LA LETRA י IUD

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LA LETRA י IUD   Por Kabbalah y Torah en Expansión   La letra י ‘Iud’, un pequeño punto suspendido, revela la chispa de bondad esencial escondida en la letra ט ‘Tet’. A continuación del ‘Tzimtzum’ inicial (la contracción de la ‘Or En Sof’ (Luz Infinita) de HaShem para hacer “lugar” a la Creación), quedó dentro del ‘Jalal’ (“espacio vacío”) un punto potencial e individual o ‘Reshimú’ (“impresión”). El secreto de este punto es el poder del Infinito de contener el fenómeno finito dentro de Sí Mismo, y expresarlo en la realidad externa aparente. Una manifestación finita comienza de un punto de dimensión cero, luego se desarrolla en una línea unidimensional y una superficie bidimensional. Esto está insinuado en la escritura completa de la letra י ‘Iud’ יוד (iud-vav-dálet): “punto” (iud), “línea” (vav), “superficie” (dálet).   Estas 3 etapas corresponden en Kabbalá a: “punto” (Nekuddá), “espectro” (Sefirá) y “rostro” (Partzuf). El punto inicial, el poder esencial de la letra

QUÉ SON LOS USHPIZIN


QUÉ SON LOS USHPIZÍN

Dice en el Libro del Zóhar: “Cuando el pueblo de Israel sale de sus casas y entra a la sukká en honor al Santo, Bendito es Él, ellos se hacen meritorios allí y reciben a la Presencia Divina. Y todos los Siete Fieles Pastores descienden del Gan Edén y vienen a la sukká para hospedarse y comer con ellos en la sukká”.

Los Siete Huéspedes son: Avrahám, Itzják, Iaäkóv, Ioséf, Moshé, Aharón y Davíd. Ellos se sientan junto con el pueblo de Israel en la sukká. Y cada día viene uno de ellos al frente de la comitiva, y el resto de los Huéspedes vienen junto con él. Y antes de entrar a la sukká el santo pueblo de Israel invita a los Ushpizín en forma honorable, diciendo: “¡Vengan, Santos Huéspedes Celestiales!”; y llaman al Huésped que ese día está al frente de la comitiva, y lo invitan a entrar a la sukká junto con el resto de los Santos Huéspedes.

Y los iehudím no se conforman con recibir a los Huéspedes que llegan del Gan Edén, sino que también invitan a otros iehudím pobres y a parientes y amigos, a comer con ellos en la sukká. Y todo esto provoca beneplácito delante de la Shejiná (Presencia Divina) y también a los Pastores del pueblo que también se hospedan allí.

Está escrito en los libros que todo hombre temeroso del Cielo debe procurar tener cada día un pobre como invitado en su mesa, y debe darle de comer una buena porción, como si fuera uno de los Santos Patriarcas que come con él. Y quien puede, es bueno que cada día tenga siete invitados pobres, en correspondencia con todos los Santos Huéspedes, y una bendición se posará sobre su cabeza.




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