PARASHÁT VAIÉLEJ -
(Devarím/Deuteronomio 31:1-30) - Hacer nuestra corrección/Transparencia
La historia de Vaiélej se lee en las
semanas previas a Rósh Hashaná y Ióm Kippúr, un momento en el que estamos
enfocados en el arrepentimiento y en limpiar nuestra pizarra de la negatividad
del año anterior. No obstante, es importante que no emprendamos ningún aspecto
de este trabajo interno solamente porque estamos en cierto momento del año.
¿Cuál es entonces el propósito verdadero de estas semanas que anteceden a Rósh
Hashaná y Kippúr? Y, si vamos al caso, ¿cuál es el propósito de nuestro trabajo
espiritual en general?
La respuesta a estas preguntas y el
secreto de toda la espiritualidad está escrita en la oración del Shemá: “BESHIVTEJÁ BEVETEJÁ
UVLEJTEJÁ VADDÉREJ”, que
significa “cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino” (Devarím/Deuteronomio
6:7). Una vez que la gente emprende un camino espiritual, tienden a pensar que
hay momentos “espirituales” y otros “no espirituales”. Por ejemplo, Shabbát se
considera un momento espiritual. Este versículo se refiere a estos períodos
espirituales como “cuando andes por el camino”. Pero tener un momento
“espiritual” específico no es suficiente: en el sentido más profundo, cada
momento de nuestra vida es espiritual; ya sea “cuando te sientes en tu casa” o
“cuando andes por el camino".
La espiritualidad es una parte
inherente de nosotros, indiferentemente si el día es Shabbát, una festividad o,
simplemente, otro día normal. La espiritualidad no puede encenderse o apagarse:
debe ser innata. Por supuesto, no se espera que alcancemos este nivel de
entendimiento en uno o dos días, ni en uno o dos años. Ser verdaderamente
espirituales es el destino de nuestro trabajo de vida, el verdadero propósito
por el cual estamos aquí.
Una vez, Rav Berg y su maestro, Rav
Brandwein, estaban caminando por una calle en Israel cuando un miembro de un
kibbútz se acercó a Rav Brandwein y lo abrazó. Cuando Rav Berg presenció esta
expresión de amor, le preguntó al hombre: “¿Qué haces? ¿Cuál es tu conexión con
este rabbí?”. Después de todo, era bien sabido que los miembros de los kibbútz
normalmente eran hostiles con la gente religiosa. El hombre del kibbútz le
contestó a Rav Berg: “¡Este hombre no es un rabbí! ¡Él es un kabbalísta!”. En
otras palabras, Rav Brandwein no era alguien que vivía en el Jardín de Edén; en
lugar de ello, Rav Brandwein tenía el Jardín de Edén dentro de sí.
En varias ocasiones, Rav Brandwein
pasaba el Shabbát en Haifa, que es la única ciudad en Israel que ofrece servicio
de transporte en autobús en Shabbát. Mientras Rav Brandwein caminaba por una
calle en Haifa, vio al alcalde de la ciudad, Abbá Cushí. Abbá Cushí era
conocido por ser un fumador empedernido, pero no estaba fumando en esta
ocasión. Abbá Cushí saludó a Rav Brandwein diciendo: “Hace un mes, usted y yo
nos encontramos en Haifa. Yo estaba fumando en Shabbát. Usted no dijo nada,
pero yo pude ver que eso le causó dolor. Por lo tanto, he dejado de hacerlo porque
supe que lo lastimaba y, aun así, usted no dijo una palabra”.
Lo que Abbá Cushí sintió de Rav
Brandwein era la Luz de “mientras caminas en el sendero”: la Luz del Creador
que está siempre en nosotros. El propósito de nuestro trabajo interno es llegar
al punto en el que no tengamos que hacer un esfuerzo en ser espirituales porque
ser espirituales es nuestra naturaleza en todo momento. Entonces, el Jardín de
Edén estará realmente dentro de nosotros.
Uno siempre debe recordar que “no hay
ausencia en la espiritualidad”; y si hay alguna forma de innovación, entonces
es una adición a la forma anterior. Y esto no causa carencia en la primera
forma dado que no hay ausencia, compensación o intercambio en la
espiritualidad.
(Rav Brandwein, Parte 1, Carta 7)
Con tan sólo 30 versículos, Vaiélej
es la Parashá más corta de la Torá. Hemos aprendido de los sabios que existe
una Ley Universal que determina que menos es más. Cuando participamos en la
lectura de este capítulo y conectamos con ésta, tenemos una oportunidad de
revelar una cantidad enorme de Luz para nosotros y para todo el mundo.
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