NÓAJ Y LA BENDICIÓN DE DI-S
Después de dejar el Arca con su familia, Nóaj
ofreció sacrificios para agradecer al Creador que les librara de la inundación.
Según los antiguos kabbalístas, el concepto de sacrificio se refiere al
sacrificio de nuestros propios atributos negativos. Dar las gracias está
relacionado con el despertar de la apreciación; no en beneficio del Creador,
quien no tiene ninguna necesidad en absoluto de agradecimiento ni apreciación,
sino por nuestro propio beneficio. La apreciación es una fuerza espiritual
real, una cantidad de energía que protege todo aquello que amamos. Agradecer es
por lo tanto una herramienta para salvaguardar las alegrías y los tesoros que
ya poseemos.
Después del Gran Diluvio, las líneas
metafísicas de comunicación entre los Mundos Superiores e Inferiores fueron
destruidas, y el flujo de Luz a nuestro mundo fue cortado. Para reestablecer el
vínculo, Nóaj reconstruyó los cables metafísicos que transcurren entre los
mundos. Este concepto es el misterio detrás del altar que Nóaj construyó.
(Zóhar, Nóaj 3, Introducción)
Di-s otorgó una bendición sobre Nóaj y sus
hijos diciéndoles: “PERÚ URVÚ UMILÚ ET-HAÁRETZ - Sean fecundos y multiplíquense, y
llenen la tierra”.
Tener hijos y enseñarles valores espirituales
es el camino más poderoso para traer Luz a nuestras vidas y al planeta entero.
Cada nueva alma que entra en nuestro mundo para transitar el camino espiritual
equivale a otra vela encendida en una habitación oscura. Cada nueva luz
disminuye la oscuridad, para finalmente hacerla desaparecer por completo. Por
lo tanto, la frase “UMILÚ ET-HAÁRETZ - Y
llenen la Tierra” se refiere en realidad a llenarla de la Luz que se ocultó en
el tiempo de la Creación.
Al mismo tiempo que recibimos bendiciones para
que nos ayuden a traer hijos al mundo, también podemos meditar en compartir
estas bendiciones con otros que también están intentando crear una familia.
Además de nuestros propios hijos, aquellas
personas con las que compartimos la sabiduría de la Kabbaláh también se
consideran nuestros hijos; nuestros hijos espirituales. Por lo tanto, el
concepto de ser fecundos y multiplicarse también se refiere a la diseminación
cada vez más amplia de esta sabiduría espiritual. La bendición de Di-s a Nóaj
se nos otorga a nosotros aquí y ahora para que podamos convertirnos en faros de
Luz para todas las personas con las que nos encontramos.
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