ENTRE JÉSED (72) Y GUEVURÁ (216)
Los 72 Nombres de tres letras,
constituyen un conjunto de 216 letras. Estos dos nombres sirven de guematria
para palabras importantes, pero dos resaltan particularmente. En efecto, 72 y
216 son los valores numéricos de dos sefirót íntimamente unidas: Jésed y Guevurá
La cuarta sefirá se llama Jésed חסד (Bondad) y tiene un valor numérico de 72
(8+60+4). Jésed es la sefirá de la bondad absoluta. En sus Puertas de la luz, Yoséf
Gikatilla la define en estos términos:
Sabed que el término Jésed está
sensatamente designado como un acto que alguien realizó sin la dimensión del
juicio, quien lo hace espontáneamente sin ninguna obligación, sin buscar sacar
ventaja. Jésed es lo opuesto a una acción efectuada por obligación. Es porque
el atributo אל “Kel” ha preexistido en el mundo, que Di-s
ha creado el mundo con Jésed; y no con un Jésed relativo, sino con uno
absoluto, por benevolencia hacia sus criaturas y para concederles una parte
igual de Su Misericordia y de Su Bondad. Así como se ha dicho: “Pues yo he
dicho: Jésed ha construido el mundo (Tehilim/Salmos 89:3)” […] “Cuando el mundo
fue creado con el atributo Jésed, Di-s compartió Jésed con Sus criaturas, dio
una parte de Jésed a Adám haRishón, y otra parte a Moshé Rabénu/Moisés, nuestro
Maestro, como está explicado al final del primer capítulo del Tratado Sotah
(14), pues todas estas bondades están contenidas en el Nombre אל Kel. Cuando Avraham, nuestro padre llegó,
miró, escrutó y comprendió el secreto de Y´HVH, el gran Nombre, Bendito sea.
Cogió la forma de que el mundo había sido creado a partir de Jésed, fue
exaltado y pudo tomar este atributo en su mano. Vio que todos los hijos del
mundo estaban encerrados en la idolatría, cada uno en un tipo particular de
idolatría.” (Shaaré Orah, Puerta 7).
En el Árbol de las Sefirót, JÉSED
está directamente confrontado a la sefirah GUEVURÁ, su contrapartida, atributo
del rigor y quinta sefirá. Es asombroso constatar que el valor numérico de GUEVURÁ
גבורה es igual a 216 (3+2+6+200+5). La sefirá GUEVURÁ
expresa el juicio severo por el Nombre ELO-HÍM. En Las Puertas de la luz, Yoséf
Gikatilla la define así:
Que el atributo llamado Elo-him, sea
algunas veces designado por el Nombre Guevurá (Rigor, Valentía) es porque este
abruma a menudo con el fin de juzgar a los culpables y a los pecadores. Es el
que sanciona al maligno que se rebela contra Y´HVH, Bendito sea. Tribunal
celeste, castiga a todos aquellos que lo merecen y se llama Guevurá en razón de
su poder, de su dominio y de su capacidad de juzgar, castigando a cada uno con
precisión. (Shaaré Orah-Puerta 6).
Lo mismo que Jésed no puede existir
sin Guevurá, los 72 Nombres no pueden existir sin sus 216. Por su valor
numérico, descubrimos que los 72 Nombres dependen de la sefirah JÉSED, del
Nombre Kel, de la columna de la derecha, del sur, de la plata, de Avraham y de
Mijael. Por consecuente, las 216 letras que componen los Nombres, dependen de
la sefirá GUEVURÁ, del Nombre ELO-HIM, de la columna de la izquierda, del
norte, del oro, de Itzják y de Gavriel.
Para aprovechar el poder de los 72
Nombres y abrir el mar, Moshé ha debido unificar todas las oposiciones de JÉSED
y GUEVURÁ, estableciendo un puente de equilibrio entre las columnas derecha e
izquierda. Es la razón por la cual el versículo 21 (Shemót/Éxodo
14) indica: Moisés extendió la mano sobre el mar, y Y´HVH hizo soplar un viento
del este (o un soplo de oriente).
El soplo del este, o de oriente,
simboliza la sefirá TIFÉRET, en la columna central, que se extiende desde el
origen (oriente: Kéter) hasta el fin (poniente: Maljút). El papel de Tiféret es
el de armonizar la bondad absoluta de JÉSED y el rigor del juicio de GUEVURÁ,
con el fin de hacer surgir MISHPAT, la equidad. El Séfer Raziel explica que la
apertura del mar por Moisés dependía del equilibrio entre las columnas
izquierda y derecha: YAJÍN y BÓÄZ, así como de la consideración mutua de MIJAEL
y GAVRIEL:
Las dos columnas se elevan
paralelamente hasta el lugar de la nube de Atzilut, por la luz y la oscuridad y
por el fuego e Israel Savá, Israel el abuelo que envuelven a Yajín y Bóäz en el
interior […] Como ha sido dicho, las aguas se juntaron en un lugar, por la
llamada mutua de Mijael y Gavriel, las columnas de la derecha y de la
izquierda. (Séfer Raziel 25a).
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