LA LETRA ד DALET

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LA LETRA ד DÁLET   Por Kabbalah y Torah en Expansión   La ד ‘Dálet’, el hombre pobre, recibe ‘Tzedaká’ (“caridad”) del hombre rico, la ג ‘Guímel’.   La palabra דלת ‘Délet’ significa “puerta”. La puerta ocupa el lugar de la abertura de la casa, representada por la ב ‘Bet’.   En el Séfer HazZóhar, ‘Dálet’ se lee como “que no tiene nada de sí misma”. Esto expresa la propiedad de la más inferior de las emanaciones divinas, la Sefirá ‘Maljut’ (“reino”), que no tiene más luz que la que recibe de las Sefirot Superiores.   En el servicio del hombre a HaShem, la ד ‘Dálet’ caracteriza ‘Shiflut’ (“humildad”), la conciencia de no poseer nada propio. Junto con la percepción del propio poder de libre albedrío, uno debe ser consciente de que Él nos da el poder de llegar al éxito, y de no pensar, ‘Jas VeShalom’ (“Di-s no lo quiera”), que los logros y talentos son “mi poder y la fortaleza de mi mano”. Toda realización en este mundo, particularmente el cumplimiento de una ‘Mitz

ASERET HADIBROT - LOS DIEZ ENUNCIADOS



ASERET HADIBROT - LOS DIEZ ENUNCIADOS

עֲשֶׂרֶת הַדִּבְּרוֹת

Cada mes, la Luz del Creador personificada en la Torá es revelada en el mundo, pero la revelación es canalizada mediante los aspectos negativos de separación y diferenciación. Durante cualquier otro mes, habríamos visto a los Diez Enunciados como leyes; diez mandamientos que dictan que no robaremos, que no mataremos, y así sucesivamente. Sólo en el mes de Siván podemos entender la verdad interna y esencial que elevará nuestra conciencia: No lastimaremos a otra persona, no porque sea la ley, sino porque la otra persona es parte de nosotros. Los Diez Enunciados no describen un orden social perfecto o alguna clase de utopía sino, más bien, el resultado de estar en la conciencia correcta. Cuando conectamos con la Luz, no habrá necesidad de un juez, legislador o policía que nos haga seguir las leyes impuestas sobre nosotros por un ente externo.

La combinación de letras hebreas usadas para escribir los Diez Enunciados es una canal de comunicación que transmite tanto la Luz del Creador como la eliminación de la muerte. Este es el secreto de los Diez Enunciados; el contenido del texto es secundario en cuanto a importancia. Si una persona quiere reconectar con su ser espiritual, automáticamente entiende “no matarás” porque nunca se haría eso a sí misma. Podemos tomar la vida de alguien más solo si existimos en separación. Por esta razón, el mandamiento es secundario. Ese nunca fue el propósito real.

El Zóhar dice que la Revelación de Shavuot –la entrega de la Torá en el Monte Sinaí- no sólo incluyó a los Diez Enunciados, sino también energía de vida en una proporción tan enorme que pudo cancelar por completo la conciencia de muerte. En otras palabras, hubo una “eliminación de la muerte”. En ese evento, la corrección había sido alcanzada y se logró la libertad del Ángel de la Muerte: Libertad del caos, libertad de cualquier manifestación de la conciencia de Satán en el mundo. Esta libertad fue resultado de la iluminación de todo el mundo con la Luz del Creador, una Luz de vida y perfección. Esta iluminación permitió que cada individuo pudiera ver más allá del tiempo y el espacio, de un extremo del mundo a otro, y alcanzar control absoluto y certeza sobre todos los aspectos de su vida, incluyendo eventos futuros. 



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