TIKKÚN LÉL SHAVUÖT SEGÚN EL MOHOROSH
Morénu HaRav Eliezer Shlomo (Mohorosh)
Z´L explicó que el Tikkún Lél Shavuöt que recitamos en la noche de Shavuöt es
verdaderamente una rectificación maravillosa. Porque sirve para rectificar el
pecado de bitúl Torá (el no estudiar Torá cuando tenía la oportunidad de
hacerlo) durante el año entero y es espiritualmente beneficioso para
despertarnos a desear y amar mucho la Torá por el resto del año.
Esto es mediante el “probar la vida”
– es decir, al “saborear” un poco de los 24 libros de la Torá que se
recibiremos la mañana siguiente durante el tiempo del rezo de Shajarít y la
lectura de la Torá. De la misma manera que le damos una muestra sabrosa y dulce
a una persona con el fin de despertar su interés para comer después; también le
damos a la persona un pequeño “gusto” para que él desee las palabras de la Torá
durante todo el año, como en (Tehil´lím 34:9): “Ven y prueba lo bueno que es
HaShém”. Porque antes de recibir la Torá, gustamos su gracia y dulzura para
despertar en nosotros un gran y verdadero deseo y amor por ella.
El tikkún principal es de recitar el
primer y último versículo de cada parashá de toda la Torá, así como cada libro
del Tanáj, para unir su fin a su comienzo y viceversa. Las porciones de la
Torá, Neviím y Ketubím que aplican a Shavuöt y la recepción de la Torá que se
agregan en muchas ediciones impresas del Tikún Lél Shavuöt no son el tikkún
esencial. Muchas veces el resultado final es que las personas evitan recitar el
Tikkún Lél Shavuöt cuando ven que hay mucho por recitar, haciendo que se den
por vencidos por completo y no lo terminan, sin haber si quiera comenzado. Sin
embargo, cuando uno sabe que el tikkún principal es de recitar el primer y
último versículo de cada sección del Tanáj, los termina con gran aspiración, ya
que esto no es una tarea difícil, y de esta manera realiza una gran
rectificación en todos los mundos. Después de haber terminado de recitar todo
el Tanáj, también es bueno recitar las 613 mitzvót que están imprentas en muchas
ediciones del Tikún Lél Shavuöt. Esto es porque siguiente recibimos la Torá en
la mañana – que es el recibir las mitzvót. Por lo tanto, tenemos que saber lo
que está escrito en la Torá y sus mitzvót para poder recibirla en verdad.
Mohorosh también mencionó que es muy
aconsejable abstenerse de hablar palabras ociosas durante toda la noche de Shavuöt,
ya que el tikkún principal es por el bitul Torá. Por lo tanto, se debe tener
mucho cuidado de no añadir más transgresiones a la transgresión de bitul Torá,
que HaShém nos libre. Si termina de leer las 613 mitzvót, uno puede leer
cualquier tema de Torá que su corazón desee y “saborear” un poco de Torá que él
desea aprender el resto del año. Porque es un gran beneficio espiritual de
crear el hábito de estudiar Torá durante todo el año y de “probar” un poco de
ellos en la noche de la recepción de la Torá. También es beneficioso hacer
hitbodedút (oración personal) con HaShém, Bendito Sea, y de pedirle por todas
las cosas que tu corazón desea. Porque se explica en los libros sagrados que la
noche de Shavuöt es un momento propicio cuando las puertas de los Cielos están
abiertas y recibimos todo lo que pedimos en ese momento según Su gran
misericordia. Por lo tanto, es apropiado pasar mucho tiempo en oración y suplica
con HaShém, pues sin duda uno verá todo lo que su corazón desea para el bien.
Mohorosh Z´L relato una historia de
Rabbí Mordejái de Nashachiz, de bendita memoria, que una vez recitó el Tikkún
Lél Shavuöt durante su juventud en su habitación con un gran entusiasmo. De
repente, escuchó un ruido procedente de la habitación de al lado de alguien
abriendo su armario y cajones en búsqueda de artículos. Comprendió que era un
ladrón que buscaba artículos para robar y el rabbi Mordejái no sabía qué hacer.
Por un lado, no quería interrumpir su recitación del Tikkún Lél Shavuöt que
estaba recitando con gran concentración. No obstante, por el otro lado, tal vez
el ladrón se llevaría todos sus artículos y le causaría mucha angustia. Pesaba
cada decisión cuidadosamente hasta que decidió que aun si fuera un ladrón y lo
atrapara, seguramente le avergonzaría mucho y no quería avergonzar a otro
judío. Por lo tanto, decidió no entrar a la habitación de al lado y continuó
recitando el Tikkún con gran entusiasmo.
Una vez que terminó de recitar el Tikkún,
entró en la habitación de al lado y se dio cuenta de que realmente era un
ladrón y este se robó todos sus artículos, causándole mucha angustia. Él
decidió que después del Ióm Tóv viajaría a Rabbí Pinjás de Koretz, de bendita
memoria, y le contaría lo que ocurrió, pidiéndole su consejo. Así lo hizo,
llegando a Rabbí Pinjás y le contó que había ocurrido. Rabbí Pinjás le dijo que
si él tuvo cuidado de alejarse que cualquier clase de falsedad, seguramente
todos sus artículos le serían devueltos y no le faltaría nada. Y así, él tomó
sobre sí mismo el atributo de la verdad con gran abnegación y regresó a su
hogar. Cuando llegó, encontró un saco en la parte de atrás de su casa, con
todos los artículos que fueron robados ya que el ladrón se arrepintió de su
obra y le regreso todo.
¡De esto podemos ver la grandeza del
recitar el Tikkún Lél Shavuöt! Que aun cuando Rabbí Mordejái estaba preocupado
por ser robado, no quería interrumpir de recitarlo. Al final, no perdió nada
con eso, sin duda debido a la gran fuerza de la recepción de la Torá y los Äseret
HadDibberót (Los Diez Mandamientos) que se recitan. Porque uno de los Äseret HadDibberót
es “No robarás” y esto causó que el ladrón se lamentara por lo que hizo. Con
respecto a este mandamiento, nuestros jajamím (sabios) dijeron (Mejiltá Itró,
Rashi 20:14): “Y todo el pueblo vio los truenos” – es decir, que vieron a los
sonidos. Parece un poco extraño de agregar que “vieron los sonidos”. Que,
¿acaso no basta simplemente con oírlas? Sin embargo, en el momento de oír “Ló
Tignóv” [este “Lo”, se escribe con una Álef, y significa “no”] – como en “no
robarás”. Si no hubieran visto los sonidos, pudieran llegar a la conclusión de
que “Lo Tignóv” [este “Lo”, escrito con una Vav, y significa “de él”] – como
diciendo: “de él o de aquel, se permite robar” – permitiéndoles robarle. Sin
embargo, cuando vieron a los sonidos, quedo claro que el “Lo” era con una Álef
y que está prohibido robarle a nadie, no importa quién sea. Feliz es la persona
que pasa la noche de Shavuöt con la santidad y pureza adecuada.
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