LA TUMBA DE RABBÍ NAJMÁN
Cada año, miles de hombres dejan su familias y viajan a la sagrada tumba de Rabbí
Najmán en Umán, una ciudad militar situada en el país de Ucrania, para pasar
los sagrados días de Rósh HaShaná junto al Rabbí.
¿Por qué? ¿Qué hay tan especial en
la tumba de Rabbí Najmán?
Antes de que Rabbí Najmán
falleciera, llamó a dos de sus discípulos más cercanos, Rabbí Aharón, el rabino
de la ciudad de Breslev, y Rabbí Naftalí de Nemerov, para que fueran testigos
de una promesa muy especial.
El Rabbí prometió: “El que venga a
visitar mi tumba, de una moneda para Tzedaká (caridad), y recite estos Diez
Salmos específicos (llamados “Tikkún Hakkelalí”), lo sacaré de las profundidades
del infierno. No importa lo que haya hecho esta persona hasta ese día, solo que
desde este momento y en adelante debe aceptar no volver a sus malos caminos”.
(Tzaddík, #229).
Rabbí Najmán, así como otros
importantes kabbalístas que lo antecedieron, como Isaac Luria, el Santo Arí,
explicaron que el Tzaddík tiene el poder de elevar toda alma, incluso las almas
de las personas que en su vida no dirigieron ningún esfuerzo hacia su
crecimiento espiritual. La conexión especial que tiene el Tzaddík con Di-s, le brinda
el poder de elevar y acercar al Creador toda alma que se aproxime a él.
El Tzaddík alcanza un grado tan alto
de autodominio y conexión con la Divinidad que todos sus pensamientos,
sentimientos y acciones, todo su ser, es completamente compatible con la
Voluntad de Di-s. Esto es lo que le brinda una única y cercana relación con el
Creador. En esencia, lo que distingue al Tzaddík de los demás seres humanos es
su habilidad de enlazar los mundos físicos con los espirituales. Por lo tanto,
al estar cerca de una persona que ha alcanzado tan alto nivel de santidad
genera en el hombre el anhelo profundo de acercarse a Di-s.
Enseña el Talmúd (Julín 7b): “Los
Tzaddikím son superiores después de su muerte más que durante su vida”. El
poder del Tzaddík está restringido por las limitaciones de su cuerpo físico.
Después de su muerte, su alma asciende a niveles más elevados y adquiere más
poder para acercar a las personas a Di-s, y de esta manera, rectificar sus
almas.
Cuando rezamos en la tumba de un
Tzaddík, en un cierto grado su alma está ahí con nosotros. El Rabbí Najmán nos
enseñó que el lugar donde está enterrado un Tzaddík, es tan sagrado como la
Tierra de Israel, y contiene un grado de santidad que nos estimula a acercarnos
a Di-s. Solo al estar al lado de la tumba del Tzaddík conduce a una maravilla
metafísica: nuestras almas pueden conectarse con el alma del Tzaddík sin los
impedimentos físicos de este mundo material.
Comentarios
Publicar un comentario