SHEM 7 - EL ADN DEL ALMA - ALEF KAF ALEF
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
SHEM 7 - EL ADN DEL ALMA - אכּא
Vocalización: AKA (Moshé Kordovéro);
A/Ka/A (A. Abbuláäfia).
Valor numérico: 22
Ángel portador del Nombre: Akai´áh o
Ajai´áh. Valor numérico: 37
“Yo me acosté y dormí, desperté
porque el Señor me sustentaba”. (Tehil´lim/Salmos
3:6)
“Compasivo y clemente es el Señor
tardo para la irá y abundante en misericordia”. (Tehil´lim 103:8)
Significado: Hod de Kéter: la
conciencia mística expresándose a través de la mente. Es la experiencia de la fe,
la Emuná, de la misma raíz que Emet (verdad): traer a la mente la percepción
supraconsciente captada a través de la intuición pura. La Verdad es su ética.
Esto se aplica tanto al conocimiento propio como de los secretos de la
naturaleza; a la honestidad con nosotros mismos y en nuestras relaciones. También
obtenemos como dones del Nombre inteligencia aguda y comprensión, percepción
clara de la realidad, sentido práctico, actitud positiva.
Actualmente no tenemos la visión global
de nuestra existencia. Álef-Kaf-Álef nos enseña paciencia del mismo modo que
Di-s es paciente. En la visión Divina todo aparece ordenado, en su lugar. Cesa
la sensación de caos, de fragmentación. Emergen pautas significativas. Vemos
claramente nuestra pauta de destino. Si queremos saber por qué estamos aquí
podemos recurrir a la meditación en el Nombre Álef-Kaf-Álef.
En efecto, el ángel del Nombre
Akai´áh = 37 = Iejidá, Chispa Divina (También Hebel = aliento y Lahab = llama,
suman 37). Por otro lado, Álef-Kaf-Álef = 22, número de letras y senderos del
Árbol de la Vida. Es la combinación y permutación de las letras lo que da
origen a todo lo existente, del mismo modo que la secuencia de los cuatro nucleótidos,
en sus diferentes ordenaciones, contiene la información genética de todo ser
vivo. Podemos así decir que el Nombre Álef-Kaf-Álef, como reflejo de la Chispa
Divina, es el código que nos conecta con el programa de ADN del alma, lo que
implica la comprensión del propio diseño y destino. Saber cuál es nuestra tarea
en la vida. Dar significado espiritual a las experiencias. Además, para
reforzar más el significado anterior, podemos contemplar las 2 Alefín del
Nombre como canalización de Jojmá y Biná (acróstico de Abbá veImmá, Padre y
Madre). Estas dos Sefirot están vertiendo en la Kaf, con el significado general
de energía de la Vasija (la palma de la mano que recibe).
En particular, siendo Kaf la cuarta
letra en el esquema de las siete letras dobles del Séfer Ietzirá, le
corresponde el centro del Corazón. Así, el Nombre Álef-Kaf-Álef, nos pone en
contacto con las fuerzas de la Creación, Jojmá y Biná, llenando con sus
mentalidades la Kaf en el corazón. Canalizamos una gran iluminación y tenemos
la posibilidad de comprender y hacer un uso creativo de estas fuerzas en
nuestras vidas.
Además la luz del Nombre activa
nuestra propia tríada Di-s en Hombre (Jojmá/Biná/Tiféret), propiciando el
descenso del Espíritu y alineando nuestra voluntad con la Voluntad universal.
Hay que tener en cuenta que 22 es también Álef-Iúd-Iúd-Álef, que es un
acróstico de los Nombres de Di-s de los tres Supremos: EHIÉ´H, IHV´H, IHV´H
ELO-HIM. También el Nombre tetragramático Álef-Hé-Váv-Iúd, un Nombre de Dáät,
tiene el valor numérico de 22. Se dice que es un Nombre que corresponde a la
era mesiánica. Álef-Kaf-Álef nos conecta con la mente de Di-s.
Este es un Nombre, Álef-Kaf-Álef, de
profundo equilibrio y unificación de nuestras polaridades masculina y femenina,
Yang y Yin, en el corazón. También 22 es Zivvúg, que significa cópula. La raíz
Iud-Jet-Dálet, con el significado general de unificación, asimismo suma 22.
Las 2 Alefín (Álef es aire) son los
dos alientos de las fosas nasales de Arij Anpín, el Rostro Inmenso, todo
misericordia. Imaginamos el hálito de vida que es respirado por sus fosas
nasales - inspiración y espiración - flujo y reflujo, proyección y reabsorción
de mundos, ser puro y devenir unidos en el sello único del infinito; y todo lo
que tiene vida respira este aliento. Kaf es la inicial de Kéter.
La influencia que desciende es lo que
se conoce como las 13 Middot o medidas de la misericordia (el versículo del
Salmo 103 las parafrasea).
Meditación: Visualizar un triángulo
de luz en el corazón (vértice hacia arriba): De este triángulo emergen trece
rayos de luz, uno del vértice superior y cuatro de cada uno de los lados del
triángulo, irradiando las 13 medidas de la misericordia, según está escrito (Shemot/Éxodo
34:6):
ADO-NAI ADO-NAI E´L RAJUM
VEJANNÚN ÉREJ
APPÁIM VERAV-JÉSED VE´EMET NOTZER
JÉSED LAALAFIM NOSÉ AVÓN
VAFÉSHA VEJATTAÁ VENAKKÉ:
HaShem, HaShem, Di-s misericordioso
y pródigo en gracia, lento para la ira y abundante en bondad y verdad, que
mantiene la bondad a los millares, que perdona la maldad y la rebeldía y el
error y absuelve.
Ado-nai (Tetragrámaton) en el
firmamento.
Ado-nai (Tetragrámaton) en el
corazón.
1. E´l: rayo de luz que parte del
vértice superior del triángulo y lo une con el Tetragrámaton en el
firmamento.
2. Rajum. 3. VeJannún. 4. Érej 5.
Appáim. Cuatro rayos del lado izquierdo del triángulo.
6. VeRav-Jésed. 7. Ve´Emet. 8. Notzer
Jésed. 9. LaAlafím. Cuatro rayos del lado inferior del triángulo.
10. Nosé Avón. 11. VaFésha. 12. VeJattaá.
13. VeNakké. Cuatro rayos del lado derecho del triángulo.
Desde esta estructura podemos enviar
luz, paz, armonía, plenitud, curación, consuelo, realización, etc., a cualquier
persona; podemos limpiar de negatividad toda situación y transmutarla; podemos
llenar la Tierra de vibraciones positivas para el Tikkún universal; podemos, en
fin, trabajar para que la materia sea transparente a la Luz, en vez de
apantallarla. El Nombre de Di-s que irradia las trece medidas de la
misericordia es nuestro transmutador, nuestro convertidor universal.
Traemos a la mente, por ejemplo, a
una persona que sabemos que sufre: quizá un ser querido, pero puede ser una
persona cualquiera. No consideramos sólo su posible dolor físico o superficial,
sino que incluimos toda su negatividad, suciedad interior, etc. Nos ponemos en
su lugar, dentro de él, y sentimos lo que él siente, experimentamos lo que experimenta
y cómo lo experimenta, sufrimos su propio sufrimiento, dejamos que se libere de
nuestro corazón la compasión que brota de la mente iluminada.
Ahora visualizamos todo su dolor
como un humo negro, denso, grasiento y hediondo. Con una inspiración lo traemos
a nosotros y lo llevamos al corazón. En cuanto este humo impacta sobre el
Nombre Divino en nuestro corazón se transforma en un aire de vida, luminoso y
brillante. La negatividad es transformada de raíz en su opuesto. Todo el
sufrimiento es transmutado en alegría, satisfacción, armonía, bienestar… que es
enviado (con la espiración) a la persona sufriente. Comprobamos cómo, bañada en
esta luz, es aliviada de su sufrimiento, liberada de su carga, redimida de su
culpa, llena de felicidad…
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Comentarios
Publicar un comentario