SHEM 27 - SOCIO SILENCIOSO - IUD RESH TAV - יר"ת
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SHEM 27 - SOCIO SILENCIOSO - יר"ת
Vocalización: IRaT (Moshé Kordovero); Io/Re/Ta (A. Abbulaäfia).
Valor numérico: 610
Ángel portador del Nombre: Ierat´el.
Valor numérico: 641
“Líbrame, oh HaShem, del hombre
malo; guárdame de hombres violentos” (Tehil´lim/Salmos 140:2)
Significado: Jésed de Jésed. Este Nombre
canaliza la energía de Jésed en toda su pureza, trayendo consigo prosperidad y
abundancia, tanto material como espiritual. Es un Nombre de gracia y bendición.
Expande todo proyecto. Nos enseña a ver lo positivo de todas las situaciones y
llena el alma de optimismo y alegría de vivir. Todo ello viene confirmado por
la Guimmatriiiá del Nombre, una de cuyas permutaciones es ‘Iud-Tav-Resh’, Iater,
que significa abundancia, exceso; con la vocalización Iter tenemos el verbo
agregar, aumentar. Para obtener prosperidad y abundancia es tradicional en
Cábala utilizar de diversas formas el versículo 16 del Salmo 145. Vamos a ver
la relación estrecha que guarda con el Nombre יר"ת ‘Iud-Resh-Tav’. La clave
está en la letra ‘Iud’ del principio del Nombre, que es el anagrama de la
manifestación de la Luz infinita, de toda la potencialidad de la Luz. ‘Resh’ es
como un repetidor que amplifica y ‘Tav’ distribuye y hace llegar a todos los
seres del Cosmos.
“Potéaj Et-Iadeja Umasbía Lejol-Jai
Ratzón” (Tehil´lim 145:16) - “Abres tu mano (Iadeja, tu Iud) y satisfaces a
todos los vivientes con favor (hasta el máximo de su deseo)”.
Tenemos por un lado las iniciales de
las tres primeras palabras, Pe-Álef-Iud, un código para meditar en sí mismo. Su
valor numérico es 91, un número paradigmático por expresar la conjunción de los
Nombres HaVaIáH y ADO-NAI (26 + 65), Tiféret y Maljut, el Santo Bendito Sea y
la Shejiná. La meditación de estos Nombres se hace entrelazando sus letras (la
unión mística, fuente de toda bendición, el secreto de la Iud superior y de la
Iud inferior): IaHdVnHi. Tenemos por otro lado las tres letras finales de estas
mismas tres primeras palabras: Jet-Tav-Jaf. Son otro código para llevar a tierra
toda la energía del sustento material y espiritual que las iniciales generan
(91 es también Maajal, alimento, comida). Su valor numérico es 428, el mismo
que el de la palabra siguiente (la cuarta) del versículo, Umasbía, ‘y sacias’,
lo que expresa el sentido de las consideraciones anteriores. Por último, las
iniciales de las tres últimas palabras, ‘Lejol-Jai Ratzón’, forman la palabra
‘Rajel’ (Raquel), que en este lugar representa el Reino (Maljut) que necesita
el Shéfa (el sustento material y espiritual, la Influencia Divina) que viene de
lo alto.
Uniendo todo lo anterior: IaHdVnHi
(91) + Pe-Álef-Iud (91) + Jet-Tav-Jaf (428): 610, el número de Iud-Resh-Tav.
Podemos considerar el Ijud (unificación) anterior como una apertura de este
Nombre. Podemos meditar en él y a continuación en el ijud anterior, percibiendo
como la energía de la abundancia desciende llenando de gracia y prosperidad a
nuestras vidas y a todos los seres del Cosmos. Hay que tener en cuenta que el
principio de Jésed es voluntad de dar y no debemos olvidar poner en perspectiva
todo lo que recibimos, agradeciéndolo al Creador y poniéndolo en un contexto
que trascienda el “yo, mi, mío, para mí”. El pensamiento de Jésed siempre es
generoso, altruista, social. Busca la instauración de una sociedad justa y
solidaria, en la que haya una circulación y redistribución de la riqueza. El
instinto de posesión es una fuerza muy potente que se desequilibra con
facilidad, tendiendo a fortificar los muros de defensa del ego. Esto también se
ve confirmado por la guematria de 610, que es el número del ‘Álef-Nun-Iud’,
Aní, del yo, multiplicado por diez. Por supuesto, el antídoto místico es llevar
el Aní al Ain, la Nada, pero una forma práctica de hacerlo es cultivar el
desprendimiento mediante la institución del maäser, el diezmo (su valor numérico
es también 610). En lugar de multiplicar por diez, dividimos por diez y damos
la décima parte de nuestras ganancias a Tzedaká, es decir, obras de
beneficencia, obras sociales. Esto anula sistemáticamente toda la negatividad
de nuestras ganancias. Es como meter a la propia Luz en nuestro consejo de
administración. El diezmo fue instaurado por Avrahám, el Pilar de la
Misericordia, cuando después de la derrota de los reyes, dio a Malki-Tzédek,
sacerdote de E´l Ëlion (Di-s Altísimo) el diezmo de todo.
En el antiguo Israel, de cada cien
partes los israelitas daban diez a los levitas, y éstos, de sus diez partes
daban una a los Kohanim (sacerdotes). Encontramos así la proporción cien, diez,
uno, Kuf-Iud-Álef, que establece la justa relación entre las cosas: 100 + 10 +
1 = 111 = ‘Álef-Lamed-Pe’, Álef, la Unidad extendida. Hay que tener en cuenta que
Israelitas, Levitas y Kohanim representan respectivamente a las 3 partes del
alma, Néfesh, Rúaj y Neshamá. Mantener esa proporción en nuestro tiempo, nuestra
dedicación, nuestra energía, sería suficiente. Es imposible abarcar todas las
dimensiones infinitas de un Nombre de Di-s en unas pocas palabras. Hay dos
aspectos que apenas hemos mencionado. Uno es el de protección, enfatizado por
el versículo del Salmo 140. Toda persona que se abre y opera desde su Jésed,
con el sentido de dar, es decir, con grandeza de alma, siempre goza de una
protección especial de la Divinidad. El otro es el de la autoridad y liderazgo
espirituales que confiere Jésed. De hecho, este es el Nombre del Guía Interior,
el verdadero Maestro, a través del cual podemos unirnos a la Divinidad.
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Comentarios
Muchas gracias ! Tanta Sabiduría compartida. Bendiciones. Shalom
ResponderEliminarGracias yo apenas estoy esprendiendo y es maravillosa
ResponderEliminarestá sabiduria
Muchas gracias por tanta Luz!!! Shalom!!!
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