4. ELIMINANDO PENSAMIENTOS
NEGATIVOS - עלמ
Cuando los pensamientos obsesivos
nos invaden, como: la preocupación, la ansiedad, el miedo, el pesimismo, la
incertidumbre y las fantasías negativas; podemos retraer nuestras mentes y
enfocarnos en pensamientos que nos hagan avanzar y no retroceder.
Los pensamientos no se originan en
la materia física del cerebro. El cerebro es solamente una radio que transmite
los pensamientos de la mente racional. La transmisión real viene de dos fuentes
distintas: la fuerza de la Luz y la fuerza de la Oscuridad (Sitrá Ajará). Son
como dos estaciones de transmisión separadas que están al aire las 24 horas del
día.
La fuerza de la Oscuridad del ego
tiene el control sobre las ondas de nuestra mente, 24 horas al día y siete días
a la semana, a todo volumen, los pensamientos negativos y egocéntricos dominan
nuestra conciencia. Esta fuerza de la Oscuridad es la fuente de todos nuestros
miedos y dudas. En comparación, los pensamientos que vienen de la Luz casi ni
se notan. Sólo cuando logramos sacar de sintonía la señal transmitida por la
fuerza de la Oscuridad, es que logramos escuchar el débil sonido de nuestras
propias almas.
Los pensamientos recurrentes
incluyen: la incertidumbre, la preocupación constante, la aprensión y el miedo
excesivo; hasta el punto en que nos sentimos acosados por la ansiedad. Los
pensamientos negativos también incluyen esas cosas terribles que pensamos a
cerca de otras personas cuando nos agravian, o esos duros juicios hacia los
demás cuando los envidiamos.
Un comportamiento obsesivo
compulsivo también empieza con ideas negativas incontrolables. Reduciendo
nuestro proceso mental negativo liberamos la mente y automáticamente se reprime
la conducta obsesiva.
Un corazón frío es una apertura para
una embestida de pensamientos dañinos e improductivos. Cuando nuestros
corazones se vuelven abiertos y cálidos, sellamos esas aperturas de una vez y
por todas.
MEDITACIÓN:
Estamos ahora desconectando los
pensamientos destructivos que emanan del ego. En el espacio que se ha abierto,
suaves rayos de Luz espiritual inundan nuestro corazón y mente.
“Los ojos del Señor están sobre los
justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos”.
(Tehil´lím/Salmos 34:16)
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