SHEM 9 - INFLUENCIA ANGELICALES - HE ZAIN IUD
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SHEM 9 - INFLUENCIA ANGELICALES - הזי
Vocalización: HaZaI (Moshé Kordovero);
He/Za/Io (A. Abbulaäfia).
Valor numérico: 22
Ángel portador del Nombre: Hazi´el.
Valor numérico: 53
“¿Por qué, oh HaShem, desechas mi
alma? ¿Por qué escondes de mí tu rostro?”
(Tehil´lim/Salmos 88:15)
“Recuerda tu compasión, oh HaShem, y
tus bondades, pues ellas son eternas” (Tehil´lim 25:6)
Significado: He aquí otro Nombre
(como el nº 7) de valor numérico 22, cuya referencia inmediata es a las 22
letras del alefato (y a los senderos del Árbol). En el Séfer Ietzirá aprendemos
que las letras arquetípicas se generan en la segunda sefirá, Jojmá, que este
Nombre He-Záin-Iud canaliza de forma superlativa (Jojmá de Jojmá). Las letras
no son simples designaciones convencionales sino entes espirituales, es decir,
formas de conciencia/energía. De hecho, son la formulación primaria de la
conciencia/energía (otro nombre para el Espíritu).
Se dice que este Nombre da acceso al
entramado de ángeles, pero son las combinaciones de letras lo que constituye la
esencia de los seres angélicos en particular, y de todas las cosas en este
Cosmos viviente en general. Incluso en determinado plano los Nombres de Di-s se
expresan mediante letras. También el Sefer Ietzirá comienza con operaciones que
tienen lugar en el propio seno de la Deidad, como son el acto de “grabar su
Nombre”, para después proyectar el mundo. Dice así en su primer párrafo: “En
treinta y dos senderos secretos de Sabiduría, grabó Ia-H, HaVaIáH Tze-vaot, Elo-hé
Israel, Di-s de Vida (Elo-him Jaiim) y Rey del Universo, Di-s Todopoderoso (E-l
Sha-ddai), clemente y misericordioso, elevado y sublime, habitante eterno del
arriba y Santo, (grabó) su Nombre y creó su Universo con 3 Sefarim
(numeraciones): el número, la letra y la narrativa. Diez Sefirot del vacío y
veintidós letras fundamento: tres madres, siete dobles y doce simples.” (Nota:
Desde I-h hasta Santo hay 72 letras en el texto hebreo – 72 es un número
paradigmático para el despliegue de la Deidad. Observamos de paso cómo en el
Nombre He-Záin-Iud se encuentra codificado este conocimiento: el tres por el
número de letras (y de hecho, en todo Nombre de tres letras las posiciones
reflejan las distintas facetas del ternario); el siete está en la Záin central;
el doce en la suma de Záin + He; y el diez de las sefirot en la Iud final.
Continuamos con la exposición de las sefirót en el Séfer Ietzirá: La primera
(Kéter), el dominio de la Unidad, es el Espíritu del Di-s Vivo (Rúaj Elo-him Jaiim)
del que se dice que es la Vida de los mundos, la Voz, el Aliento y la Palabra,
y que éste es el Espíritu Santo. La segunda (Jojmá), que procede de la primera,
es el aire espiritual, en el que son grabadas y cinceladas las veintidós letras
como concreción del hálito divino, es decir, de la propia fuerza creativa de la
Deidad. Las letras no son nada sin ese hálito único que las anima: el Rúaj HakKódesh
o Espíritu Santo. O, por decirlo aún de otra forma, las letras son los moldes
metafísicos o vasijas que contienen y expresan la energía viva (Luz) del
Espíritu Divino.
Cito del artículo Las letras de la
Creación: “Lo tremendo es que el ser humano - imagen y semejanza del Creador -
puede también usar ese poder (con permiso divino). Y ello en una doble
dimensión: mágico-creativa y mística. El aspecto mágico-creativo lo tenemos en
su máxima expresión en las leyendas sobre el Golem: el homúnculo moldeado con
arcilla sobre el que el cabalista proyecta la forma espiritual completa creada
mediante las técnicas del Séfer Ietzirá. El aspecto místico es el de conexión
con la Luz Divina; tiene como meta el desarrollo espiritual del practicante y
usa las letras como canales, en correspondencia con los elementos expresados
anteriormente y los senderos del Árbol de la Vida. Más interesante que crear un
golem externo es dar forma espiritual al propio cuerpo de luz con el que, por
ejemplo, poder ascender en meditación a los mundos superiores”.
Y también la cita de A. Green en
Your Word Is Fire con que termino ese artículo: “Entra en cada letra con toda
tu fuerza. Di-s mora dentro de cada una; al entrar en ella, te haces uno con
Él.” La meditación en el Nombre Hé-Záin-Iúd nos ilumina sobre el sentido
interno de las letras y nos conecta con su energía. Jojmá es llamado el Edén
Superior. El jardín del Edén (Gán Ëden) es el dominio de la Conciencia en el que
fue colocado el andrógino (Adam) para que lo trabajara y cuidara (por ejemplo,
dando nombres).
El valor numérico del ángel Hazi´el
es 53 = Gan. Trabajar sobre las letras nos coloca en ese nivel de conciencia. Es
Sabiduría. Vibrar las letras en meditación. Una respiración tras cada una. Dos
cada triplete. Componer una sinfonía de pensamiento puro.
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