SIMJÁT TORÁ Y LAS HAKKAFÓT (RONDAS)
El Zóhar pregunta por qué esta festividad
tiene dos nombres, Sheminí Ätzéret (Octavo día de la Asamblea) y Simját Torá
(Alegría de la Torá), y por qué es llamada “Zemán Simjaténu” (tiempo de nuestro
regocijo).
De acuerdo con el principio que hace
que una bombilla irradie luz, la dicha sólo puede revelarse cuando todos
reciben cuidados. Los polos positivos y negativos existen pero, sin la
resistencia del filamento interno, no se puede generar Luz. La Luz existe en
estado potencial todo el tiempo, pero no se revela sin la resistencia de la
Columna Central. Por lo tanto, está escrito en el Zóhar que Iaäkóv, junto con
los demás invitados, es parte y componente de Simját Torá; dado que Iaäkóv es
la Columna Central. De este modo, Iaäkóv y la restricción ya existen en Simját
Torá. Y después de trabajar en la restricción durante toda la festividad, ahora
podemos disfrutar la Luz. Esta felicidad es indiscriminada porque es la
revelación de toda la Luz.
En Simját Torá se revela toda la Luz
de la Torá (así como ocurrió en Shavuöt, cuando se entregaron los Diez
Enunciados), incluso para las personas que no fueron rigurosos en cumplir todas
las indicaciones de Rósh Hashaäná, Ióm Kippúr y Sukkót. Esto se debe a la
presencia de la Columna Central. En este sentido, Simját Torá es como una boda,
es un momento en el cual Zéër Anpín se une con Maljút. Todos los que asisten a
la boda, aun los que no se han preparado para el evento, pueden participar en
la celebración; la novia, el novio y sus familias han tenido que asumir
molestias debido a la preparación del evento, pero todos los invitados pueden
ciertamente disfrutar la fiesta. Es como la persona que enciende la luz en una
habitación; todo el que entre en la habitación puede disfrutar la luz de forma
gratuita. Todos pueden recibir, siempre y cuando estén conscientes de ser uno
solo con todos los presentes y estén dispuestos a compartir.
No hay explicación en la Torá para
el nombre ätzéret (reunión o asamblea) y no hay una razón explícita para la
celebración de esta festividad. Sólo el Zóhar explica que ätzéret proviene de
la palabra ätzirá (detener). Esto se refiere a la resistencia, la Columna
Central y Iaäkóv. Además, el significado de la palabra ätséret es “reunión”,
dado que en esta festividad se reúne toda la Luz. Por lo tanto, primero
realizamos el trabajo espiritual durante Sukkót. Después, en el octavo día,
llega la festividad de Ätzéret, para la reunión y descubrimiento de toda la
Luz. En el día de Simját Torá recibimos Luz Circundante para todo el año. Sólo
al dejar ir lo que tenemos ahora es que podemos recibir una porción de vida
para todo un año. Al aferrarnos a lo que tenemos, evitamos que la Luz entre en
nuestra vida y, por ende, estamos destinados a perderlo todo.
La Kabbaláh enseña que en Simját
Torá se nos da la capacidad de librar nuestra vida del cáncer y otras
enfermedades graves. ¿Cómo es posible esto? Sabemos que cada enfermedad existe
siempre que el cuerpo tenga vida. Las enfermedades se desarrollan en los procesos
de vida que ocurren en el cuerpo; por lo tanto, en el momento que una persona
muere, toda enfermedad se detiene. Este principio se aplica a todas las
dificultades que enfrentamos en la vida. Si pudiéramos omitir los procesos en
el mundo físico e ir por encima de la ilusión del continuo espacio-tiempo,
podríamos entrar en un estado post mortem y, de esta manera, causar una
extinción inmediata a todas las manifestaciones de caos en nuestra vida. Así de
grande es la oportunidad de Simját Torá. En esta festividad nos elevamos por
encima de la ilusión del tiempo, dado que Simját Torá es Luz Circundante-la
unión del pasado, presente y futuro- y, por lo tanto, constituye una
oportunidad sin precedentes para liberar nuestra vida de todo caos. Para
conectar con la Luz Circundante damos vueltas alrededor de la bimá con los rollos
de la Torá la noche de Simját Torá, la mañana y la noche siguiente (como el Arí
solía hacerlo). La cantidad de rondas es igual a la fortaleza de la conexión
con la Luz Circundante para todo el año.
Todo está disponible para nosotros.
Lo único que necesitamos es certeza en que existe. Cuando derribamos las
ilusiones ante nosotros, anulamos nuestras presuposiciones limitantes y
abolimos todos los prejuicios y dudas, nos abrimos para dejar que entre la Luz.
Esto es importante hacerlo cada día, pero en especial Simját Torá.
LESHÉM IJÚD PARA LAS HAKKAFÓT
Por el bien de la unificación del
Santo, Bendito sea Él, y Su Shejiná, con temor y amor y con amor y temor, a fin
de unificar el Nombre Iúd-Ké y Vav-Ké en perfecta unidad, y en el nombre de
Israel venimos por este medio a realizar la costumbre de Israel, el pueblo
santo, de completar siete rondas alrededor de la bimá, sobre la cual reposa el
rollo de la Torá, y de regocijarnos grandemente en la alegría de la Torá, de
corregir su raíz en el Lugar Celestial. Y que sea Tu voluntad, Señor, nuestro
Di-s y Di-s de nuestros padres, que con la fortaleza de estas hakkafót caiga el
portón de hierro que nos separa a nosotros de Ti. Y que estemos rodeados con
Torá y preceptos tanto por dentro como por fuera, y que nos aferremos a Ti y a
Tu Torá constantemente, nosotros y nuestra descendencia, y la descendencia de
nuestra descendencia. “Que la gracia de Di-s, nuestro Di-s, esté sobre nosotros
y que Él establezca la obra de nuestras manos y que la obra de nuestras manos
lo establezca a Él” (Tehil´lím/Salmos 90:17).
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