NOAJ: AMA A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO

NÓAJ: AMA A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO

וְאֵלֶּה תּוֹלְדֹת בְּנֵי־נֹחַ שֵׁם חָם וָיָפֶת וַיִּוָּלְדוּ לָהֶם בָּנִים אַחַר הַמַּבּוּל

VE´ÉL´LEH  TOLEDÓT  BENÉ-NÓAJ  SHÉM  JÁM  VAIÁFET  VAIVVALEDÚ  LAHÉM  BANÍM  AJÁR  HAMMABBÚL

“Estas son las generaciones de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, a los cuales nacieron hijos después del diluvio”

(Bereshít/Génesis 10:1)

Durante las generaciones de los hijos de Nóaj se produjo un gran crecimiento de la población. A medida que la población aumentaba, tenían lugar la separación y la división entre individuos, naciones y porciones de la tierra.

Esta sección esconde una lección sobre los peligros de la desunión, que es la causa originaria de todo el caos, ya se manifieste como mala salud, relaciones difíciles, ruina financiera o confusión global. Trata sobre la semilla y el nacimiento de la desunión, que a su vez ha creado desunión en las células de nuestro cuerpo, entre los miembros de la familia, en nuestras comunidades y en nuestro mundo.

Conectar con esta lectura ayuda a eliminar las barreras que han creado la separación y el conflicto entre la gente a lo largo de la historia. Una gran Luz de unidad brilla sobre nosotros, curando y uniendo nuestros elementos dispares en un único y verdadero pueblo global. Esta curación se extiende hasta las células mismas de nuestro cuerpo, y crea salud y bienestar en todas partes.

La mayoría de la población del mundo, incluida la gente de Egipto y China, desciende de los hijos de Jám (Cam). La interconexión de toda la humanidad es muy importante para nosotros. Cuando meditamos en infundir Luz a todas las naciones del mundo, estamos aplastando las semillas de la intolerancia y propagando la paz duradera a lo largo y ancho de toda la existencia, cumpliendo instantáneamente el mandamiento de “ama a tu prójimo como a ti mismo”.