48. UNIDAD - מיה
En lugar de tratar de estar en lo correcto, debemos
reconocer que hay una verdad más elevada: la unidad. Necesitamos buscar la
armonía con nuestros oponentes, no porque esto sea una conducta moralmente
correcta, sino porque la unidad nos trae Luz espiritual duradera. Esto sirve a
nuestros mejores intereses.
Dos personas pueden tener opiniones opuestas y puntos de
vista conflictivos, sin embargo ambos pueden tener razón. La enemistad y la
amargura aparecen cuando la gente responde reactivamente unos a otros, con
intolerancia con respecto al punto de vista del otro.
La espiritualidad verdadera no toma en consideración los
conceptos vagos de correcto e incorrecto. Aspira a una verdad más elevada: la
noción de unidad, sensibilidad y tolerancia respecto a otros puntos de vista.
Es sólo el ego el que se ocupa de estar o no equivocado. La
única preocupación del alma es la unidad, ya que la unidad engendra paz y
felicidad.
Cuando tratamos con dignidad los puntos de vista de los
demás, especialmente cuando es dolorosamente difícil hacerlo, con frecuencia
descubrimos una nueva idea que trae bendiciones a nuestra propia vida. Este
sagrado Nombre debe ser usado cuando nos veamos atorados por nuestra manera de
ser, aferrándonos a nuestras opiniones sostenidas por largo tiempo e hirviendo
por causa de la ira y la frustración a causa de las ideas y creencias de otros.
Meditación
Por medio de estas letras pasamos la verdadera prueba de
carácter espiritual. Podemos ver todos los lados de los problemas que se nos
presentan. Nos enfocamos en la unidad y en el alma, en oposición a la división
de uno mismo.
“Yo alabaré a HaShem en gran manera con mi boca, y en medio
de muchos le alabaré”.
(Tehilim/Salmos 109:30)
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