LA LETRA י IUD

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LA LETRA י IUD   Por Kabbalah y Torah en Expansión   La letra י ‘Iud’, un pequeño punto suspendido, revela la chispa de bondad esencial escondida en la letra ט ‘Tet’. A continuación del ‘Tzimtzum’ inicial (la contracción de la ‘Or En Sof’ (Luz Infinita) de HaShem para hacer “lugar” a la Creación), quedó dentro del ‘Jalal’ (“espacio vacío”) un punto potencial e individual o ‘Reshimú’ (“impresión”). El secreto de este punto es el poder del Infinito de contener el fenómeno finito dentro de Sí Mismo, y expresarlo en la realidad externa aparente. Una manifestación finita comienza de un punto de dimensión cero, luego se desarrolla en una línea unidimensional y una superficie bidimensional. Esto está insinuado en la escritura completa de la letra י ‘Iud’ יוד (iud-vav-dálet): “punto” (iud), “línea” (vav), “superficie” (dálet).   Estas 3 etapas corresponden en Kabbalá a: “punto” (Nekuddá), “espectro” (Sefirá) y “rostro” (Partzuf). El punto inicial, el poder esencial de la letra

ASPECTO INTERNO DEL JAMETZ


ASPECTO INTERNO DEL JAMÉTZ

Los Kabbalistas nos enseñan que el jamétz se refiere incluso a la partícula de polvo más pequeña. Esta es una lección acerca de la importancia de cualquier acción o pensamiento, sin importar cuán pequeños o insignificantes sean. A decir verdad, cualquier cosa y todo lo que hacemos en Pésaj es mashshehú (algo); es la insignificante mota de polvo que se vuelve significativa. Por lo tanto, cualquier cosa negativa que hagamos en Pésaj es mucho más peligrosa. Si una persona se enoja o roba durante Pésaj, es una transgresión mucho más grave. Esto nos enseña que es la insignificante “partícula de polvo” la que daña las relaciones.

Debido a la naturaleza del signo zodiacal de Aries y a la energía de Marte, que gobierna Aries, todo lo que sucede durante la semana de Pésaj es amplificado. Cuando se abre la ventana cósmica de Pésaj, nuestras acciones se magnifican. Así que debemos tener más cuidado con nuestras acciones y palabras.

Durante los siete días de Pésaj no comemos pan. Aunque la comida del Séder proporciona la conexión a Pésaj, si no podemos seguir toda la tecnología kabbalística la semana de Pésaj, haz sólo esto: No comas de los cinco granos proscritos (trigo, cebada, avena, centeno y escanda) durante los siete días completos. Esta es una receta para protegernos de los efectos de la negatividad –de las guerras y trastornos que provienen del ego, el orgullo y la ira- durante todo el año.

El Zóhar nos dice que se considera que el jamétz es como el Satán, y es que por eso que no se recomienda comerlo durante la semana de Pésaj. Pero si se compara al jamétz con la energía del Satán, ¿por qué lo comemos durante el resto del año? ¿Qué hace diferente a Pésaj? La respuesta se encuentra en el Libro de Bereshít/Génesis, el cual describe la existencia de dos realidades: La Realidad del Árbol de la Vida y la Realidad del Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal. El resto del año, vivimos en la Realidad del Árbol del Conocimiento donde somos influenciados por las fuerzas tanto del bien como del mal; en esta realidad, no somos afectados por el jamétz. Sin embargo, en Pésaj estamos conectados a la Realidad del Árbol de la Vida. Durante siete días, prácticamente vivimos en este reino. Mientras estamos en el reino de la perfección del Árbol de la Vida, no queremos tener ninguna conexión con el Satán. Al comer jamétz en Pésaj, somos atraídos directamente de vuelta a la Realidad del Árbol del Conocimiento, dando lugar a una enorme oportunidad perdida. ¿Quién no querría vivir en la Realidad del Árbol de la Vida siquiera por un día, siquiera una semana? Cuanto más experimentemos esta realidad, más fácil será para nosotros mantener la conciencia del Árbol de la Vida por nuestra propia cuenta durante el resto del año.

Al caer la noche del día 14 de Nisán, cuando al menos tres estrellas sean visibles en el cielo, escondemos diez trozos de pan en nuestra casa; luego apagamos las luces y buscamos estos trozos de pan con velas. Recordemos que esta búsqueda no es sólo para buscar y reunir los trozos ocultos de pan: el verdadero propósito de la búsqueda es encontrar nuestra negatividad.

¿Por qué diez trozos de pan? Cada trozo nos conecta con las diez dimensiones del sistema impuro. El sistema impuro refleja la estructura de las Diez Sefirót del Árbol de la Vida. Buscar y encontrar estos diez trozos de pan representa la purificación espiritual y metafísica de nuestra negatividad y Deseo de Recibir Sólo para Nosotros Mismos; los diferentes trozos de jamétz que encontramos corresponden a los diferentes niveles de energía negativa que estamos limpiando. Este ejercicio es parte de la tecnología que destruye el minucioso sistema de energía negativa y lo sustituye con la estructura perfeccionada de energía positiva del Deseo de Compartir.

Hoy en día, la gente a menudo confunde la búsqueda del jamétz con limpieza de primavera común. Esto refleja nuestra confusión entre orden espiritual interior y pulcritud física exterior. Buscar el jamétz es cuestión de limpieza espiritual interior, la cual es necesaria como preparación para la festividad. Dominar nuestro deseo egoísta, representado por la conciencia de jametz, es necesario para asegurar que la Luz revelada en la noche del Séder fomente nuestro proceso de corrección y no sea transferida al Lado Negativo. Sabemos que es físicamente imposible limpiar todo el jamétz físico de la casa. En la bendición que recitamos al momento de la búsqueda, declaramos que cualquier jamétz que pasemos por alto no sea tomado en cuenta. Lo que es importante es la limpieza de nuestro deseo egoísta interior, no limpiar migas de pan. A medida que eliminamos el jamétz la noche antes de la noche del Séder, despertamos el proceso espiritual interno de la introspección. Recordamos todas las veces que nos comportamos de manera hiriente hacia los demás. Con esta purificación interior, preparamos nuestra Vasija espiritual para descargar el software que hará posible que podamos conectar con la Luz y corregir desde el nivel de la raíz todo el año por venir.

Rav Isaac Luria (el Arí) dijo que a quien se abstiene de incluso un poco de jamétz durante Pésaj se le asegura que no pecará [involuntariamente] a lo largo del año. El Arí también escribió una oración especial para decirla durante el ritual de la quema del jamétz: “Que sea tu voluntad, Creador, que así como yo estoy destruyendo jamétz de mi casa y de mi dominio, sean también todas las fuerzas externas y el espíritu de impureza retirados de la Tierra, y que Tú elimines nuestra inclinación al Mal de nuestro interior y nos des un corazón de carne para servirte de verdad, y que toda oscuridad y maldad sea consumida en humo. Amén”.



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