EL PACTO SAGRADO ENTRE MARIDO Y
MUJER
“UMIBBESARÍ EJEZÉ
ELÓ-AH - Y desde mi carne veré a Di-s” (Ióv/Job 19:26b). ¿A qué se
refiere “Y desde mi carne”? Debería haber dicho, “Desde mi mismo”. Pero es
ciertamente desde mi carne, desde Iesód, que “Yo veré a Di-s”. ¿Y por qué está
escrito: “Y la carne de la santidad se terminará de ti”, lo cual es el sagrado
pacto? Está escrito, “Y mi pacto estará en tu carne”, es decir Iesód. Eso es
así porque cuando una persona queda inscrita en la sagrada inscripción de esta
señal, esto es, que la señal del pacto queda inscrita en él para preservarla
para siempre, él ve al Creador concretamente desde ella, y el alma sagrada se
aferra a él en la señal del pacto.
Y si él no es merecedor, puesto que
él no preservó este pacto, acerca de él está escrito, “Por el aliento de Di-s
ellos perecen” (Ióv/Job 4:9), pues no se preservó la inscripción del Creador. Y
si él es merecedor y la preserva, la Divinidad nunca se aparta de él.
¿Cuándo está presente la Divinidad
en él? Cuando él toma por esposa a una mujer. Esta señal entra en su lugar, en
la Divinidad y ellos se unen, lo masculino y lo femenino, que son la señal del
pacto y la Divinidad. Y ellos son llamados por un solo nombre. Y entonces se
posa una gracia elevada sobre ellos, en el lado masculino, la gracia en el
Nombre É´l (Di-s), que viene y sale de la Jojmá Superior y se corona en lo
masculino. Por lo tanto, a través de estos Jasadím, la Nukvá es mitigada.
En el nombre Eló-ah, É´l es la
iluminación de Jojmá. Vav es lo masculino y Hé es lo femenino. Lo masculino y
lo femenino se unen y ellos son llamados por un nombre, Eló-ah. Entonces la
sagrada Neshamá (el alma) se aferra desde ese lugar y todo depende de esa señal
del pacto.
Es debido a esto que está escrito: “UMIBBESARÍ EJEZÉ
ELÓ-AH - Y desde mi carne veré a Di-s” (Ióv/Job 19:26b), pues es la
completitud de todo. Desde mi propia carne, desde Iesód, desde la señal
concreta del pacto. Es por este motivo que el sagrado Israel son dichosos, pues
ellos se unen con el Creador. Dichosos son ellos en este mundo y en el mundo
por venir. Acerca de ellos está escrito, “Y ustedes que se apegan al Señor, su
Di-s, están vivos cada uno de ustedes en este día” (Devarím/Deuteronomio 4:4)
(Zóhar, Lej-Lejá)
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