AVRAHAM Y YOSEF: SUSTENTO FÍSICO Y ESPIRITUAL

AVRAHÁM Y IOSÉF: SUSTENTO FÍSICO Y ESPIRITUAL

וַיַּעֲבֹר אַבְרָם בָּאָרֶץ עַד מְקוֹם שְׁכֶם עַד אֵלוֹן מוֹרֶה וְהַכְּנַעֲנִי אָז בָּאָרֶץ

VAIAÄVÓR  AVRÁM  BAÁRETZ  ÄD  MEKÓM  SHEJÉM  ÄD  ELÓN  MORÉH  VEHAKKENAÄNÍ  ÁZ  BAÁRETZ

“Y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem, hasta el alcornoque de More; y el cananeo estaba entonces en la tierra” (Bereshít/Génesis 12:6)

En ese tiempo, la ciudad de Shejém no era un territorio relevante ni sagrado de ningún tipo. Pero cuando Ioséf, el sabio justo, fue finalmente enterrado allí, transformó el lugar en un punto de referencia espiritual, puesto que la presencia de Ioséf sirve como reserva de Luz espiritual que la humanidad utiliza hasta el día de hoy.

Sin embargo, en los ojos del kabbalísta, Shejém no es un emplazamiento sagrado porque es el lugar en el que descansa Ioséf, sino más bien Ioséf llegó para ser enterrado allí porque siempre fue un lugar sagrado. El mismo principio kabbalístico es cierto también para la ciudad de Jerusalén. Jerusalén es el centro energético principal del mundo y el almacén espiritual de toda la humanidad; este es el motivo por el cual tuvo que ser construido allí el Templo. Jerusalén no es sagrado por la presencia del Templo, sino más bien el Templo fue situado en Jerusalén porque la tierra en sí misma es sagrada y Divina.

El Zóhar nos dice que Ioséf representa la fuente de sustento para todo nuestro mundo. Él corresponde a la Sefirá de Iesód, el portal principal a través del cual la Luz y la energía fluyen a nuestro mundo. Por lo tanto, en esta sección, podemos invocar el poder de Ioséf y Shejém para erradicar la pobreza y purgar la oscuridad de la civilización humana, atrayendo sustento físico y espiritual para nosotros mismos y, en el proceso, para toda la humanidad.