LECTURA DEL ZOHAR PARA HOSHANA RABBA (El séptimo día de sukkót)


LECTURA DEL ZÓHAR PARA HOSHAÄNÁ RABBÁ (El séptimo día de sukkót) - (Sábado 29 septiembre 2018 en la noche)

Hay cuatro especies en la rama de la palmera (luláv), y son siete: tres mirtos, dos sauces, un luláv y un etróg. Con el trabajo de ellos, despiertan otros siete en lo alto, las siete Sefirót JaGáT NeHÍM: tres mirtos, opuestos a JaGáT; dos sauces, opuestos a NH (Nétzaj-Hód); un luláv opuesto a Iesód; y un etróg opuesto a Maljút – para impartir al mundo con diversas Bejinót (discernimientos/caminos/maneras/aspectos), impartidas desde las siete Sefirót.

A pesar de que la congregación de Israel, Maljút es en realidad siete Sefirót, ella es bendecida por todas las seis Sefirót por encima de ella, que son JaGáT NeHI (Jésed-Guevurá-Tiféret  -  Nétzaj-Hód-Iesód), y por la corriente profunda que la fuente extiende y cuyas aguas nunca dejan de fluir sobre las seis Sefirót, JaGáT NeHI. Asimismo, ella nutre a la hija, Maljút, pues debido a que Maljút es la hija del mundo superior, Biná y el mundo inferior ZA (Zéër Anpín), ella es bendecida por ellos en este despertar. Eso es porque cuando la congregación de Israel es bendecida por ellos, todos los mundos son bendecidos, recibiendo de ella, y por lo tanto rodean el altar en los siete días de Sukkót, pues el altar Maljút recibe de Biná y de ZA y la llenan con siete Sefirót a través de siete circunvalaciones (vueltas al altar).

Además, en el despertar, cuando se sostienen las cuatro especies, todas las seis Sefirót JaGáT NeHI son bendecidas con agua, es decir, con abundancia y están plenas. Todas ellas extraen de la fuente de las corrientes, que es la más profunda de todas, de Biná, para llevar al mundo, Por esta razón, todas las cuatro especies debe estar húmedas y no secas, pues la humedad alude a que están llenas de abundancia para extender las bendiciones al mundo. Esto es así porque los árboles del mirto, del sauce y de la palmera siempre están húmedos y sus hojas siempre están en el árbol, ya sea verano o invierno, y su tiempo de alegría se da en los siete días de Sukkót.

Esa fuerza, que fue designada sobre los árboles de las cuatreo especies, cada una de ellas toma las bendiciones de la alegría arriba solamente en ese momento. Y la alegría de todos arriba y la alegría de estos árboles abajo es enteramente durante los días de Sukkót. Asimismo, su despertar depende de esos santos del Rey, es decir, cuando las ramas de la palmera son sostenidas por Israel. Y cuando Israel las toma, todos despiertan en ese tiempo, y el mundo, Maljút, es bendecido para verter las bendiciones a este mundo.

Está escrito, “La voz del Señor está sobre las aguas; el Di-s de la gloria del trueno”. Se refiere a Abraham/Avrahám, la cualidad de Jésed. “La voz del Señor es poderosa”, se refiere a Itzják/Isaac, Guevurá. “La voz del Señor es majestuosa”, se refiere a Iaäkóv/Jacob, Tiféret. “La voz del Señor quebranta los cedros”, en Nétzaj. “La voz del Señor taja las llamas del fuego”, se refiere a Hód. “La voz del Señor estremece al desierto”, se refiere al justo, Iesód. “La voz del Señor hace que la cierva de a luz”, es Tzédek (justicia), Maljút. Todos crecen en el mar, que es Biná, y son regados con agua, por la abundancia de Biná, para crecer, como está escrito, “Un río fluye del Edén para regar el jardín”. Y todos esos despiertan bendiciones para el mundo con la poción que ellos bebieron.

Siete voces, JaGáT NeHIM dependen de la palabra de la boca, todo el año. Ahora durante los siete días de Sukkót, todos dependen solamente de la acción. Y necesitamos una acción, no de palabras, pues en el tiempo de los siete días de Sukkót se bendice para todo el año.

Las Mitzvót que dependen de la palabra extienden interioridad, pero no extienden iluminación de Jojmá de la línea izquierda, pues es exterioridad. Y las Mitzvót que dependen de los actos extienden exterioridad, la iluminación de Jojmá de la línea izquierda, Mojín de VáK (Vav Ketzavót/Seis bordes: Jésed-Guevurá-Tiféret  Nétzaj-Hód-Iesód - JaGáT NeHI) y exterioridad. En los siete días de Sukkót, debemos corregir la exterioridad, la extensión de Jojmá de la izquierda y por esta razón, necesitamos las Mitzvót prácticas, que la pueden evocar.

Es debido a esto que fue dicho, “Ahora durante los siete días de Sukkót, dependen solamente del acto”. Necesitamos un acto para extender la corrección de la exterioridad, que es la iluminación de Jojmá de la izquierda y no de la palabra, pues la palabra extiende sólo la exterioridad, Jasadím, que atraemos a lo largo del año.

Siete voces, JaGáT NeHIM dependen de la palabra de la boca a lo largo del año, y no necesitan acción. Esto es así porque durante los siete días de Sukkót, bendice para todo el año, pues una vez que extendemos iluminación de Jojmá en la izquierda, durante los siete días de Sukkót a JaGáT NeHIM, es suficiente, para el resto del año, para que las Jasadím que extendemos por las Mitzvót que dependen de la palabra a lo largo del año, sean bendecidas con la iluminación de Jojmá de los siete días de Sukkót. Con esto, se convierten en Jasadím reveladas y no necesitan más las Mitzvót que dependen de un acto, para este asunto, sino para otras cosas.

El séptimo día del festival, Hoshaäná Rabbá (la Gran Súplica), es el fin del Dín del mundo y los juicios que se emiten de la casa del Rey, y las Guevurót despiertan y concluyen en ese día. Los sauces del arroyo (äravót) dependen de esas Guevurót y deben despertar las Guevurót en el agua, rodeando el altar siete veces correspondientes a las JaGáT NeHIM que es opuesto a Maljút, para saciar el altar con las aguas de Itzják/Isaac, con la iluminación de Jojmá de la línea izquierda, Itzják, para que el agua pueda llenar el pozo de Isaac, que es Maljút. Cuando ella recibe de la izquierda es cuando ella es convocada. Y cuando ella está llena, todo el mundo es bendecido con agua.

Tres libros se abren en Rósh HaShaná (1 de Tishré, el Nuevo Año judío): de los justos completos, de los malvados completos y de los intermedios. Los justos completos de inmediato son inscritos para la vida. Los malvados completos son de inmediato inscritos para la muerte. Los intermedios quedan pendientes hasta Ióm Kippúr (10 de Tishré/El Día de la Expiación). No se habla de los justos completos (tzaddikím) o los malvados completos (reshaím), pues su sentencia ha sido dictada en el primer día de Rósh HaShaná. De todo lo que se habla es de los intermedios (benoním), que se quedan pendientes hasta Ióm Kippúr. Si se arrepienten, quedan sellados para la vida; y los malvados que no se arrepienten, quedan sellados para la muerte.

Y la expiación de los pecados en Ióm Kippúr es la extensión de la iluminación de Jojmá por medio del ascenso de Maljút a Biná, pues hay expiación de los pecados sólo por la revelación de la luz de Jojmá, la luz de la vida. Por lo tanto, los intermedios, que se arrepienten, son entonces merecedores de la expiación de los pecados y de quedar inscritos a la vida. Sin embargo, esto no da por terminado el asunto, pues la luz de Jojmá no ilumina sin Jasadím y el tiempo de extensión de Jasadím para vestirse en Jojmá se realiza durante los siete días de Sukkót. Se deduce que en el séptimo día, en Hoshaäná Rabbá, el vestido de Jojmá en Jasadím queda completado y entonces la inscripción a la vida que fue realizado en Ióm Kippúr queda completada.

De igual forma, para aquellos que no se arrepintieron y fueron inscritos para la muerte en Ióm Kippúr, la inscripción aún no ha sido completada, pues tienen tiempo para el arrepentimiento hasta el séptimo día de Sukkót, ya que Jojmá continúa a lo largo de ese tiempo. Y si ellos se arrepienten de sus iniquidades quedarán expiados por ella y ellos serán merecedores de la luz de la vida.

Por esta razón, el día de Hoshaäná Rabbá es considerado un día de entrega de los veredictos a los malajím/ángeles, ya sea para la vida o para la muerte. Esto es así porque después de que se entregan los veredictos a los ejecutores, ya no pueden regresarse, pues después del día de Hoshaäná Rabbá ya no hay extensión de Jojmá. Y puesto que después ya no hay más extensión de Jojmá, los veredictos se emiten desde la casa del Rey, es decir que se ejecutan y no regresan. Asimismo, Guevurá despierta y concluye en ese día, pues Guevurá, que es extensión de Jojmá, finaliza en ese día y no extiende Jojmá para más adelante.

En el día de Hoshaäná Rabbá, las Guevurót son requeridas para extender agua, lo cual es la iluminación de Jojmá, que es extraída únicamente con Guevurót y Diním (juicios). Después, deben concluir pues en ese día, el Dín (juicio) concluye, es decir, que ya no hay necesidad de extender la iluminación de Jojmá que se extrae del Dín. Esta es la razón por la que se necesita golpear a los sauces contra el suelo y concluirlos, es decir su iluminación, para que no sean encontrados. Es porque en este día hay despertar de Jojmá y la conclusión de Jojmá. Por lo tanto, usamos a los äravót (sauces del arroyo), lo cual alude a NH (Nétzaj y Hód), en donde Jojmá aparece a través de los Diním para realizar un despertar y una conclusión.

El suelo es la última Bejiná (discernimiento) en Maljút. Cuando los sauces son golpeados contra el suelo, la iluminación de Jojmá se extiende con los Diním a la última Bejiná de Maljút, en donde está la conclusión de su iluminación. La Razón por la cual Jojmá aparece sólo en los sauces, en NH, es que desde el Jazé (pecho) y arriba, es GáR (Guímel Rishonót/Tres Primeras: Jojmá-Biná y Dáät) de Gúf (cuerpo) y NH desde el Jazé hacia abajo es VaK (JaGáT NeHI) de Gúf. Y puesto que los GáR de Jojmá estaban ocultos y sólo VáK de Jojmá estaban revelados, su lugar está en VáK de Gúf, lo cual es NH (Nétzaj y Hód). A esto se refiere los äravót (sauces del arroyo).

Son denominados, “sauces del arroyo”, porque las Guevurót, la iluminación de Jojmá con los Diním en ellos, surgen de la corriente de agua que es Biná, y en ese día despiertan y concluyen. En ese día está escrito, “Entonces Itzják/Isaac regresó cavó los pozos de agua”. Escribe, “pozos”, sin una letra Vav (en hebreo), pues alude a Maljút que es llamada “un pozo”.

¿A qué se refiere con “regresó”? En el primer día del mes, en Rósh HaShaná, estaba el comienzo del Dín a través del mundo e Itzják/Isaac, la línea izquierda, ascendió al trono de la justicia para juzgar al mundo. En Hoshaäná Rabbá, Isaac regresó a atraer a los Diním y a concluir los Diním y a cavar los pozos de agua, es decir, para derramar Guevurót para la congregación de Israel, Maljút, el pozo para atraer el agua, la iluminación de Jojmá, es extendida hacia el mundo solamente con Jojmá.

En Rósh HaShaná, los Diním de la línea izquierda comienzan a aparecer. En ese tiempo, Maljút estaba cerca de dos grandes luces, vistiendo la línea izquierda de Biná. Por medio de soplar el cuerno (shofár), la línea izquierda fue disminuida por la línea media a través de dos acciones: primero en Manülá (cerradura), lo cual la disminuye completamente y luego por medio de la Miftajá (llave), que la habilita para recibir VáK de Jojmá. En Ióm Kippúr, a través del ascenso de Maljút a Biná, los VáK de Jojmá aparecieron en ella con cinco tormentos que ella recibió de la línea izquierda de Biná.

Luego de Ióm Kippúr, los Jasadím para vestir Jojmá comienzan a aparecer, sin los cuales Jojmá no ilumina y la corrección de Jojmá se extiende en Jasadím a través de rodear el altar hasta el día de Hoshaäná Rabbá, lo cual es Maljút de los siete días de Sukkót, JaGáT NeHÍM. Por lo tanto, se debe volver a despertar a Jojmá con la corrección de Jasadím en la circunvalación del altar, para corregir el séptimo día con ella, y para concluir la extensión de Jojmá completamente. Esto es así porque desde que ella llegó a Maljút, ya no hay necesidad de extenderla.

Y debido a que estas Guevurót descienden solamente a través de las nubes, los Diním, y solo en un día nublado, el viento (Rúaj) de los pilares del mundo se asienta sobre ellos, así debe ser porque el mundo los necesita, pues el mundo fue creado con Dín en Rósh HaShaná. Por esta razón, los Diním siempre deben aparecer con el agua, lo cual es la iluminación de Jojmá, para impedir que los malvados se aferren a la línea izquierda y traer de regreso los Diním de Rósh HaShaná.

Todo debe ser así porque todo depende del acto. Por lo tanto, el kohén (sacerdote), mediante el acto y la corrección que realiza abajo, durante el acto de la ofrenda, los superiores y los inferiores despiertan para corregirlos, y son corregidos por él. De igual forma, a través del acto de las cuatro especies y los sauces en Hoshaäná Rabbá, Jojmá es corregida por medio de los Diním que aparecen junto con ella para que no exista un aferramiento de los malvados a ella.

El sauce se parece a unos labios en ese día, pues en ese día el asunto depende de los labios. Esto es así porque en ese día, el Rey ordena al encargado que se entreguen los veredictos, los Diním (juicios) concluyen y la acusación se oculta del mundo. El primer día del mes es el inicio del Dín (juicio) y la conclusión es en ese día.

El primer día del mes, Maljút aferra a la línea izquierda de Biná, Itzják/Isaac. Y a través de hacer resonar el shofár, la línea media despierta para acoplarse con el Masáj de Jirík, para disminuir la línea izquierda, primero con Manülá (cerradura) y luego con Miftajá (llave), Significa que Maljút ha ascendido a Biná y Biná ha retornado a ser VáK sin un Rósh.

Por otra parte, una corrección se hace con esto para someter a los Diním de la línea izquierda y a prepararla para unirse con la derecha. Por otra parte, los Diním de Katnút (pequeñez) de Biná se aferraron debido al ascenso de Maljút dentro de ella, por lo cual los exteriores salieron con acusaciones en contra de Biná, diciendo que existe una deficiencia en ella, por lo que ellos se aferrarían a ella en el lugar de la deficiencia, como es su costumbre. Por esta razón, hubo necesidad de tapar la boca de los externos para que no acusaran a Biná. Esto se hizo en Ióm Kippúr y durante los siete días de Sukkót cuando Maljút descendió desde Biná, una vez más y Biná recibió de vuelta sus GáR de ser Vák de Jojmá.

Es debido a esto que se dijo que la acusación estaba oculta del mundo, que en ese día en que Hoshaäná Rabbá concluía, VáK de Jojmá regresaba a Biná como antes y las bocas de los externos son cerradas para que no acusen a Biná. Y una vez que terminan las acusaciones, ya no hay necesidad de extender Jojmá, que trae a los Diním con ella, pues ya que han terminado las acusaciones, ya no hay necesidad de la develación de Jojmá. A través de las Mitzvót que dependen de la acción, que son sostener el luláv y el äravá (sauce), se atrae a Jojmá y a través de las Mitzvót que dependen de la palabra, los labios, se atrae a Jasadím.

Se dijo que en ese día, el sauce se parece a unos labios. Esto es así porque con el sauce, despierta Jojmá y concluye con los Guevurót, para que a partir de ese momento, sólo podamos extender Jasadím de las Mitzvót que dependen de los labios. Por lo tanto hay un indicio de ello ya que las hojas del sauce parecen labios.

En ese día, las naciones idólatras completan y concluyen sus bendiciones y se encuentran en Dín. Y en ese día, Israel concluye sus Diním y se encuentran con bendiciones. Esto es así porque en Sheminí Ätzéret (el octavo día de la asamblea), se van a alegrar con el Rey, tomando de Él bendiciones para todos los días del año. En esta alegría sólo Israel participa con el Rey, y aquel que se sienta con el Rey y comparte con Él solo, pide lo que quiera y el Rey se lo da. Por lo tanto, Israel comienza a recibir las bendiciones y las naciones idólatras concluyen sus bendiciones. Es debido a esto que está escrito, “‘Yo te he amado’ dice el Señor”. (Malají/Malaquías 1:2)

Esto es así porque las naciones del mundo se aferran a la línea izquierda, de donde se desprende iluminación de Jojmá. No pueden recibir de la línea derecha, Jasadím, pues su raíz está sólo en la izquierda. Por consiguiente, las naciones del mundo reciben sus bendiciones durante los siete días de Sukkót, cuando Jojmá extiende en ellas desde la línea izquierda, a través del acto de las Mitzvót.

Esto es los setenta toros que ofrecemos en los siete días de la festividad, frente a las setenta naciones, de los que se alimentan. Resulta que en el séptimo día, luego de que se ha golpeado el sauce, cuando la extensión de Jojmá se ha interrumpido, las bendiciones cesan para las naciones porque ellas no tienen nada más de donde nutrirse. Es debido a esto que se dijo que en ese día, las naciones idólatras completan y concluyen sus bendiciones, pues en ese día, la extensión de Jojma, que son todas sus bendiciones, ya ha concluido y ellas se encuentran en Dín pues no pueden nutrirse de Jasadím de la derecha y se encuentran vacías.

Sin embargo, Israel se aferra a la línea media, de donde provienen las Jasadím, y toda su raíz se encuentra allí. Por lo tanto, ya que Jojmá que extiende de la línea izquierda en los siete días de la festividad es atraída sólo con Diním, una vez que la iluminación de Jojmá ha concluido, los Diním que se encuentran con ella finalizan también. En ese día Israel finaliza sus Diním porque ya no extienden iluminación de Jojmá y ellos se encuentran en las bendiciones, en Jasadím, que extienden de la línea media, la cual es la raíz de ellos. Esto es así porque el Zivúg (acoplamiento) de ZA y Maljút en Sheminí Ätzéret (el día octavo de la Asamblea), las bendiciones, es decir Jasadím, son atraídas para Israel para todo el resto del año.

Debido a que la alegría es por el otorgamiento de Jasadím, que ninguna otra nación puede recibir sino Israel, se deduce que en ese tiempo, sólo Israel está con el Rey. Es así porque la iluminación de la izquierda que es desde la raíz de las naciones, ha finalizado y ellos no tienen más de donde nutrirse y la iluminación de la línea media, la iluminación de Jasadím, que es de la raíz de Israel comienza en el octavo de la Asamblea y continúa a lo largo del año.

Por lo tanto vemos que Ësáv/Esaú se encuentra en paz, en Maljút, en las grandes y supremas ciudades dominando sobre el mundo. ¿Y por qué está escrito “Entregué sus montes a la desolación”? Es de esta manera en cada lugar. Porque el santo Rey emite un veredicto y coloca el veredicto en esta sentencia, el texto lo atestigua como si estuviera hecho, aunque no se haya llevado a cabo el veredicto. Es debido a esto que está escrito, “Entregué sus montes a la desolación”, pues ya lo he previsto en Mi veredicto y esto se convertirá en realidad a su debido tiempo, Asimismo, todo el bien que Él había sentenciado para Israel se convertirá en realidad a su debido tiempo, tal como está escrito, “Yo, el Señor, he hablado y lo haré”. (Iejezkél/Ezequiel 17:24)

(Séfer HaZóhar - Parashát Tzáv)


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