TESHUVÁ - TEFIL´LÁ Y TZEDAKÁ
Recordemos que la trilogía Teshuvá -
Tefil´lá - Tzedaká (arrepentimiento - oración - caridad) cuando nace
profundamente en el corazón del ser humano, tiene una inmensa fuerza
susceptible de mejorarlo, modificar su destino, y hasta puede anular las guezerót
(decretos condenatorios) del Todopoderoso.
En hebreo existen palabras que no
tienen equivalente en otros idiomas, entre éstas se encuentran tres palabras
muy significativas.
Teshuvá: En otras lenguas el proceso
de purificarse del pecado se denomina “arrepentimiento”, “borrón y cuenta nueva”
o “volver a empezar”; en cambio en hebreo, la palabra Teshuvá significa “retorno”,
no es algo nuevo sino el volver a las fuentes.
Tefil´lá: La acción de dirigirse al
Creador y pedirle por nuestro bienestar, es definida en todos los idiomas como “pedido”
o “imploración”. En cambio, en hebreo esto se denomina “Tefil´lá”, que
significa “unión” o “fusión” con Di-s.
Tzedaká: El brindar una ayuda
monetaria al necesitado se conoce entre las naciones como “beneficencia”, “ayuda”
o “caridad”. En hebreo, esto se llama “Tzedaká”, cuya raíz, “Tzédek”, significa
“Justicia”.
Cuando un judío decide retomar su
camino, éste, no es un camino nuevo. Es su camino de siempre, es su realidad,
su verdad. Todo judío desea interiormente conducirse por el camino de Di-s, el
camino de la Torá. Sólo las distintas situaciones de la vida lo llevan a
apartarse de él. Al retornar a la Torá, el judío simplemente está actuando de
acuerdo a su verdadera esencia y voluntad.
El significado profundo del rezo no
es un pedido, sino una unión y unificación con Di-s. Durante la plegaria se
crea una fusión del alma del individuo con su fuente creadora, la esencia
infinita del Todopoderoso. En ese instante, el alma se desconecta de las
limitaciones que le impone el mundo material, y se exterioriza su verdadera
esencia, lo que realmente es, una porción de Di-s.
Del mismo modo, la Tzedaká, en su
verdadera expresión, no significa “hacer un favor” o “dar una donación”. La
Tzedaká es “hacer justicia”; es lo que “debemos hacer”. El judío sabe y tiene
presente que su dinero y sus bienes le fueron confiados por Di-s para hacer con
ellos lo realmente justo.
“La Teshuvá (arrepentimiento), la
Tefil´lá (plegaria) y la Tzedaká (caridad) apartan la severidad del decreto”.
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