LA LETRA י IUD

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LA LETRA י IUD   Por Kabbalah y Torah en Expansión   La letra י ‘Iud’, un pequeño punto suspendido, revela la chispa de bondad esencial escondida en la letra ט ‘Tet’. A continuación del ‘Tzimtzum’ inicial (la contracción de la ‘Or En Sof’ (Luz Infinita) de HaShem para hacer “lugar” a la Creación), quedó dentro del ‘Jalal’ (“espacio vacío”) un punto potencial e individual o ‘Reshimú’ (“impresión”). El secreto de este punto es el poder del Infinito de contener el fenómeno finito dentro de Sí Mismo, y expresarlo en la realidad externa aparente. Una manifestación finita comienza de un punto de dimensión cero, luego se desarrolla en una línea unidimensional y una superficie bidimensional. Esto está insinuado en la escritura completa de la letra י ‘Iud’ יוד (iud-vav-dálet): “punto” (iud), “línea” (vav), “superficie” (dálet).   Estas 3 etapas corresponden en Kabbalá a: “punto” (Nekuddá), “espectro” (Sefirá) y “rostro” (Partzuf). El punto inicial, el poder esencial de la letra

SIMJAT TORA Y LAS HAKAFOT (RONDAS)


SIMJÁT TORÁ Y LAS HAKKAFÓT (RONDAS)

El Zóhar pregunta por qué esta festividad tiene dos nombres, Sheminí Ätzéret (Octavo día de la Asamblea) y Simját Torá (Alegría de la Torá), y por qué es llamada “Zemán Simjaténu” (tiempo de nuestro regocijo).

De acuerdo con el principio que hace que una bombilla irradie luz, la dicha sólo puede revelarse cuando todos reciben cuidados. Los polos positivos y negativos existen pero, sin la resistencia del filamento interno, no se puede generar Luz. La Luz existe en estado potencial todo el tiempo, pero no se revela sin la resistencia de la Columna Central. Por lo tanto, está escrito en el Zóhar que Iaäkóv, junto con los demás invitados, es parte y componente de Simját Torá; dado que Iaäkóv es la Columna Central. De este modo, Iaäkóv y la restricción ya existen en Simját Torá. Y después de trabajar en la restricción durante toda la festividad, ahora podemos disfrutar la Luz. Esta felicidad es indiscriminada porque es la revelación de toda la Luz.

En Simját Torá se revela toda la Luz de la Torá (así como ocurrió en Shavuöt, cuando se entregaron los Diez Enunciados), incluso para las personas que no fueron rigurosos en cumplir todas las indicaciones de Rósh Hashaäná, Ióm Kippúr y Sukkót. Esto se debe a la presencia de la Columna Central. En este sentido, Simját Torá es como una boda, es un momento en el cual Zéër Anpín se une con Maljút. Todos los que asisten a la boda, aun los que no se han preparado para el evento, pueden participar en la celebración; la novia, el novio y sus familias han tenido que asumir molestias debido a la preparación del evento, pero todos los invitados pueden ciertamente disfrutar la fiesta. Es como la persona que enciende la luz en una habitación; todo el que entre en la habitación puede disfrutar la luz de forma gratuita. Todos pueden recibir, siempre y cuando estén conscientes de ser uno solo con todos los presentes y estén dispuestos a compartir.

No hay explicación en la Torá para el nombre ätzéret (reunión o asamblea) y no hay una razón explícita para la celebración de esta festividad. Sólo el Zóhar explica que ätzéret proviene de la palabra ätzirá (detener). Esto se refiere a la resistencia, la Columna Central y Iaäkóv. Además, el significado de la palabra ätséret es “reunión”, dado que en esta festividad se reúne toda la Luz. Por lo tanto, primero realizamos el trabajo espiritual durante Sukkót. Después, en el octavo día, llega la festividad de Ätzéret, para la reunión y descubrimiento de toda la Luz. En el día de Simját Torá recibimos Luz Circundante para todo el año. Sólo al dejar ir lo que tenemos ahora es que podemos recibir una porción de vida para todo un año. Al aferrarnos a lo que tenemos, evitamos que la Luz entre en nuestra vida y, por ende, estamos destinados a perderlo todo.

La Kabbaláh enseña que en Simját Torá se nos da la capacidad de librar nuestra vida del cáncer y otras enfermedades graves. ¿Cómo es posible esto? Sabemos que cada enfermedad existe siempre que el cuerpo tenga vida. Las enfermedades se desarrollan en los procesos de vida que ocurren en el cuerpo; por lo tanto, en el momento que una persona muere, toda enfermedad se detiene. Este principio se aplica a todas las dificultades que enfrentamos en la vida. Si pudiéramos omitir los procesos en el mundo físico e ir por encima de la ilusión del continuo espacio-tiempo, podríamos entrar en un estado post mortem y, de esta manera, causar una extinción inmediata a todas las manifestaciones de caos en nuestra vida. Así de grande es la oportunidad de Simját Torá. En esta festividad nos elevamos por encima de la ilusión del tiempo, dado que Simját Torá es Luz Circundante-la unión del pasado, presente y futuro- y, por lo tanto, constituye una oportunidad sin precedentes para liberar nuestra vida de todo caos. Para conectar con la Luz Circundante damos vueltas alrededor de la bimá con los rollos de la Torá la noche de Simját Torá, la mañana y la noche siguiente (como el Arí solía hacerlo). La cantidad de rondas es igual a la fortaleza de la conexión con la Luz Circundante para todo el año.

Todo está disponible para nosotros. Lo único que necesitamos es certeza en que existe. Cuando derribamos las ilusiones ante nosotros, anulamos nuestras presuposiciones limitantes y abolimos todos los prejuicios y dudas, nos abrimos para dejar que entre la Luz. Esto es importante hacerlo cada día, pero en especial Simját Torá.


LESHÉM IJÚD PARA LAS HAKKAFÓT

Por el bien de la unificación del Santo, Bendito sea Él, y Su Shejiná, con temor y amor y con amor y temor, a fin de unificar el Nombre Iúd-Ké y Vav-Ké en perfecta unidad, y en el nombre de Israel venimos por este medio a realizar la costumbre de Israel, el pueblo santo, de completar siete rondas alrededor de la bimá, sobre la cual reposa el rollo de la Torá, y de regocijarnos grandemente en la alegría de la Torá, de corregir su raíz en el Lugar Celestial. Y que sea Tu voluntad, Señor, nuestro Di-s y Di-s de nuestros padres, que con la fortaleza de estas hakkafót caiga el portón de hierro que nos separa a nosotros de Ti. Y que estemos rodeados con Torá y preceptos tanto por dentro como por fuera, y que nos aferremos a Ti y a Tu Torá constantemente, nosotros y nuestra descendencia, y la descendencia de nuestra descendencia. “Que la gracia de Di-s, nuestro Di-s, esté sobre nosotros y que Él establezca la obra de nuestras manos y que la obra de nuestras manos lo establezca a Él” (Tehil´lím/Salmos 90:17).






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