FRECUENCIA VIBRACIONAL PARA ROSH JÓDESH IIIAR 5784

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FRECUENCIA VIBRACIONAL PARA ROSH JÓDESH IIIAR 5784     Por Kabbalah y Torah en Expansión   Miércoles, 8 de mayo de 2024 a las 03:21 UT (Hora Universal)   HORARIO EN CIUDADES Y PAÍSES:   06:21 Hrs. en Jerusalén (Israel)   05:21 Hrs. en Madrid (España)   00:21 Hrs. en Buenos Aires (Argentina)   Martes, 7 de mayor de 2024 a las:   23:21 Hrs. en Nueva York (USA)   21:21 Hrs. en CDMX (México)   Así como el Shabbat enfría las llamas del ‘Guehinnom’ (“infierno”), las mismas llamas son apagadas en ‘Rosh Jódesh’ (Luna Nueva), lo que nos da el poder de desviar y evitar el ‘Din’ (juicio).   Dichosos son los ‘Bené Israel’ (Hijos de Israel), que conocen los caminos del Santo Rey y conocen los caminos de la Torá, para marchar por el sendero de la verdad, y con lo cual ser merecedor de ‘Ölam HazZé’ (este mundo) y del ‘Ölam HabBá’ (Mundo Venidero).   Gracias por apoyar y darle continuidad al proyecto de Kabbalah y Torah en Expansión   Cada acción que

EL ARÍ: EL SISTEMA - Parte 3


EL ARÍ: EL SISTEMA - Parte 3

El sistema cabalístico del Arí cubre literalmente miles de páginas y permea virtualmente a todas las áreas del pensamiento. Es del todo imposible resumirlo adecuadamente y los intentos de hacerlo son por lo general unilaterales y resultan fallidos. Aun así hay algunos principios generales que son dominantes y de una importancia particular para entender el sistema de meditación del Arí.

Los elementos básicos del sistema del Arí son las diez Sefirot, los cuatro Ölamót/Universos y los cinco niveles del Alma (NaRaNJaI). Estos conceptos son ampliamente discutidos en el Zóhar y juegan un papel importante en las enseñanzas de maestros tales como el Ramák. El Arí construye sobre esos sistemas anteriores.

El Sifrá DeTzeniutá (Libro Oculto) y la Idrá Rabbá y la Idrá Zutá (La Asamblea Grande y La Asamblea Pequeña) se encuentran entre los tres libros más opacos del Zóhar. En ellos hay ideas a las que en el resto de la literatura zohárica se alude sólo en los términos más vagos. Mientras que otras fuentes hablan primariamente sobre las Sefirót, en éstas, las disquisiciones giran sobre diferentes entidades espirituales – los Partzufím (“Personas Arquetípicas”). El Arí clarifica su significado revelando la relación uno a uno que hay entre Partzufím y Sefirót.

Mientras que la Cábala más simple respecto de las Sefirót parece hablar de la estática de los Universos superiores, el sistema de Partzufím pone de manifiesto sus interacciones dinámicas. En el momento de su creación, las Sefirót eran simples puntos que no podían interaccionar entre sí. Nada, por tanto, podían dar los unos a los otros. Lo único que podían hacer era recibir del ser Infinito (Én Sóf), razón por la cual, en este estadio, reciben el nombre de «kelím/vasijas».

Sin embargo, para poder recibir la Luz de Di-s, una Vasija debe de algún modo estar conectada con Él. La diferencia fundamental entre lo espiritual y lo físico es la no existencia de espacio en el dominio espiritual. No hay por tanto modo de que las Sefirót estén conectadas con Di-s físicamente. La única relación posible es entonces la semejanza. Para poder recibir la Luz de Di-s, la Vasija, debe, al menos hasta cierto punto, parecerse a Di-s.

Surge de inmediato una dificultad. Si Di-s es el Dador absoluto entonces la Vasija es el receptor absoluto y los dos son opuestos extremos. Para que una Vasija pueda recibir apropiadamente debe ser también un donante.

Lo que se necesita entonces es una «vasija» que pueda tanto dar como recibir. La expresión definitiva de una vasija tal es el hombre. Para que el hombre reciba la Luz de Di-s debe asemejarse primero a Él siendo un dador. Esto se consigue guardando los mandamientos de Di-s, lo que proporciona sustento espiritual a los Universos espirituales. Pero antes de que el hombre pueda hacerlo tiene que parecerse a Di-s teniendo libre albedrío y libre elección. Lo cual sólo es posible cuando existen tanto el bien como el mal.

El primer estadio de la creación es llamado Universo del Caos (tóhu). En él, las Vasijas, que son las diez Sefirót primitivas, podían recibir la Luz de Di-s, pero no podían dar ni interaccionar. En tanto que no eran semejantes a Di-s, esas Vasijas eran incompletas y por tanto no podían retener la Luz. No pudiendo cumplir su propósito, fueron entonces arrolladas por la luz y «hechas añicos». Esta es la idea de la «Ruptura de las Vasijas».

Las vasijas originales estaban en lo que es ahora el Ölám/Universo de Atzilút. Cuando fueron quebradas, los trozos rotos cayeron a un nivel espiritual inferior que se convirtió en el Universo de Beriá. Es en este nivel en el que el mal empieza a manifestarse y su fuente está en los fragmentos de las Vasijas rotas.

La razón por la que se crearon originalmente las Vasijas sin la capacidad de retener la Luz es que el Mal debía existir. Esto, a su vez, daría al hombre libertad de elección, condición necesaria, como hemos visto, para la rectificación de las Vasijas. Además, puesto que el mal tiene su origen en las Vasijas superiores originales, puede ser rectificado y re-elevado a ese nivel.

En el Midrásh se alude al “Shevirát HaKelím - Ruptura de las Vasijas” diciendo que «Di-s creó universos y los destruyó». También en la Torá se alude a este proceso en el relato de los Reyes de Edóm, al final del capítulo 36 de Bereshít/Génesis. Se dice que la muerte de cada uno de esos Reyes significa la destrucción de una Vasija particular y su caída a un nivel inferior. Esta caída es lo que recibe el nombre de “muerte”.

Tras haber sido destruidas, las Vasijas fueron entonces rectificadas y reconstruidas en los Partzufím. Cada Partzufím consiste en 613 partes, que corresponden a las 613 partes del cuerpo y a los 613 mandamientos de la Torá (TaRIáG Mitzvót). Los Partzufím fueron ya capaces de interaccionar entre sí. Lo que es más importante, se asemejaban entonces tanto al hombre como a la Torá y por tanto se convirtieron en dadores al tiempo que receptores.

Las Vasijas son entonces capaces de recibir la Luz de Di-s en su estado rectificado como Partzufím. Este estado se llama, en la terminología del Arí, Universo de la Rectificación (Ölám HaTikkún). El Arí decía que los demás cabalistas sólo habían hablado del Universo del Caos (Ölám HaNekudím) mientras que él era el primero en revelar los misterios de los Partzufím que se hallan en el Universo de la Rectificación. Los Partzufím interaccionan constantemente entre sí de una forma antropomórfica. Por esa razón el simbolismo del sexo, del nacimiento y crecimiento, juegan un papel tan importante en el sistema del Arí.

Los cabalistas anteriores habían hablado de cuatro Universos, Atzilút, Beriá, Ietzirá y Äsiá, correspondientes a las cuatro letras del Tetragrámaton. Había también indicios de un universo por encima de ellos correspondiente al punto superior de la letra Iúd en el Tetragrámaton. El Ramák habla de este quinto universo y lo llama el Universo de los Tzajtzajím (Esplendores), pero resulta muy forzado encontrar alguna referencia a él en el Zóhar.

Sin embargo, el Arí identifica este quinto universo con el dominio de otro misterioso Partzúf que se menciona en el Zóhar -Adám Kadmón (El Hombre Primordial o Celestial)- el primer Partzúf. En este quinto Universo hay otros cuatro niveles que de nuevo son el paralelo de las cuatro letras del Tetragrámaton. En este caso con las cuatro expansiones del Tetragrámaton a las que normalmente se alude por su valor numérico: Äb (72), SáG (63), MáH (45) y BáN (52)

Atzilút (Emanación)

יוד הי ויו הי : 72

Beriáh (Creación)

יוד הי ואו הי : 63

Ietziráh (Formación)

יוד הא ואו הא : 45

Äsiáh (Acción)

יוד הה וו הה : 52

Son estos cuatro niveles los que finalmente se manifiestan en las cuatro letras del Tetragrámaton, en los cuatro Partzufím inferiores de Atzilút y por último en los cuatro Universos mismos (A´BIA). En el lenguaje escrito volvemos a encontrar los cuatro niveles, esta vez representados por los signos de acentuación, los puntos vocálicos, las decoraciones de las letras (tagín) y por las letras mismas.

NIVELES DE EXPRESIÓN DE MENOS A MÁS

Äsiáh (Acción) - Otiót (letras)

Ietzirá (Formación) - Tagín (ornamentos)

Beriáh (Creación) - Nekudót (puntos vocálicos)

Atzilút (Emanación) - Teämín (Signos de entonación)


PARTZÚF, SEFIRÓT Y LETRAS SEGÚN EL ARIZÁL

Ättiká Kaddishá (El Santo Anciano) - Kéter Superior

Ättík Iomín (El Anciano de los días) - Kéter Intermedio

Aríj Anpín (El Gran Rostro) - Kéter Inferior

Abbá (El Padre) - Jojmá - Letra Iúd

Immá (La Madre) - Biná - Letra Hé

Zéër Anpín (El Pequeño Rostro - El Macho o el Hijo) - Jésed-Guevurá-Tiféret  Nétzaj-Hód-Iesód - Letra Vav

Nukvá (La Hembra o la Hija) - Maljút - Letra Hé final




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