NÓAJ: SELLANDO CUALQUIER ABERTURA A LAS
INFLUENCIAS NEGATIVAS
וַיַּרְא חָם אֲבִי כְנַעַן
אֵת עֶרְוַת אָבִיו וַיַּגֵּד לִשְׁנֵי־אֶחָיו בַּחוּץ
VAIÁR JÁM AVÍ
JENÁÄN
ÉT ËRVÁT AVÍV VAIAGGÉD LISHNÉ-EJÁV
BAJÚTZ
“Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su
padre, y lo dijo a sus dos hermanos que estaban fuera”.
(Bereshít/Génesis 9:22)
Mientras que la Torá no lo dice de forma
explícita, la Kabbaláh nos cuenta que el hijo de Nóaj, Jám (Cam), violó a su
padre mientras Nóaj estaba intoxicado. La lección de esta difícil sección está
relacionada con el poder del Satán. Si hay la menor abertura en nuestras vidas
-representada aquí por el estado de embriaguez de Nóaj, pero que podría ser
igualmente nuestro ego fuera de control - nos volvemos vulnerables a cualquier
fuerza negativa que aceche a nuestro alrededor.
Incluso nuestros amigos más cercanos y
miembros de la familia pueden ser la causa de nuestra desgracia si permitimos
que los conflictos o problemas más pequeños infecten o inflamen nuestro ego.
Debemos esforzarnos al máximo por bloquear todas las aberturas a través de las
cuales la negatividad puede entrar en nuestras relaciones, y debemos erradicar
completamente nuestra propia inclinación al mal, para de esta forma colocar
todas nuestras relaciones sobre unos cimientos espirituales.
En un nivel más profundo de comprensión, la
violación de Nóaj está conectada con las relaciones sexuales que tuvieron lugar
entre Adám y el ángel negativo (cuyo nombre no pronunciamos) L-i-l-í-t, y entre
Javváh (Eva) y el ángel negativo (cuyo nombre no pronunciamos) S-a-m-a-e-l. En
otras palabras, Adám y Javváh escucharon y siguieron las instrucciones de la Serpiente,
para que comieran del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal. Esto equivale
a cuando nosotros escuchamos a nuestro propio ego, que nos dice que comamos el
fruto del exceso de indulgencia.
La conexión sexual entre Adám y Javvá y la
Serpiente puede también entenderse como la Vasija, o el alma colectiva de la
humanidad, conectándose prematuramente a un nivel superior de energía antes de
que la conciencia reactiva y egoísta de la Vasija hubiera sido purgada
totalmente de su naturaleza negativa.
Esto se relaciona con el poder de la
paciencia, de esperar, de restringir nuestra necesidad de tenerlo todo ahora.
Necesitamos la paciencia para dominar nuestros deseos egocéntricos antes de que
podamos tener la más ligera oportunidad de experimentar cualquier forma de
alegría. Cuando nos proponemos el logro de placer físico o espiritual por
razones egoístas, sin ninguna consideración por las otras personas que hay en
nuestra vida, es porque hemos sido seducidos y violados efectivamente por nuestro
propio ego, la fuerza negativa llamada Satán.
...Y hemos aprendido que a Jám, padre de
Canaán, le fue dado un lugar para gobernar. Y él castró a Nóaj, eliminando así
el secreto del Pacto, que lo había convertido en un hombre justo. Así pues
hemos aprendido que eliminó el Pacto (el órgano masculino) de él, lo cual
significa que él elimino el mojín de su existencia, el cual solo se otorga por
el poder de la alianza sagrada. Esta eliminación se considera castración.
(Zóhar, Nóaj 38:310)
La violación de Nóaj es similar por lo tanto a
la Serpiente, nuestro ego, violando a nuestra propia alma. Los versículos
esclarecedores que contienen esta historia encienden una Luz que sella
cualquier abertura a través de la cual las influencias negativas pueden intentar
seducirnos y violarnos, y eliminan por lo tanto la codicia de nuestra
naturaleza. Los ángeles negativos mencionados anteriormente (cuyos nombres no
pronunciamos) son borrados así de nuestra existencia, y cuando alcanzamos un
estado renovado de pureza nuestras heridas antiguas son curadas.
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