EL SIGNIFICADO PROFUNDO DE SIMJÁT BÉT
HASHOEVÁ
Un entendimiento profundo de la
alegría de Simját Bét HaShoevá se basa en la creación del universo, cuando Di-s
separó entre las “Aguas Superiores” y las “Aguas Inferiores”. De acuerdo al
Rambán (Najmánides), esta etapa en la formación de la Creación se encuentra
entre los “secretos de la Torá” que no podemos llegar a entender en un nivel
simple. Pero incluso sin llegar a un entendimiento kabbalístico, igualmente
podemos llegar a apreciar lecciones muy importantes que el Midrásh deriva de esto.
El Midrásh cuenta que las aguas
terrenales protestaron diciendo que ellas también querían estar cerca de Di-s.
Para consolarlas, Di-s hizo un pacto respecto a que el agua se derramaría en el
Altar cada Sukkót. Basándonos en este Midrásh, el derramamiento del agua puede
entenderse como una metáfora del pueblo judío, quien a lo largo del año puede haberse
visto distanciado de Di-s, pero que ahora tiene la oportunidad de reconectarse
con su Fuente.
El acto de derramar agua en el altar
es la alegre reunificación de la creación con su Creador y todos aquellos que desean retornar al rey sienten el
simbolismo.
De acá podemos comenzar a entender
la gran alegría asociada con el derramamiento del agua en Sukkót. Porque en
Sukkót hay una gran rectificación de las “Aguas Inferiores”, las cuales
lloraron por haber sido distanciadas de Di-s, cuando son derramadas en el Altar
y llevadas cerca de Di-s. Vemos así que en Sukkót el llanto de las “Aguas Inferiores”
se convierte en alegría y deleite.
Por lo tanto, incluso nosotros, el pueblo
de Israel, nos unimos a la alegría de las aguas inferiores, para aprender su
intensa lección de desear la cercanía con Di-s, para llorar lágrimas amargas
por nuestros pecados y por habernos distanciado de Él. Tal como las aguas,
vamos a llorarle a Di-s desde las profundidades de nuestro corazón: “¡Queremos
estar delante del Rey!”
Por esta razón los Sabios traen una
prueba de las libaciones de agua del versículo: “Con alegría sacaréis agua de
los pozos de la salvación” (Ieshaäiáhu/Isaías 12:3). Esto nos dice que debemos
unirnos al júbilo y a la alegría de las aguas inferiores, que merecieron la
cercanía con Di-s, para que también nosotros aprendamos a lamentarnos cuando
nos distanciamos de Di-s y a sentir alegría cuando estamos cerca de Él.
¿CÓMO SE CUMPLÍA LA MITZVÁ DE
DERRAMAR EL AGUA?
A los lados del Altar había dos
“shitín”, agujeros, que llegaban hasta las profundidades de la tierra y el agua
se vertía dentro de ellos. Estos shitín fueron creados durante los seis días de
la Creación, lo cual está insinuado en la primera palabra de la Torá: “Bereshít
– bará shít” ([Di-s] creó los agujeros). Esto nos explica el significado de los
shitín …
En el primer día de la Creación todo
estaba lleno de agua, tal como está escrito: “Y el Espíritu de Di-s planeaba
sobre las aguas” (Bereshít 1:2). ¿Y qué es el agua? Lo más necesario para la
vida. Por lo tanto, la abundancia de agua representa la benevolencia infinita
de Di-s. Di-s creó el agua original durante los seis días de la Creación, y en
ella estaba oculto el potencial para todo lo vivo. Toda la creación estaba
llena de agua, como una insinuación de la absoluta benevolencia de Di-s.
El mandamiento de derramar el agua
nos demuestra que cada persona, incluso la más pobre [quien por cierto puede
conseguir agua], tiene el mérito de pedir y recibir de Di-s un año pleno de
lluvias de bendición, aunque no sea capaz de llevar muchos sacrificios o donar
mucho dinero para caridad. Porque el principio es: ya sea que alguien haga poco
o mucho, lo que importa es que todo lo que haga sea LeShém Shamáim (“Por el
Nombre del Cielo”). (Berajót 5b).
De esta mitzvá la persona puede
aprender que cualquier acto realizado por el Nombre del Cielo ayuda a poner en
acto su potencial como un ser humano cuyos actos son placenteros a Di-s y para
lo cual fue creado el mundo… Ésta es la razón por la cual la alegría al
observar el derramamiento del agua es mayor que la alegría que se obtiene de
cualquier otra mitzvá de la Torá. Esto refuerza a la persona y le enseña que
ella puede lograr completitud (espiritual) con los atributos y talentos que Di-s
le ha otorgado, independientemente de sus posibilidades económicas.
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