EL JÓSHEN (PECTORAL) Y EL EFÓD
(DELANTAL)
El efód (delantal especial para el
sumo sacerdote) y el pectoral (joshén) eran como uno, pues el efód es Maljút y
el pectoral es Zéër Anpín (ZA). En un lugar de existencia, en donde hay Mojin
completos, se encuentran esas doce piedras, que llevan los nombres de los hijos
de Israel y son doce fronteras elevadas, doce combinaciones de HaVaYáH, Jésed,
Guevurá, Tiféret y Maljút (JG TM) en cada una de las cuales hay tres líneas y
en consecuencia son 12. Son todas las tribus de los hijos de Israel, porque las
doce tribus de Israel son doce combinaciones de HaVaYáH que se entregan a
Maljút.
Está escrito, “A donde suben las
tribus, las tribus del Señor, un testimonio para Israel para que dé gracias al
Nombre del Señor” (Tehil´lím 122:4). “A donde suben las tribus” son las doce
tribus superiores, las doce fronteras en Zéër Anpín (ZA), las raíces de las
doce tribus. Estas son las tribus del Señor (KoH=Yud-Hé) porque el Nombre KoH
es un testimonio para Israel, como un testimonio es GaR (Guímel Rishonót/Tres
Primeras: Jojmá-Biná-Dáät).
Escribe “Shevatím/tribus” dos veces:
“Tribus”, “las Tribus del Señor”. “A donde suben las tribus” son las tribus de
abajo, en Maljút. “Las tribus del Señor” son las tribus arriba en ZA. “Un
testimonio para Israel” es el sagrado Nombre superior Koh יה , lo cual se llama “un testimonio”, como
está escrito, “El testimonio que Yo les enseño”.
Es por esta razón que están los
nombres de las doce tribus en el pectoral, frente a ZA, y están los nombres de
las doce tribus en el efod, frente a Maljút. Las doce tribus sagradas
superiores en ZA son las doce piedras sagradas en el pectoral. Es debido a esto
que están abajo, en el pectoral, igual que arriba. Asimismo, todos esos nombres
de las doce tribus están grabados en esas piedras y el sumo sacerdote las
porta.
Cuando Jacob iba a Jarán, está
escrito, “tomó una de las piedras del lugar y la puso por cabezal”. Estas son
las doce piedras sagradas, que se consideran las doce tribus en Maljút. Jésed,
Guevurá Tiféret y Maljút (JG TM), en cada una de las cuales hay tres líneas y
todas se convirtieron en una piedra, como está escrito, “Y esta piedra que he
erigido como estela”. La llama una piedra porque todas las doce piedras estaban
incorporadas en una sola piedra elevada y sagrada que está por encima de ellos,
Maljút, que se llama “una piedra”, como está escrito. “Esta piedra que he
erigido como estela, será Casa de Di-s”. Por esta razón sus doce tribus se
llaman también “piedras”.
Por lo tanto, aquí el sumo sacerdote
las coloca en su corazón para recordarlas siempre, como está escrito, “Así
llevará Aarón sobre su corazón los nombres de los hijos de Israel… para
recuerdo perpetuo ante el Señor”. Y por esta razón todo está en doce: 12
piedras elevadas que están ocultas arriba, veladas en el superior, ZA. Estas
son el significado de la Torá, ZA y surgen de una voz única y delicada, Biná.
Otras doce piedras están escondidas
abajo en Maljút, lo mismo que aquellas de arriba en ZA. Estas surgen de una voz
distinta, que es una piedra, como está escrito, “Por el Nombre del Pastor, la
Roca de Israel” (Bereshít 49:24), Maljút.
Es por esto que está escrito, “Allí
se reunían todos los rebaños y se revolvía la piedra de encima”. Esta es la
Shejiná, la Divinidad, quien es llamada “una piedra de prueba”, “la roca de
Israel,” que se remueve y se envía al exilio. Está escrito, “Y [ellos]
devolvían la piedra a su sitio en la boca del pozo”, en el momento de la
redención. Después de este, todos ellos, todos los grados que salen de allí se
llaman “piedras”.
Hay varias Bejinót [discernimientos]
de piedras en las piedras. Hay piedras que son los fundamentos de la casa –
Maljút en la Bejiná (singular de Bejinót) de Jojmá, que es llamada “una casa”,
como está escrito, “Con sabiduría se construye la casa”. También está escrito,
“Y el rey mandó arrancar grandes piedras, piedras selectas, para fundamentar la
Casa con piedras de sillería”- Jojmá-Biná en ella se llaman “grandes piedras,
piedras selectas”. También hay piedras preciosas en lo alto, las cuales son 12,
cuatro órdenes – tres, tres en cada orden hacia las cuatro direcciones del
mundo, Jésed, Guevurá, Tiféret y Maljut (JG TM), en cada una de las cuales hay
tres, por lo que son 12.
De igual forma, cuatro estandartes
caminaban por el desierto, que son las 12 tribus – tres, tres por cada lado de
las cuatro direcciones del mundo. Hacia el este: Yehudá, Issasjár y Zavulún;
hacia el sur: Reuvén, Shimón, y Gád; hacia el norte: Efráin, Manashshé, y
Binjamín; y hacia el oeste: Dán, Ashér y Naftalí. Las cuatro direcciones del
mundo son JG TM (Jésed-Guevurá Tiféret-Maljút), y las tres tribus en cada
dirección son tres líneas, y todo es uno.
Cuando el sumo sacerdote ponía esas
12 piedras y las usaba en el jóshen (pectoral) y el efód (delantal), la
Divinidad estaba con él. Esas 12 piedras están decoradas con los nombres de
todas las tribus, y cada tribu estaba grabada en una sola piedra. Las letras
fueron incrustadas en piedras y cuando las piedras iluminaban, las letras se
sobresalían, iluminando lo que necesitaban iluminar.
Las dos letras ח ט Jet
y Tet, las letras con Jet (pecado), estaban ausentes en todos los nombres de
las tribus, ya que no había pecado en ninguna de ellas. La Jet (pecado, pero
también la letra Jet) que el nombre ocasionó, ya que el nombre Jet significa
descenso o declinación, así que es bueno que no esté en los nombres de las tribus.
Pero la Tet es una letra buena. Aquel que ve las letra Tet en sus sueños, es
bueno para él porque comenzó la Torá con ella, “Estaba bien”, (Tóv: bien)
comienza con una Tet), como está escrito, “Vio Di-s que la luz estaba Tóv
(bien)”. Así que es una letra buena, entonces ¿por qué no estaba escrita en las
tribus?
Es porque esas dos letras (Jet y
Tet) son adyacentes y la proximidad indica pecado. Es por esto que estaban
ausentes en las tribus. Asimismo, la letra Tet está escondida y oculta. Indica
Yésod de Biná e ilumina la iluminación de todas ellas, y no hay otra luz que
esa letra porque todas las luces salen de Yesód de Biná, como está escrito,
“Vio Di-s que la luz estaba bien”, que es iluminación de esa luz en la letra
Tet, que está oculta y escondida. Está escrito acerca de esa letra, “No niega
el bien (Tóv) a los que caminan en la perfección” (Tehil´lím 84:12). Es la luz
de todas las tribus. Y debido a que está tan oculta, no está entre las tribus.
Más aún, todas las 12 tribus provienen de ese compartimento, Yesód de Biná, que
está escondido y que es la letra Tet. Por esta razón, está escondido y oculto y
no es visible en las tribus.
Todas las piedras en el pectoral se
hallaban a manera de letras y estandartes. Cuando iluminaban, el rostro del
sumo sacerdote se iluminaba; las letras brillaban y sobresalían y se les
reconocía desde las piedras. Si el rostro del sumo sacerdote se iluminaba, se
consideraba que era favorable que las letras que sobresaliesen. Mediante esto
se sabía si el sacerdote era recto o no. Por esta razón, todo se hallaba a
manera de letras y estandartes.
Está escrito, “En el pectoral del
juicio pondrás el Urím y el Tummím”. Las Luces (Urím) iluminaban aquello que se
preguntaba. Tummím (plural de Tám, íntegro) complementaba lo que se decía.
El jóshen (pectoral) y el efód
(delantal) corresponden a Urím y a Tummím. Son los Tefil´lín y el nudo del
Tefil´lín que están uno frente al otro. Está escrito, “Para que veas Mis
espaldas, pero Mi rostro no lo puedes ver. “Para que veas mis espaldas”,
significa que el Creador le mostró a Moshé/Moisés el nudo del Tefil´lín. “Pero
mi rostro”, significa de hecho los Tefil´lín, el secreto supremo, el sagrado
Nombre. “Mis espaldas”, es el nudo de los Tefil´lín. Los Tefil´lín son el
espejo que ilumina, Zéër Anpín (ZA). El nudo de los Tefil´lín es un espejo que
no ilumina, Maljút.
En consecuencia, los Urím iluminan
cuando se habla. ZA es el espejo que ilumina. Los Tummím complementan lo que se
habla, es decir, Maljút que ilumina con la iluminación de Jojmá, como está
escrito, “Para que veas mis espaldas” en lo que se halla la perfección. Urím es
el rostro; Tummím son las espaldas. Y estos son la voz y la palabra: la voz es ZA,
iluminando a la palabra, Maljút, para hablar, ya que la voz complementa al
habla. Esto es, que la voz es de hecho la esencia y la palabra la complementa.
Siempre van de la mano y nunca se apartan una de la otra porque es imposible
separar a la voz de la palabra. Por consiguiente el pectoral y el efód son el
rostro y las espaldas y todo es uno.
El pectoral y el efód nunca se
separan. Acerca de aquel que los separa está escrito, “Divide a los amigos”,
pues se alude a ZA y Maljút. También está escrito, “Cuando Eviatár, hijo de
Ajimélej, huyó a donde David en Keïlá, descendió llevando un efód en su mano”
(Shmuel Álef 23:6); pero no dijo “pectoral”. Se deduce que los separó uno del
otro.
Todo aquello que es significativo
está oculto, reservado y no se menciona. Está escrito, “Que llevaban efód de
lino”. El pectoral no se menciona debido a su importancia. Se menciona aquello
que está más revelado para que lo que está oculto y reservado permanezca
cubierto. Es por esta razón que se menciona lo que está más revelado, que es el
efód.
Por este motivo, el nombre superior
es un secreto que está cubierto y oculto y se menciona solamente a través del
nombre revelado. Uno se menciona y uno se oculta. El Nombre oculto es יהוה HaVayáH, el nombre revelado es אדני ADNI (Ado-nái). Es debido a esto que se
escribe con letras ocultas, HaVaYáH y se pronuncia a través de las letras ADNI.
Uno está cubierto por el otro: el Nombre ADNI oculta al nombre HaVaYáH para que
la gloria del superior quede por siempre oculta y reservada.
Todos los caminos de la Torá están
revelados y ocultos. De la misma forma todos los asuntos del mundo, de este
mundo o del mundo superior, están ocultos y revelados. Esto es, que existe una
parte interior en todo.
(Zóhar - Pekudé)
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