CITAS Y PENSAMIENTOS PARA TU BISHVAT
TU BISHVAT - EL AÑO NUEVO DE LOS ÁRBOLES
Cuando los árboles vieron que les fue dado a los hombres un Rosh
Hashaná. Fueron y dijeron: “Está escrito en la Ley que el hombre es como el
árbol del campo. El hombre se parece al árbol y el árbol al hombre. Ya que el
hombre tiene un año nuevo es justo que el árbol también lo tenga”. Viendo que
los árboles tenían razón les respondieron diciéndoles: “¿En qué mes quieren que
sea vuestro año nuevo?” Respondieron los árboles: “Ya que necesitamos el agua,
que sea en el mes de Shevat, en el signo de Acuario, y que no sea en otro mes
ya que en ese mes recibió Israel el precepto de plantar árboles frutales al
ingresar en la tierra”.
De esta forma, se instituyó el primer de día de Shevat, pero los
árboles dijeron: “No hay fiesta ni alegría en el mes de Shvat, sino únicamente
en Rosh Jódesh (el principio) de cada mes. ¿No tendrá Shvat un día especial?”
Concluyeron pues, como la casa de Hilel, que lo festejarían el 15
de Shvat hasta el día de hoy.
TU BISHVAT: RECONOCIENDO AL CREADOR
El Año Nuevo de los Árboles, Tu BiShvat, es un día en el cual
rezamos pidiendo que Di-s continúe brindándonos Su bendición en la forma de
frutos abundantes. Pedimos que se nos permita a todos disfrutar de los frutos
de los árboles durante el año que comienza. También es un día en el cual
debemos reconocer Quién es el que nos provee las frutas y la manutención en
general. Es un día en el cual debemos poner de manifiesto que aprovechamos la
manutención que recibimos para propósitos sagrados. No hay una manera mejor de
lograr estas tareas que tomando un fruto y recitando por él una bendición antes
de comerlo.
La Tierra de Israel es alabada por siete variedades de frutos que
se encuentran en ella:
אֶרֶץ חִטָּה וּשְׂעֹרָה וְגֶפֶן וּתְאֵנָה וְרִמּוֹן אֶרֶץ-זֵית שֶׁמֶן וּדְבָשׁ
ÉRETZ JITÁH USEÖRÁH VEGUÉFEN UTENÁH VERIMÓN ÉRETZ-ZÉT SHÉMEN UDEVÁSH
Una tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y granados; una
tierra de aceite de oliva y miel
(Devarim 8:8)
TU BISHVAT: RECTIFICANDO EL PECADO DE ADÁN Y JAVÁ
Mi maestro, de bendita memoria, afirmó que al comer la fruta la
persona debe tener la intención de rectificar el pecado de Adán, quien pecó al
comer del fruto del árbol. A pesar de que tenemos esta intención a lo largo del
año, éste día tiene una fuerza especial en este sentido, ya que es el Año Nuevo
para los frutos del árbol. De esta manera somos capaces de despertar las luces espirituales
superiores que deben brillar con una luz radiante y lograr influir grandes
bendiciones y abundancia sobre todo el mundo. Por lo tanto, antes de comer cada
fruto, se debe mencionar su raíz espiritual tal como se menciona en el Zohar y
Tikunim, para llegar a despertar sus raíces espirituales.
(Jaim Vital en Pri Etz Hadar)
EL HOMBRE Y EL ÁRBOL
El hombre es llamado un “árbol del campo”, tal como afirma el
versículo: “Porque el hombre es un árbol del campo” (Devarim 20:19). Pero en
verdad es un árbol invertido, porque las raíces del árbol están en la tierra
mientras que las “raíces” del hombre están arriba: su alma es la fuente de su
ser y ésta existe en el mundo espiritual. Los brazos del hombre son sus ramas,
sus piernas son ramas que se desprenden de las ramas, mientras que su cuerpo es
el tronco –porque la manutención de un árbol llega de la tierra mientras que la
manutención del hombre llega del Cielo.
(Nétzaj de Israel - Cap. 7 - El Maharal de Praga)
TZFAT - SEFAD
“Floreció la viña, brotaron las granadas y los
maestros de las Yeshivot y sus alumnos estudian en la ausencia de Satán y en la
falta del mal... y el viñedo de la Torá produce su vino añejo, y suben y bajan
en las medidas de la Torá, y pernoctan en sus profundidades. Y es rojo nuestro
viñedo, y las mandrágoras dan su aroma, y sobre nuestras puertas cantan los
trovadores, que no son sino los estudiantes que se paran erguidos, y suben
multitudes de sabios estudiantes”
(Yosef Caro acerca de su ciudad Tzfat/Safed en
el siglo 16 E.C)
EL JAJAM Y EL FRUTO DEL ÁRBOL
“Por Rabi Akiva dijeron: un estudioso de la
Ley no puede vivir en una ciudad sin árboles, ya que los frutos iluminan a los
ojos”
(Sanhedrín 17b)
EL FLORECIMIENTO DE TU BISHVAT
Tu BiShvat tiene un poco de cada fiesta. De
Pesaj tiene el séder. De Shavuot, que es cuando es juzgado el fruto de cada
árbol (Rosh Hashaná 16a). De Sucot, que es en Tu BiShvat cuando rezamos para
que el etrog que vaya a crecer a partir de ese momento, sea bellísimo y apto
para cumplir con la mitzvá de los “Arbat HaMinim” (las cuatro especies). De
hecho hay quienes afirman que como en la Mishná Tu BiShvat aparece como “Rosh
Hashaná la-Ilan”, en singular, es decir “el año nuevo del árbol”, es
sencillamente porque se refiere únicamente al etrog. De Rosh Hashaná es obvio.
¿Y de Yom Kipur? Tal vez la idea del tikún como reparación. Una idea hoy más
vigente que nunca cuando sabemos cómo vamos destruyendo la naturaleza con
nuestras acciones cotidianas.
Y así como tiene un poco de cada fiesta, su
celebración tiene un poco de cada diáspora. También su nombre. Se acostumbró
llamarlo Jamishá Asar Bishvat (15 de Shvat) y con el tiempo, sólo Jamishá Asar
(el quince), que se pronunciaba como una sola palabra “jamishasar”. Los judíos
oriundos de los países árabes lo llamaron en árabe “La fiesta de los árboles” o
“Tafkia el Sgar” (“El día del florecer de los árboles”). En las comunidades de
habla ladina, lo llamaron simplemente “Frutas”-la fiesta de las frutas-y en
otras “Rosasana de los arbores”.
En cuanto a las costumbres, podemos mencionar
las siguientes, entre las tantísimas existentes: En Jerusalén, los niños
enviaban obsequios frutales en bandejas o en bolsitas especiales que se
asemejaban a las “mishloaj manot” (el envío de porciones) de Purim. En algunas
comunidades sefardíes como la de Salónica obsequiaban a los niños bolsas
bordadas, con frutas, a las que llamaban en ladino “frutas bolsas”. Y también
acostumbraban a organizar representaciones teatrales especiales en ladino, de
las cuales participaban los jóvenes, disfrazados de árboles, y cada árbol
cantaba su canción acompañado de un coro.
Los cabalistas de Tzfat/Safed acostumbran a
dirigirse a la cueva de Rabi Shimón bar Yojai en Pekiin, y realizar un acto de
recolección de los frutos del algarrobo del árbol que se encuentra en la
entrada de dicha cueva. Probablemente la costumbre esté asociada también a la
hermosísima leyenda de Joni HaMeaguel, un texto ideal para Tu BiShvat que se
encuentra en el Talmud (Taanit 23b).
En Esmirna se comían y bendecían frutas especiales
de acuerdo a los miembros de la familia. Así, el dueño de casa bendecía sobre
un pan de trigo, ya que el trigo representa la paz, como está escrito “Ha
impuesto la paz en las fronteras, te da en abundancia la grosura del trigo”
(Tehilim/Salmos 147:14). El ama de casa lo hacía sobre la viña ya que está
escrito “Tu mujer será como una parra fecunda” (Tehilim 128:3). Los niños
bendecían sobre la oliva, por el versículo “Tus hijos serán como brotes de
olivo en torno a tu mesa” (Tehilim 128:3), y las niñas bendecían sobre las
granadas y las nueces como está sugerido en “toda espléndida, la hija del rey,
va adentro, con vestidos en oro recamados” (Tehilim 45:14). Y por los bebés se
bendecían dátiles y manzanas de acuerdo a los versículos del Shir HaShirim/Cantar
de los Cantares que dicen “debajo del manzano te desperté, allí donde te
concibió tu madre, donde concibió la que te dio a luz” (8:5) y “hay miel y
leche debajo de tu lengua” (4:11).
En Alepo (Siria) en vísperas de la fiesta se
acostumbraba a leer en la sinagoga los Diez Mandamientos en lengua árabe. Cada
uno de los mandamientos era vendido y el comprador pagaba por él y luego lo
leía, antes de retirarse a su casa para la cena festiva.
Una costumbre bellísima es distribuir 91
monedas para tzedaká/caridad en el día de Tu BiShvat, ya que en guematria el
valor de la palabra אילן “ilán” (árbol) es
precisamente 91.
“Y CUANDO ENTRES EN ESTA TIERRA, PLANTARÁS
ÁRBOLES” (Vaikrá/Levítico 19:23).
Y sobre este texto el midrásh agregó: “El
Santo, bendito sea, inmediatamente después de la creación del mundo se ocupó de
plantar árboles. Por esto fue escrito: “Y el Señor, Di-s, plantó un jardín en
el Edén” (Bereshit/Génesis 2:9. Por eso, cuando entres en la tierra de Israel,
en lo primero que te vas a ocupar será en plantar árboles” (Vaikrá Rabá 25)
TEFILÁ PARA BENDICIÓN DE ÉRETZ ISRAEL (Para
ser recitada en la ceremonia de plantación de un árbol en la Tierra de Israel)
Padre en los Cielos: Tú que has construido
Sión y Jerusalén, Contempla desde Tu Morada en los Cielos y bendice esta Tierra
Santa Para que nuevamente mane leche y miel. Sea esta tierra cara a Tus ojos;
vuelca sobre ella lo mejor de Tu misericordia, Bríndale la bendición del rocío
y envía las ansiadas lluvias en tiempo propicio para abrevar los montes de
Israel brindando belleza y bendición. Infunde fuerza a los brazos de todos los
que trabajan esta Tierra Santa. Y dispensa Tu favor a la labor de sus manos.
Amén
(Ben-Tzion Meir Jai Uziel)
“De todos los actos benditos en los que
estamos involucrados en esta tierra, no sé si hay alguna experiencia más
fructífera y con resultados tan útiles como la de plantar árboles. Ellos le
agregan belleza a la escena de nuestro país, mejoran su clima y aumentan la
salud de sus habitantes”.
(David Ben Gurión)
TU BISHVAT: PROMESAS DE REDENCIÓN
וְשַׁבְתִּי אֶת-שְׁבוּת עַמִּי יִשְׂרָאֵל וּבָנוּ עָרִים נְשַׁמּוֹת וְיָשָׁבוּ
וְנָטְעוּ כְרָמִים וְשָׁתוּ אֶת-יֵינָם וְעָשׂוּ גַנּוֹת וְאָכְלוּ אֶת-פְּרִיהֶם
VESHAVTÍ
ET-SHEVÚT ÄMÍ ISRAEL UVANÚ ÄRÍM NESHAMÓT VEYASHÁVU VENATEÜ JERAMÍM VESHATÚ ET-YENÁM VEÄSÚ GANÓT VEAJLÚ
ET-PRIHÉM
“Pues restauraré de la cautividad a mi pueblo
Israel, y ellos edificarán las ciudades desoladas y las habitarán. Plantarán
viñas y beberán del vino de ellas; plantarán huertos y comerán de sus frutos
וּנְטַעְתִּים עַל-אַדְמָתָם וְלֹא יִנָּתְשׁוּ עוֹד מֵעַל אַדְמָתָם אֲשֶׁר נָתַתִּי
לָהֶם אָמַר יְהֹוָה אֱלֹהֶיךָ
UNTAÄTÍM ÄL-ADMATÁM VELÓ INATESHÚ
ÖD MEÄL ADMATÁM
ASHER NATÁTI LAHÉM AMÁR HASHEM ELO-HÉJA
Pues los plantaré en su tierra, y nunca más
serán arrancados de la tierra que yo les di”, ha dicho HaShem tu Di-s”
(Ämós/Amós 9:14-15)
TU BISHVAT: SEMBRANDO EL FUTURO
Desde que el algarrobo es una planta joven
hasta que da fruto pasan setenta años (Talmud de Babilonia Berajot 8a) Joni, el
maäguel, iba por un camino cuando vio a un hombre que estaba plantando un
algarrobo. Le dijo: "Cuantos años tardará en dar fruto este árbol?"
El otro le contestó: "Setenta años." Le dijo: "Y tú esperas
realmente vivir setenta años más y comer de él?" Le respondió el hombre:
"Yo ya encontré un mundo con algarrobos, que mis padres habían plantado
para mí - Así, ahora yo planto para mis hijos.
(Talmud de Babilonia, Taanit 23a)
SHLOMÓH HAMÉLEJ Y EL CORAZÓN DEL OLIVO
Cuando murio Shlomóh Hamélej – El rey Salomón,
todos los animales se entristecieron, lloraron todo el tiempo y dejaron de
comer. Asimismo, los árboles bajaron sus hojas y no dieron frutas, en muchas
ocasiones hablaban entre ellos sobre la grandeza de Shlomóh Hamélej. Solamente,
el árbol de olivo estaba callado y sus hojas se mantenían vivas como siempre.
Los árboles se enojaron con él, pensando que no se entristeció por la muerte
del Rey y lo excomulgaron de ellos.
Una noche, se oyó una fuerte explosión, todos
miraron hacia donde se produjo el ruido y vieron que el tronco del árbol de
olivo se partió en dos. En ese momento los árboles comprendieron que el olivo
sufrió más que ellos por la muerte de Shlomóh Hamélej, ya que su sufrimiento
vino del corazón, así, aunque por fuera no se vio, internamente sufrió mucho.
Por eso se dice que hoy en día, los troncos viejos del olivo están vacíos – por
la muerte de Shlomóh Hamélej.
TU BISHVAT: SEMBRANDO EL PRESENTE
En una ocasión el Rey Adrianus fue con su
ejército a luchar contra otro país. En el camino encontró a un viejo plantando
árboles de higo. Le preguntó el Rey al viejo: “¿Para qué haces eso? Estás tan
viejo y estás plantando árboles para los demás?
Le contestó el viejo: ¨Señor Rey, lo
importante es que estoy plantando. Si tengo el honor, podré comer de estas frutas,
si no, mis hijos lo harán.
Pasaron tres años y regresó el Rey Adrianus
por el mismo camino y vio una vez más al mismo viejo en el mismo lugar. Este
viejo tomó un plato con higo, se lo acercó a Adrianus y le dijo: ¨Señor Rey,
recibe este regalo para ti, soy el mismo viejo que viste hace tres años, ahora
puedes ver que no solo puedo disfrutar de las frutas que me dio este árbol, sino
que también te puedo ofrecer a ti.
Es así que podemos aprender que el hombre no
debe de dejar de plantar, no importan los resultados. Así como el mundo está
construido, debes de seguir construyendo
independientemente de los resultados.
(Midrásh Tanjuma)
Dijo Rabí Yojanán: Si estás plantando un árbol
y te dicen que ya llegó el Mashíaj. Debes de seguir plantando y ya después puedes
ir a recibir al Mashíaj.
(Avot de Rabi Natán)
¿A QUÉ SE COMPARA EL HIGO A LA TORÁ?
Todas las frutas tienen algo que se tira. Los
dátiles y uvas tienen semillas, las granadas tienen cáscaras pero el higo está
hecho todo para comer, nada se tira de él. De la misma forma es con la Torá, no
hay nada que se pueda tirar de ella.
(Yalkut Shimoni)
¿POR QUÉ SE COMPARA LA TORÁ A LA HIGUERA?
Porqué mientras que los otros frutos, como los
del olivo, la vid o el dátil se recogen todos a la vez, los de la higuera se
van cogiendo poco a poco. Lo mismo ocurre con la Torá. Se va aprendiendo un poco
hoy y otro poquito mañana, ya que no puede aprenderse toda en un año o
dos.
(Bamidbár Rabá 21)
"Dijo Rabí Jia Bar Aba, citando a Rabí
Yojanán: Qué quiere decir 'quien cuida de la higuera comerá de su fruto'
(Mishlé/Proverbios 27:18)? Por qué fue comparada la Torá con una higuera? Porque
de la misma forma que cuando uno busca en la higuera siempre encuentra otro
higo, también el que medita en la Torá siempre encuentra buen gusto"
(Eruvin 54A)
¿POR QUÉ SE COMPARA A ISRAEL CON UNA VID?
Porque como la vid, cuando sus propietarios
quieren mejorarla, la desarraigan y la plantan en otro sitio, aun así la vid
continúa floreciendo. De la misma forma cuando, Di-s quiso dar a conocer la
fama de Israel por todo el mundo, los sacó de Egipto y los llevó al desierto
donde empezaron a mejorar y donde recibieron la Torá.
(Shemot Rabá 44)
LA ALQUIMIA DE LA BENDICIÓN
Toda materia contiene una base de espiritualidad,
todo alimento comestible en particular, vegetal o animal, encierra lo que nuestro
sabios llaman una ¨Chispa de Kedushá”,
proveniente de las esferas espirituales superiores. Al pronunciar la Berajá
(Bendición) y al comer este alimento liberamos esta Kedushá y la integramos a
nuestra alma. La materia se convierte entonces en desperdicios. Nuestro ser,
así es enriquecido, al utilizar las fuerzas físicas que le procuran los
alimentos para estudiar la Torá y las prácticas de las mitzvot, va a elevar
esta Kedushá y volverla a su fuente superior.
(Yesod veShoresh Ha´avodá - Sháar Habrajot -
Itzjak Luria)
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