62. PADRES EDUCADORES, NO PREDICADORES - יהה
El acto más grandioso que podemos efectuar en el mundo
físico es ayudar a otro ser humano a descubrir el resplandor de la Luz. Ése es
el verdadero propósito de ser padres. Cuando compartimos con nuestros hijos,
una Luz impresionante es revelada en nuestras propias vidas, en las vidas de
nuestra familia y alrededor del mundo.
Aunque participamos en traer a nuestros hijos al mundo,
debemos recordar que ellos no son nuestros, sino que son donaciones dadas a nosotros
por el Creador a fin de darnos la oportunidad de compartir, crecer y volvernos
personas más amables y tolerantes. Nuestros hijos nos dan la oportunidad para
ser la Luz y para esparcir la Luz. Necesitamos convertirnos en maestros sabios,
no en predicadores gritones.
En vez de tratar de predicar la verdad, o de legislar la
sabiduría, la gente iluminada sabe que debe vivir la verdad. Una persona que ha
sido tocada por la Luz sabe de forma innata que él o ella debe convertirse en
la personificación de su poder. Como velas debemos permitir que el resplandor
de nuestros pensamientos y acciones entusiasme e ilumine a nuestros hijos. Así,
los cambios en nuestras propias vidas se vuelven ejemplos para ellos e
inspiraciones a seguir.
Meditación
Deseemos compartir esta sabiduría de forma amorosa,
respetuosa y desinteresada con nuestros hijos.
El predicador dentro de nosotros es silenciado. El maestro
dentro de nosotros resplandece a través de todas nuestras acciones.
“El recibirá bendiciones de HaShem, y justicia del Di-s de
Salvación”.
(Tehilim/Salmos 24:5)
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