ORACIÓN PARA ENCONTRAR ESPOSA
Señor del universo, con tu
misericordia formaste tu mundo y creaste al primer hombre y le proporcionaste
una ayuda para él, nos consagraste con tus mandamientos y me ordenaste casarme
con una mujer y engendrar hijos.
Bendito es Aquél que forma al
hombre, ya que todo lo creó para su gloria. Sin embargo, mi angustia crece; el
miedo y el estremecimiento se apoderan de mí, ya que temo que mis iniquidades y
pecados provoquen que destines para mí a una mujer mala, que no es mi pareja y
que no es idónea para mí.
También temo que otro hombre se
adelante y tome a mi pareja, lo que causaría que fuera necesario dejar de lado
a un alma por otra. Por lo tanto, me presento ante Ti con el corazón
quebrantado y decaído con el propósito de verter delante de Ti mi oración, oh
Padre misericordioso.
Sea tu voluntad, Eterno, Dios
nuestro y Dios de nuestros ancestros, que te llenes de misericordia hacia mí y
me destines a mi pareja, la que es idónea y adecuada para mí desde los seis
días de la Creación, para largueza de días y años de vida.
Que mi pareja sea una mujer valiosa,
temerosa del Eterno e inteligente, que tenga buenas cualidades de carácter y
suela llevar a cabo buenas obras.
Que no aborte ni sea estéril, y que
tampoco tenga defectos físicos, sino que esté completa en todo y tenga éxito en
todo, de tal modo que pueda yo dedicarme a la labor sagrada sin contratiempos.
Y no me tomes de este mundo antes de
que se cumpla mi tiempo, y tampoco me dejes de lado a causa de algún otro
hombre en el mundo.
Oh Di-s, lleno de misericordia, que
restauras a los individuos a casa, misericordioso, que agracia, que protege,
que sostiene, que salva, es recto y redime, ayúdame en aras de la gloria de tu
Nombre. Hazlo en aras de tu abundante misericordia y en aras de nuestros santos
ancestros, Avrahám, Itzják e Israel, tus siervos, así como en aras de Moshé y
de Aharón, de Yoséf y de Davíd. Hazlo también en aras de todos los hombres
justos y devotos, cuyo mérito nos protege y que interceden por nosotros. Hazlo
por Ti y no por nosotros, hazlo por tu Nombre, hazlo por tu diestra, hazlo por
tu Torá, hazlo por tu santidad.
Concédeme gracia y respóndeme, y
escucha mi oración, pues Tú escuchas la oración de cualquier boca. Bendito es
Aquél que escucha la oración. Que la expresión de mi boca y la meditación de mi
corazón sean aceptables delante de Ti, oh Eterno, mi roca y mi redentor.
(extraído del libro Bét Tefilá)
Comentarios
Publicar un comentario