35. ENERGÍA SEXUAL - כוק
El sexo chisporrotea con energía
intensa y provoca un estado de conciencia elevado. Pero no es suficiente que
encendamos la llama, también debemos tener valor para sintonizar. Al sintonizar
el propósito espiritual del sexo, encendemos la pasión en nuestra energía
sexual. Este Nombre es nuestra llave para el encendido.
Tendemos a ver el sexo como un juego
mecánico, en lugar de un acto sagrado lleno de espiritualidad que es capaz de
generar placer duradero, lo cósmico y lo erótico están íntimamente ligados.
Existe una conexión bien definida
entre el vasto Universo y nuestra vida sexual personal. La atracción, la
excitación, las caricias, la fricción, las chispas y la fusión de dos personas
que hacen el amor tienen implicaciones místicas enormes. El beso o las caricias
sensuales de un ser amado contienen chispas de Luz.
Cada vez que lo masculino y lo
femenino se unen en el amor, nuestro mundo físico se une al Mundo Superior,
trayendo Luz a toda la existencia. Por lo tanto, hacer el amor también es
“hacer Luz”... para la pareja unida en el abrazo y para el mundo en general. Es
una experiencia que solamente puede ser descrita como: sexo divino.
La clave para esta unificación es
evitar el sexo egoísta. El deseo egocéntrico y el ego evitan que se haga la
conexión cósmica, y es en ese momento que la energía sexual comienza a perderse
en nuestras propias relaciones.
MEDITACIÓN:
Purificamos nuestros deseos de
manera que compartimos el amor y la energía con nuestra pareja, poniendo sus
deseos por encima de los nuestros. Encendemos la energía sexual para que
nuestra pasión ayude a elevar toda la existencia. Recuperamos la Luz que se
perdió debido a cualquier actividad sexual egoísta anterior.
“Mas yo a ti he clamado, oh Señor, y
de mañana mi oración se presentará delante de Ti”.
(Tehil´lím/Salmos 88:14)
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