SHEM 47 - TRANSFORMACIÓN GLOBAL - AIN SHIN LAMED
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SHEM 47 - TRANSFORMACIÓN GLOBAL - עשל
Vocalización: ËSaL (Moshé Kordovero);
Ä/Si/La (A. Abbulaäfia, vocal natural de cada letra).
Valor numérico: 400
Ángel portador del Nombre: Äsaliá´h.
Valor numérico: 415
“Servid a HaShem con alegría; venid
ante Su presencia con regocijo” (Tehil´lim/Salmos 100:2)
“Cuán grandes son tus obras oh HaShem;
muy profundos son tus pensamientos” (Tehil´lim 92:6)
Significado: Hod de Tiféret. Meditación.
La Luz de la Verdad de Tiféret expresándose mediante el intelecto de Hod. Valor
numérico (Äin-Sin-Lamed) = 400 = Maskil, inteligente, sabio, instruido,
iluminado. Como en Daniel 12:3: “Y los sabios (Maskilim) brillarán como el
esplendor (Zóhar, la luz del palacio de Hod) del firmamento (Rakíä), y los que
lleven a la justicia (Tzédek = el Jésed) a los muchos, como estrellas en el
cielo, por siempre y siempre”.
También, 400 = Shenim = dientes
(cambio - shinui, transformación) = Letra t, Tav (el Universo, el tiempo) = Báäl
Rajamim (Amo misericordioso). El sentido general es de transformación global,
empezando por la transformación personal, un movimiento que empieza por la toma
de conciencia y el conocimiento de uno mismo. El sendero Hod-Tiféret representa
el conjunto de nuestras programaciones, hábitos, identificaciones, atavismos,
dependencias, ídolos particulares ante los que nos inclinamos, etc., y que
entonces deben ser vistos a la Luz de la Verdad que este Nombre canaliza, y
después transformados en aras de un nuevo equilibrio, basado en una nueva
visión, la visión superior, la visión divina. Esto queda reforzado por el
significado jeroglífico por letras del Nombre: Visión global, Äin-conciencia; Sin-cambio,
transformación, ternario; Lamed- justicia, equilibrio. También la preposición Shel,
significa “de”. Äin, es “ojo” y “fuente”. El Nombre Äshaliá´h = Äin Shel I´ah,
puede leerse como el Ojo de Di-s, la fuente de Di-s. Su valor numérico: 415 es
el mismo que HakKadosh (el Santo, un Nombre de Di-s). También tienen el mismo
valor: Harir, manar, y Shakia, acequia, canal, campo de riego. Así pues, estos
son los significados fundamentales de este ángel: Meditación, Contemplación.
Nos eleva hasta la Divinidad. Abre un canal directo de comunicación con Di-s.
Da una visión global, de conjunto. Ilumina la mente, disipa los pensamientos
negativos y los juicios equivocados, fortalece la memoria. Si estamos
suficientemente claros en nosotros mismos, si somos receptivos a los mensajes
de lo interno, comprenderemos la enseñanza que se nos transmite respecto al
equilibrio y armonía universales y las leyes que lo rigen. Si somos honestos
con nosotros mismos, sin evasiones, también percibiremos la verdad de los que
nos rodean, sin proyecciones ni juicios negativos.
En los dos versículos de Salmos se
nos dan técnicas de meditación y de transformación: Tenemos en el primero: Äin
de ivdú, servicio (en el sentido de trabajo, en este caso trabajarse a uno
mismo). Sin de Simjá: Alegría, condición sine qua non para estar en la
Presencia, Lámed de lefanáv. El servicio a HaShem es cultivar con alegría la
conciencia de su Presencia. La última palabra Renaná, que significa exultación,
júbilo y también cántico indica un estado meditativo de emociones explosivas
que se usan para ascender. Es la técnica del Niggún, melodía espontánea sentida
y canturreada que se repite una y otra vez mientras el alma se va inflamando
hasta alcanzar precisamente eso, la conciencia vívida de la Presencia Divina.
No necesariamente con letra, pero en este caso ¿por qué no utilizar el
versículo del salmo como ‘Haga’ (mantra) cantado?
En el segundo versículo, de la
contemplación de la obra Divina que nos saca de nuestro estado de kadnut (mente
pequeña, estrecha) y nos lleva al estado mental de Gadlut (grandeza), pasamos a
la profundidad del pensamiento (atravesando el Abismo). Pensamiento: Majashaváh,
355 = Boré Ölam (creador del mundo) = Sefirá. Las Sefirot son definidas en el Séfer
Ietzirá como profundidades. Y tenemos el texto del Zóhar: “Sabed que los
Palacios (celestiales, en el texto se está refieriendo a las sefirót en el
mundo de Beriiiá, que el ioredé merkavá (viajero del carruaje) ha atravesado)
son Pensamientos-vistos-a-través-de-cortinas. ¡Sacad el Pensamiento y el
Palacio se vuelve en nada que la mente pueda agarrar ni la imaginación
representar! Y sabed, finalmente, que todos los Misterios de la Fe están en
esta doctrina: que todo lo que existe en el Mundo Superior es la Luz del
Pensamiento, el Infinito.” ¡Cuán grandes
son tus obras, cuán profundos tus pensamientos!
Parafraseando las instrucciones de
meditación del Séfer Ietzirá: El que desciende en la carroza se desviste de
todo lo que pertenece a este mundo y se prepara para entrar en el Mundo Futuro.
Desciende hasta el fin de su pensamiento y guardando su lengua de hablar y su
corazón de ponderar vuelve a su lugar y pone al creador de la forma de vuelta
en su trono [Majashaváh → Jashav Mah = medita en MaH (45) = Iud-Vav-Dalet He-Álef Vav-Álef-Vav He-Álef. El conductor de la carroza no debe
aceptar ninguna imagen o ser como teniendo autoridad en el Mundo Futuro el cual
sólo puede alcanzarse cuando el que desciende está “Atzló”, a su lado, y esta
condición de ser es el fundamento del universo (Atzilut).
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