־לְךָ מֵאַרְצְךָ וּמִמּוֹלַדְתְּךָ
וּמִבֵּית אָבִיךָ אֶל־הָאָרֶץ אֲשֶׁר אַרְאֶךָּ
LEJ-LEJÁ MEARTZEJÁ UMIMMOLADTEJÁ UMIBBET AVÍJA EL-HAÁRETZ
ASHER AREKKÁ
“Vete de tu tierra, de entre tus
parientes y de la casa de tu padre, a la tierra que Yo te mostraré” (Bereshit/Génesis
12:1).
Di-s le dice a Avram: “Sal de tu
tierra. Abandona el lugar en el que naciste. Abandona la casa de tu padre”.
Como explican los sabios, aquí el Creador estaba ordenando a Avram que iniciara
un viaje tanto físico como interno.
Pero vamos a deconstruir esta
historia. Forma parte de la naturaleza humana quedarnos con las cosas a las que
estamos acostumbrados, seguir haciendo lo que siempre hemos hecho, imitar lo
que hacen nuestros amigos y nuestra familia. Esto no sólo incluye ir al mismo
restaurante o partido de pelota que va todo el mundo; también implica adherirse
a lo que está de moda espiritualmente, incluyendo si está o no de moda ser
espiritual. Si está de moda ser espiritual, un número sorprendente de personas
se dirán a sí mismas: “Muy bien, seamos espirituales”. Por supuesto, su
objetivo real es cumplir con la norma, y por lo tanto ser aceptadas. Todas las
actividades y actitudes mencionadas pueden resumirse en una frase: nuestra zona
de confort.
Una de las tareas más difíciles en
el trabajo espiritual es hacer lo que la mayoría de persona no hace; sin
embargo, es una de las más gratificantes. Es por esto que el Creador se refiere
a la “salida” de Avram de maneras tan distintas y por el cual el acto físico de
dejar su patria fue sólo uno de los elementos de la prueba del patriarca.
Según se nos cuenta, Avram entendió
todo esto. Él sabía con certeza absoluta que tenía que embarcarse en un cambio
interno, y escogió hacerlo libremente, con lo cual eligió estar totalmente con
la Luz. Avrám abandonó completamente el Deseo de Recibir sólo para sí Mismo. Y
todo aquel que elige libremente ir en contra de sus deseos impulsados por el
ego se merece la presencia continua del Creador.
Avraham tuvo éxito en su deseo de
acercarse a Di-s. Está escrito: “AHÁVTA
TZEDÉK VATTISNÁ RÉSHA - Has amado la justicia y aborrecido la
iniquidad” (Tehil´lim/Salmos 45:8). Porque Avraham hizo esto, por lo tanto se
acercó a la justicia. Así pues, está escrito: “AVRAHAM OHAVÍ - Avraham, Mi amado” (Ieshaäiáhu/Isaías
41:8). ¿Por qué “Mi amado”? Porque se ha dicho sobre él: “Has amado la
justicia”. Este es el amor para Di-s, a quien Avraham amaba más que nadie de su
generación, pues ellos estaban lejos de ser justos.
(Zóhar, Lej-Lejá 1:3)
Por consiguiente, debido a la
elección de Avrahám, el Creador le dijo: “VAAVAREJÁ MEVARAJÉJA UMKALELEJÁ AOR VENIVREJÚ
VEJÁ KOL MISHPEJOT HAADAMÁ - Bendeciré a los que te bendigan, y
al que te maldiga, maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la
tierra” (Bereshit/Génesis 12:3).
Cuando cualquiera de nosotros elige
sinceramente embarcarse en un viaje espiritual, trae bendiciones a todo el
mundo. Es importante recordar que este mensaje siempre nos concierne ahora, y
no se trata de otra mera forma de entretenimiento intelectual que requiere poca
participación. Esta sabiduría sólo se manifiesta y se retiene cuando la
reforzamos a través de acciones que emprendemos con base en las lecciones que
hemos recibido. Al final, si nos limitamos a leer estas palabras sin hacer un
intento sincero de aplicarlas en nuestra vida cotidiana, no conseguiremos nada
para nosotros mismos ni para los demás.
Avram es, por lo tanto, un símbolo
de la victoria sobre del Deseo de Recibir sólo para Uno Mismo. En el momento
preciso en que una persona decide realmente dejar de satisfacer los deseos de
su ego, la Luz del Creador conecta con ella. Así pues, en el mismo instante en
que Avram tomó la decisión de abandonar su zona de confort, se volvió santo. El
texto implica que lo que Di-s está pidiendo realmente de nosotros no es que nos
volvamos justos en un día -lo cual es imposible- sino que decidamos abandonar
el mundo del ego para siempre. Deseo sincero es todo lo que se necesita, pero
este no es un asunto de poca importancia, y ha de pasar algún tiempo antes de
que la mayor parte de nosotros pueda estar segura de que nuestra sinceridad y
dedicación son suficientemente constantes para llevar a cabo la tarea.
Romper con la vida con la que
estamos familiarizados es muy difícil, pero superar esta dificultad del
rompimiento es exactamente el motivo por el que obtenemos tanto a cambio.
Siempre que una persona se detiene antes de hablar con malicia o de mostrar enfado,
por ejemplo, recibe tanta Luz Divina que ni siquiera los ángeles pueden medir
esa cantidad.
Una de las lecciones clave en la
historia de Avram es aprender que el mundo está bendecido sólo como resultado
del esfuerzo que los humanos hacen por abandonar sus deseos basados en el ego.
El Gaón de Vilna, Rav Eliáhu de Vilna (1720-1797 e.c), escribió: “Vencer estos
deseos es la tarea más importante que tenemos en este mundo”.
En resumen, no tenemos que volvernos
justos en un momento; sólo tenemos que tomar la decisión de querer volvernos
justos; y en el preciso momento en el que lo decidimos, abrimos también
nuestros corazones a recibir la ayuda de la Luz en toda su abundancia.
El gran Rebbe Zusha, Rav Meshulam
Zusha de Anipoli (1718-1800 e.c) desarrolla este punto con mayor profundidad.
De él aprendemos que:
“Sal de tu tierra” se refiere a
nuestra basura personal; “Abandona el lugar en el que naciste” se refiere a la
negatividad que vino a través de nuestra madre: este es el equipaje del alma,
las lecciones que no aprendimos la última vez que nos encarnamos; “La casa de
tu padre” se refiere a la negatividad que vino a través de nuestro padre de
nuestra vida previa.
Por lo tanto, se nos dice
directamente que sólo cuando hayamos dejado atrás estos elementos negativos
podremos ir a la tierra de donde procede toda la Luz; aunque este no es un
viaje físico, sino más bien un camino espiritual hacia la iluminación. El
Creador está revelando el secreto de cómo lograr la conexión con el Creador y
manifestar la Luz que está ahí para nosotros.
Nada de lo de Arriba despierta si
aquello sobre lo que se posará lo de Arriba no se ha despertado primero Abajo.
El secreto es que la llama negra de la vela, que es el secreto de la Nukvá, no
se aferra a la llama blanca de la vela, que es el secreto de Zéër Anpín, antes
de que esa llama negra despierte primero. Cuando ella despierta primero, la
llama blanca reposa sobre ella de inmediato. Esto es así porque el inferior
debe despertar primero.
(Zóhar, Lej-Lejá 4:19)
Según Rav Tzevi Elimélej Obdinov,
conocido como Nes Asjar, otra enseñanza importante de esta historia que aparece
en la Torá es que la vida no se trata de encontrar formas de ganar dinero o de
divertirse. Debemos ser conscientes de que cada momento que tenemos y cada
circunstancia en la que nos encontramos es una oportunidad que nos da el
Creador de descubrir qué necesitamos realmente. La oportunidad real no reside
en lo que hacemos o no hacemos, sino en la conexión potencial con la Luz que
está esperando ahí para nosotros.
En otras palabras, sea lo que sea lo
que nos aflige, descubriremos que siempre es algo que merecemos. Hasta hay
razones por las que se puede tener un dolor de cabeza. La belleza de la Kabbalá es que nos enseña que el dolor tiene un propósito. El dolor y las pruebas de la
vida nos abren a hacernos más grandes y mejores, y en última instancia nos
fuerzan a conectarnos con nuestra naturaleza Divina.
Ninguno de nosotros es perfecto;
todos atravesamos estos momentos en los que sentimos que estamos ciegos ante la
perspectiva más amplia. Afortunadamente, tal como los sabios nos enseñan, sólo
estamos atravesando una ocultación temporal. Depende de cada uno de nosotros
rogarle a la Luz mostrarse y que y nos revele el motivo de nuestro dolor. Todo
se pesa en la balanza cósmica, y las consecuencias de cada acción son -en igual
proporción-precisas y correctas.
Así pues no es suficiente con
realizar buenas acciones porque a veces la motivación detrás de estas es
egoísta. Una persona parece ser desinteresada y generosa, sin embargo cuando
observamos sus motivaciones descubrimos que sólo se comporta así para obtener
poder y control sobre los demás, o incluso para que los demás piensen bien de
ella. Estas personas se creen con frecuencia su propio engaño, sin darse cuenta
de que la motivación es esencial. Cuando hay un juicio en sus vidas, puede que
incluso se digan a sí mismas: “Hice muchas cosas buenas, ¿por qué el Creador no
acepta todo este bien? ¿Cómo puede Di-s hacerme esto a mí?”.
Es importante que entendamos que no
depende de nosotros decidir qué tipo de juicio debemos recibir. Nuestro
propósito es crecer y aprender, para que cuando cometamos errores aprendamos de
ellos y aprendamos a no repetirlos, en lugar de culparnos por ellos. Tenemos
que ser conscientes de que el Creador tiene la perspectiva más amplia de cada
vida, aunque nosotros no podamos verla. Sólo cuando verdaderamente entendemos
que no vemos todo, podremos ver más.
Una historia de la época del Arí es
útil para ayudarnos a entenderlo:
Un viernes por la tarde, al panadero
del pueblo se le ocurrió una idea: quería hacer un sacrificio para el Creador.
Así que coció el pan más aromático y delicioso que había hecho en su vida y
luego lo llevó a su lugar de adoración. No estaba muy seguro de qué hacer con
su ofrenda, así que fue al Arca, la abrió y dijo: “Di-s, por favor, acepta este
sacrificio. Quiero estar más cerca de ti”. Luego dejó el pan dentro del Arca,
la cerró y se fue.
Cinco minutos más tarde, un mendigo
entró en la sinagoga. Había mendigado comida durante toda su vida, así que fue
al Arca y empezó a llorar mientras rogaba: “Por favor, Di-s, ayúdame”. Luego
abrió el Arca y encontró dentro dos hogazas de pan, que para él fueron
claramente un regalo de Di-s. El mendigo estaba radiante de alegría, tanto por
el pan en sí mismo como por el milagro que el Creador le había considerado
merecedor de recibir.
A la mañana siguiente, el panadero
regresó al templo para ver si Di-s había aceptado su sacrificio.
Sorprendentemente, el pan había desaparecido, y el panadero se sintió la
persona más feliz del mundo. Fue a ver a su mujer, la abrazo, la besó, y empezó
a bailar sin contarle por qué estaba tan contento.
Una semana más tarde, dirigió su
mirada al cielo y se dijo a sí mismo: “Puede que Di-s acepte otro sacrificio”.
Así que llevó más pan al Arca y he aquí que sucedió lo mismo. El mendigo tomó
las hogazas de pan y el panadero estaba radiante de felicidad. Y así siguió
ocurriendo semana tras semana, año tras año, hasta que pasaron catorce años.
Un viernes por la tarde, el rabino,
que se había quedado dormido en su oficina del templo, se despertó por el
sonido de alguien que estaba en el Arca hablando quedamente sobre un sacrificio
de algún tipo. Sigilosamente, se levantó y miró a hurtadillas en el santuario,
donde vio al panadero poner pan en el Arca y marcharse. Unos minutos más tarde,
el rabino vio entrar al mendigo y suplicar: “¡Di-s, por favor, dame algo de
comer!”. Luego observó como el mendigo sacaba las hogazas de pan del Arca y
como su rostro se llenaba de dicha al salir corriendo de allí.
El rabino pensó: “Tengo que arreglar
esto”. Al día siguiente llamó al panadero y al mendigo para que fueran a su
oficina. Les dijo: “No sé qué piensan ustedes que está sucediendo aquí. Tú
-miró al panadero- dices que le estás dando un sacrificio a Di-s, mientras que
tú -miro al mendigo dices que Di-s te está dando comida. Pero nada de esto está
sucediendo. Uno de ustedes deja el pan dentro del Arca, y el otro lo saca. Di-s
no tiene nada que ver con esta transacción”. En aquel mismo instante, Rav Itzjak
Luria pasaba por allí, e inmediatamente le dijo al rabino: “Prepárate para
morir. Vas a dejar este mundo antes de que acabe el día”.
El rabino estaba atónito y
aterrorizado: “¿Por qué yo? ¿Qué he hecho?”, preguntó.
El Arí dijo: “Por supuesto que Di-s
tiene que ver. ¿Acaso no piensas que fue un milagro que durante catorce años el
panadero siempre llegara antes que el mendigo? Ni una sola vez llegaron en el
orden erróneo en todo este tiempo. Esto es así porque el Creador era tan feliz
de ver como tenía lugar este intercambio que el mismísimo Ángel de la Muerte no
podía entrar en tu templo. Verás, Di-s tiene muchas formas de recibir una ofrenda
de sacrificio. Una forma es dando a los necesitados. La felicidad del Creador
fue lo único que te mantuvo vivo durante estos catorce años. Debías abandonar
este mundo el mismo viernes en el que empezó este hermoso intercambio, y
habrías muerto si no hubiera sido por la felicidad de Di-s, igual que este
mendigo también habría muerto si no hubiera recibido el pan”.
La lección aquí es ver que Di-s
opera a través de nuestras propias acciones. Cuando hacemos un sacrificio de
cualquier tipo, el Creador lo acepta a través de la mano de otro ser humano. Es
en nuestras interacciones con los demás que la presencia se Di-s se siente de
forma más vibrante.
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