SHEM 22 - DENETER LA ATRACCIÓN
FATAL -
ייי
Vocalización: IeIaI (Moshé Kordovero);
Io/Io/Io (A. Abbuláäfia).
Valor numérico: 30
Ángel portador del Nombre: Ieiai´el.
Valor numérico: 61
“Se complace el Señor en los que le
temen, y en los que esperan en su misericordia”. (Tehil´lím/Salmos 147:11)
Significado: Nétzaj de Biná.
Asociaciones literales: Victoria del Entendimiento, o Inteligencia activa, o
rayo del Espíritu. Victoria en el sentido de proyección o manifestación de
inteligencia activa, creativa (según el diseño contenido en la Iúd, letra
semilla de Jojmá) como cuando se dice: “Y el Espíritu de Elo-hím aleteando
sobre la superficie de las aguas”. Y a continuación tenemos la proyección del
septenario en los siete días de la Creación, siendo el siete el número de Nétzaj.
Con este Nombre hay así una trasmisión directa de energía creativa de Biná a
Maljút.
Si bien toda letra representa una
cualidad o arquetipo de lo Divino, la Iúd, en sí misma, tiene el estatus de
Nombre Divino. Representa el punto de infinito, el Infinito en la
manifestación. Iúd es la Fuente de Luz. Dondequiera que aparece una Iúd hay una
proyección de Luz, una intervención activa de lo divino. Usamos la Iúd para
poner una semilla espiritual y para energizarla. En el Nombre Iúd-Iúd-Iúd su
poder manifestante y creativo es aumentado por las tres iudím en la forma
triangular de Biná.
Iúd es siempre dadora. Se dice que es
la mano que da. Y el Nombre Iúd-Iúd-Iúd es la esencia de la bendición, la
bendición de los Kohaním, la bendición sacerdotal, tal como está escrito (Bemidbár/Números
6:22-26):
“El Señor habló a Moshé, diciendo:
Habla a Aharón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel,
diciéndoles: IHV´H te bendiga, y te guarde; IHV´H haga resplandecer su rostro
sobre ti, y tenga de ti misericordia; IHV´H alce sobre ti su rostro, y ponga en
ti paz. Y pondrán mi Nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.”
MEDITACIÓN:
Con este Nombre, Iúd-Iúd-Iúd, vemos
que la luz de la bendición nos llena por completo, en todos los rincones de
nuestro organismo, elimina toda negatividad. Nos trae curación, nos trae
vitalidad, renovación… alcanzamos el equilibrio perfecto, la paz. Y nosotros
mismos nos convertimos en canales de esta luz e irradiamos la paz, el Shalóm a
todos los mundos, a todas las zonas de la tierra donde hay conflictos armados,
donde hay terrorismo, donde hay opresión, todo tipo de discriminación y violencia.
Iúd-Iúd-Iúd = 30 = Ihié = será, la manifestación futura y permanente de lo
Divino, la Paz.
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