VAIVÁREJ: LA BENDICIÓN DE DAVID Y
NEHEMÍAS (Hebreo-Fonética-Español)
Por Kabbalah y Torah
Los kabbalístas nos enseñan que hay
dos prerrequisitos para activar el poder de una ‘Tefil´lá’ (“oración”):
1) Entender el significado interno
de la oración, y
2) Tener certeza de que la Tefil´á
producirá la Luz y energía que está destinada a generar. La siguiente oración
nos imbuye con el poder de la certeza.
VADDÁI ודאי (certeza) es creada por la primera letra de cada una de las
primeras 4 palabras en esta oración. Cualquiera que recite esta oración
despierta una sensación intensa de certeza en su vida. Si no tenemos la certeza
de que esta oración funcionará, entonces no lo hará. El trabajo del Satán
(“adversario”, “oponente”) es llenarnos de incertidumbre cada vez que puede,
incluso mientras leemos estas palabras. Esta oración combate nuestras dudas e
incertidumbres, y nos llena de convicción y certidumbre.
Hasta ‘AZ IASHÍR
MOSHÉ’ (“La Canción del Mar”) tenemos 10 veces el Nombre יהו"ה, 5 por Jasadím y 5 por
Guevurót.
Esta Tefil´lá contiene dos partes.
La primera va desde el comienzo de la plegaria “VAIVÁREJ DAVÍD - Y David bendijo” hasta “TIFARTÉJA -
Tu gloria” y consiste de 4 versos de Divré HaIamím Álef /1º Crónicas (29:10-13).
La segunda parte ha sido tomada de
Nejemiá/Nehemías (9:6-11). La conexión entre estas dos partes deben observarse
en las declaraciones del Rey David y Nehemías respectivamente.
Cuando el Rey David sintió que
habían llegado sus últimos días reunió a todos los príncipes de Israel y a los
capitanes de su hueste. Entonces se puso de pie e hizo una conmovedora
declaración en la cual les informaba que su esperanza más grande en la vida era
construir el Bét HamMikdásh (“Templo de Jerusalén”) para que el pueblo de
Israel pudiera servir a Di-s con todo su corazón. Pero Di-s le dijo que él, un
hombre de guerra, no podía construir el Bét HamMikdásh ya que sus manos estaban
manchadas de sangre, por así decirlo, pero que su hijo Shelomó/Salomón, quien
le sucedería, construiría el Templo Sagrado. Es entonces que en una despedida
final David bendijo al Señor ante toda la congregación. Estas conmovedoras
palabras son ahora parte de la plegaria diaria.
Muchos años más tarde, luego del
exilio en Babilonia, cuando los hijos de Israel comenzaron a retornar a su
propia tierra y a reconstruirla, su líder Nejemiá/Nehemías también reunió a los
hijos de Israel. Luego de hacerles un llamado para que volvieran a Di-s con
todo su corazón, les ordenó que se pusieran de pie y bendijeran a Di-s, el
Creador del Cielo y la Tierra. Esta plegaria, a su vez, conduce a SHIRÁT HAIÁM
(“La Canción del Mar”), que es la culminación de todo el Pesuké de Zimrá.
Debido a la importancia de esta
plegaria y también por el hecho que estas palabras fueron pronunciadas de pie,
tanto por el Rey David como por Nehemías y sus perspectivas audiencias, el
judío también la dice de pie. Se acostumbra también en muchas congregaciones
pasar la alcancía de Tzedaká (“caridad”) cuando se recita esta plegaria en la
sinagoga, para que los devotos tengan oportunidad de dar Tzedaká. Esto le da
más peso a la plegaria en la cual se proclama que todo le pertenece a Di-s,
incluyendo las posesiones terrenales. Es por lo tanto correcto dar parte de las
posesiones para Tzedaká.
Ponte de pie mientras
recitas “VAIVÁREJ DAVÍD”:
וַיְבָרֶךְ דָּוִיד אֶת־יְהֹוָה
לְעֵינֵי כָּל־הַקָּהָל וַיֹּאמֶר דָּוִיד בָּרוּךְ אַתָּה יְהֹוָה אֱלֹהֵי יִשְׂרָאֵל
אָבִינוּ מֵעוֹלָם וְעַד־עוֹלָם
VAIVÁREJ DAVÍD
ET-ADO-NÁI LE´ENÉ KOL-HAKKAHÁL
VAIÓMER DAVÍD BARÚJ
ATTÁ ADO-NÁI ELO-HÉ
ISRAEL AVÍNU MEÖLÁM
VEÄD-ÖLÁM
Y bendijo David al Señor en
presencia de toda la asamblea. Y David dijo: Bendito eres, oh Señor, Di-s de
Israel, nuestro padre por los siglos de los siglos
לְךָ יְהֹוָה הַגְּדֻלָּה
וְהַגְּבוּרָה וְהַתִּפְאֶרֶת וְהַנֵּצַח וְהַהוֹד כִּי־כֹל בַּשָּׁמַיִם וּבָאָרֶץ לְךָ יְהֹוָה הַמַּמְלָכָה
וְהַמִּתְנַשֵּׂא לְכֹל לְרֹאשׁ
LEJÁ
ADO-NÁI HAGGUEDUL´LÁ VEHAGGUEVURÁ
VEHATTIFÉRET VEHANNÉTZAJ VEHAHOD
KI-JÓL BASHSHAMÁIM UVAÁRETZ
LEJÁ ADO-NÁI HAMMAMLAJÁ
VEHAMMITNASSÉ LEJÓL LERÓSH
Tuya es, oh Señor, la magnificencia,
y el poder, y la gloria, la victoria, y el honor; porque todas las cosas que
están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Señor, es el reino, y la
altura sobre todos los que están por cabeza
וְהָעֹשֶׁר וְהַכָּבוֹד מִלְּפָנֶיךָ
VEHAÖSHER VEHAKKAVÓD
MIL´LEFANÉJA
De Ti proceden la riqueza y el
honor.
Dar ‘Tzedaká’ (“caridad”) también
ayuda a despertar la certeza. En esta oración, tomamos 3 monedas y las
colocamos en la mano de un compañero de la congregación o en una caja de
Tzedaká (como lo explica el Arizál en el párrafo siguiente):
Primero colocas 2 monedas en la mano
de un compañero o en la caja de Tzedaká, seguidas de la última moneda.
La primera moneda corresponde a Leá y
representa a la letra י Iud.
La segunda moneda corresponde a
Maljút de Biná, que está en la cabeza de Zéër Anpín (de donde proviene Leá) y representa
la primera letra ה Hé.
La tercera moneda corresponde a Rajél,
la Nukvá inferior, y representa a la letra ו Vav.
Y la mano o la caja de Tzedaká
representan a la ה Hé final, el Mundo de Maljút.
וְאַתָּה מוֹשֵׁל בַּכֹּל וּבְיָדְךָ
כֹּחַ וּגְבוּרָה וּבְיָדְךָ לְגַדֵּל וּלְחַזֵּק לַכֹּל
VEATTÁ MOSHÉL
BAKKÓL UVIADEJÁ KÓAJ
UGVURÁ UVIADEJÁ LEGADDÉL
ULJAZZÉK LAKKÓL
Tú gobiernas sobre todo y en tu mano
están el poder y la fortaleza, y en tu mano está engrandecer y fortalecer a
todos.
וְעַתָּה אֱלֹהֵינוּ מוֹדִים
אֲנַחְנוּ לָךְ וּמְהַלְלִים לְשֵׁם תִּפְאַרְתֶּךָ
VEÄTTÁ ELO-HÉNU
MODÍM ANÁJNU LÁJ
UMEHALELÍM LESHÉM TIFARTÉJA
Ahora pues, Di-s nuestro, te damos
gracias y alabamos tu glorioso Nombre.
אַתָּה־הוּא יְהֹוָה לְבַדֶּךָ
אַתָּה עָשִׂיתָ אֶת־הַשָּׁמַיִם שְׁמֵי הַשָּׁמַיִם וְכָל־צְבָאָם הָאָרֶץ וְכָל־אֲשֶׁר
עָלֶיהָ הַיַּמִּים וְכָל־אֲשֶׁר בָּהֶם וְאַתָּה מְחַיֶּה אֶת־כֻּלָּם וּצְבָא הַשָּׁמַיִם
לְךָ מִשְׁתַּחֲוִים
ATTA-HÚ ADO-NÁI
LEVADDEJÁ ATTA ÄSÍTA
ET-HASHSHAMAÍM SHEMÉ HASHSHAMÁIM
VEJOL-TZEVAÁM HAÁRETZ VEJOL-ASHÉR
ÄLÉHA HAIAMMÍM VEJOL-ASHÉR
BAHÉM VEATTÁ MEJAIÉ
ET-KUL´LÁM UTZVÁ HASHSHAMÁIM
LEJÁ MISHTAJAVÍM
Tú solo eres el Señor; Tú hiciste
los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo
lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y Tú vivificas todas
estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran.
אַתָּה־הוּא יְהֹוָה
הָאֱלֹהִים אֲשֶׁר בָּחַרְתָּ בְּאַבְרָם וְהוֹצֵאתוֹ מֵאוּר כַּשְׂדִּים וְשַׂמְתָּ
שְּׁמוֹ אַבְרָהָם
ATTA-HÚ ADO-NÁI
HAELO-HÍM ASHÉR BAJARTÁ
BEAVRÁM VEHOTZETÓ MEÚR
KASDÍM VESÁMTA SHEMÓ
AVRAHÁM
Tú eres, Señor, el Di-s que
escogiste a Abram, y lo sacaste de Ur de los caldeos, y le pusiste el nombre
Abraham.
וּמָצָאתָ אֶת־לְבָבוֹ
נֶאֱמָן לְפָנֶיךָ וְכָרוֹת עִמּוֹ הַבְּרִית לָתֵת אֶת־אֶרֶץ הַכְּנַעֲנִי הַחִתִּי
הָאֱמֹרִי וְהַפְּרִזִּי וְהַיְבוּסִי וְהַגִּרְגָּשִׁי לָתֵת לְזַרְעוֹ וַתָּקֶם אֶת־דְּבָרֶיךָ
כִּי צַדִּיק אָתָּה
UMATZÁTA ET-LEVAVÓ
NE´EMÁN LEFANEJÁ VEJARÓT
ÏMMÓ HABBERÍT LATÉT
ET-ERETZ HAKKENAÄNÍ HAJITTÍ
HAEMORÍ VEHAPPERIZZÍ VEHAIEVUSÍ
VEHAGGUIRGASHÍ LATÉT LEZARÖ
VATTAKÉM ET-DEVARÉJA KÍ TZADDÍK ÁTTA
Y hallaste fiel su corazón delante
de Ti, e hiciste pacto con él para darle la tierra del cananeo, del hitita, del
amorreo, del ferezeo, del jebuseo y del gergeseo, para darla a su descendencia;
y cumpliste tu palabra, porque eres justo.
וַתֵּרֶא אֶת־עֳנִי אֲבֹתֵינוּ
בְּמִצְרָיִם וְאֶת־זַעֲקָתָם שָׁמַעְתָּ עַל־יַם־סוּף
VATTÉRE ET-ÖNÍ
AVOTÉNU BEMITZRÁIM VE´ET-ZAÄKATÁM SHAMÁÄTTA ÄL-IAM-SÚF
Y miraste la aflicción de nuestros
padres en Egipto, y oíste el clamor de ellos en el “Mar Rojo”.
וַתִּתֵּן אֹתֹת
וּמֹפְתִים בְּפַרְעֹה וּבְכָל־עֲבָדָיו וּבְכָל־עַם אַרְצוֹ כִּי יָדַעְתָּ כִּי הֵזִידוּ
עֲלֵיהֶם וַתַּעַשׂ־לְךָ שֵׁם כְּהַיּוֹם הַזֶּה
VÁTTITTEN OTÓT
UMOFETÍM BEFARÖ UVJOL-ÄVADÁV
UVJOL-ÄM ARTZÓ KÍ IADÁÄTTA KÍ
HEZÍDU ÄLEHÉM VATTÁÄS-LEJÁ
SHEM KEHAIÓM HAZZÉ
E hiciste señales y maravillas
contra Faraón, contra todos sus siervos, y contra todo el pueblo de su tierra,
porque sabías que habían procedido con soberbia contra ellos; y te hiciste nombre
grande, como en este día.
וְהַיָּם בָּקַעְתָּ
לִפְנֵיהֶם וַיַּעַבְרוּ בְתוֹךְ־הַיָּם בַּיַּבָּשָׁה וְאֶת־רֹדְפֵיהֶם הִשְׁלַכְתָּ
בִמְצוֹלֹת כְּמוֹ־אֶבֶן־בְּמַיִם עַזִּים
VEHAIÁM BAKÁÄTTA
LIFNEHÉM VAIAÄVRÚ VETOJ-HAIÁM
BAIABBASHÁ VE´ET-RODEFEHÉM HISHLÁJTA
VIMTZOLÓT KEMO-ÉVEN-BEMÁIM ÄZZÍM
Dividiste el mar delante de ellos, y
pasaron por medio de él en seco; y a sus perseguidores echaste en las
profundidades, como una piedra en profundas aguas.
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