LA LETRA כ KAF

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LA LETRA כ KAF     Por Kabbalah y Torah en Expansión   Las 2 letras de la escritura completa de la palabra כ ‘Kaf’, כף son las iniciales de 2 palabras hebreas: ‘Kóaj’ (“potencial”) y ‘Poël’ (“real”). Así la כ ‘Kaf’ alude al poder latente dentro del reino espiritual, el potencial de manifestarse completamente en la esfera física de lo real. HaShem debe crear el Mundo continuamente; de lo contrario, la Creación dejaría de existir instantáneamente. Su potencial, es entonces actualizado a cada momento. Este concepto se conoce como “el poder de revelar el eterno potencial dentro de la realidad”. En la Jasidut se nos enseña que esta debe ser la primera percepción al despertar. De momento que el significado literal de la letra כף ‘Kaf’ es “palma” - el lugar del cuerpo donde se lleva a la práctica el potencial - esta percepción es reflejada en la costumbre de poner una palma sobre la otra al despertar, al recitar la plegaria ‘Modé Aní’:   MODÉ (MODÁ)   ANÍ   LEFANEJA   MÉLEJ  

PARASHA VAYELEJ - (Devarím/Deuteronomio 31:1-30) - Hacer nuestra corrección/Transparencia


PARASHÁT VAIÉLEJ - (Devarím/Deuteronomio 31:1-30) - Hacer nuestra corrección/Transparencia

La historia de Vaiélej se lee en las semanas previas a Rósh Hashaná y Ióm Kippúr, un momento en el que estamos enfocados en el arrepentimiento y en limpiar nuestra pizarra de la negatividad del año anterior. No obstante, es importante que no emprendamos ningún aspecto de este trabajo interno solamente porque estamos en cierto momento del año. ¿Cuál es entonces el propósito verdadero de estas semanas que anteceden a Rósh Hashaná y Kippúr? Y, si vamos al caso, ¿cuál es el propósito de nuestro trabajo espiritual en general?

La respuesta a estas preguntas y el secreto de toda la espiritualidad está escrita en la oración del Shemá: “BESHIVTEJÁ  BEVETEJÁ  UVLEJTEJÁ  VADDÉREJ”, que significa “cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino” (Devarím/Deuteronomio 6:7). Una vez que la gente emprende un camino espiritual, tienden a pensar que hay momentos “espirituales” y otros “no espirituales”. Por ejemplo, Shabbát se considera un momento espiritual. Este versículo se refiere a estos períodos espirituales como “cuando andes por el camino”. Pero tener un momento “espiritual” específico no es suficiente: en el sentido más profundo, cada momento de nuestra vida es espiritual; ya sea “cuando te sientes en tu casa” o “cuando andes por el camino".

La espiritualidad es una parte inherente de nosotros, indiferentemente si el día es Shabbát, una festividad o, simplemente, otro día normal. La espiritualidad no puede encenderse o apagarse: debe ser innata. Por supuesto, no se espera que alcancemos este nivel de entendimiento en uno o dos días, ni en uno o dos años. Ser verdaderamente espirituales es el destino de nuestro trabajo de vida, el verdadero propósito por el cual estamos aquí.

Una vez, Rav Berg y su maestro, Rav Brandwein, estaban caminando por una calle en Israel cuando un miembro de un kibbútz se acercó a Rav Brandwein y lo abrazó. Cuando Rav Berg presenció esta expresión de amor, le preguntó al hombre: “¿Qué haces? ¿Cuál es tu conexión con este rabbí?”. Después de todo, era bien sabido que los miembros de los kibbútz normalmente eran hostiles con la gente religiosa. El hombre del kibbútz le contestó a Rav Berg: “¡Este hombre no es un rabbí! ¡Él es un kabbalísta!”. En otras palabras, Rav Brandwein no era alguien que vivía en el Jardín de Edén; en lugar de ello, Rav Brandwein tenía el Jardín de Edén dentro de sí.

En varias ocasiones, Rav Brandwein pasaba el Shabbát en Haifa, que es la única ciudad en Israel que ofrece servicio de transporte en autobús en Shabbát. Mientras Rav Brandwein caminaba por una calle en Haifa, vio al alcalde de la ciudad, Abbá Cushí. Abbá Cushí era conocido por ser un fumador empedernido, pero no estaba fumando en esta ocasión. Abbá Cushí saludó a Rav Brandwein diciendo: “Hace un mes, usted y yo nos encontramos en Haifa. Yo estaba fumando en Shabbát. Usted no dijo nada, pero yo pude ver que eso le causó dolor. Por lo tanto, he dejado de hacerlo porque supe que lo lastimaba y, aun así, usted no dijo una palabra”.

Lo que Abbá Cushí sintió de Rav Brandwein era la Luz de “mientras caminas en el sendero”: la Luz del Creador que está siempre en nosotros. El propósito de nuestro trabajo interno es llegar al punto en el que no tengamos que hacer un esfuerzo en ser espirituales porque ser espirituales es nuestra naturaleza en todo momento. Entonces, el Jardín de Edén estará realmente dentro de nosotros.

Uno siempre debe recordar que “no hay ausencia en la espiritualidad”; y si hay alguna forma de innovación, entonces es una adición a la forma anterior. Y esto no causa carencia en la primera forma dado que no hay ausencia, compensación o intercambio en la espiritualidad.

(Rav Brandwein, Parte 1, Carta 7)

Con tan sólo 30 versículos, Vaiélej es la Parashá más corta de la Torá. Hemos aprendido de los sabios que existe una Ley Universal que determina que menos es más. Cuando participamos en la lectura de este capítulo y conectamos con ésta, tenemos una oportunidad de revelar una cantidad enorme de Luz para nosotros y para todo el mundo.




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