SHEM 3 - HACIENDO MILAGROS - סיט
Vocalización: SeIaT (Moshé Kordovero);
Sa/Io/Te (A. Abbuláäfia).
Valor numérico: 79
Ángel portador del Nombre: Sita´el.
Valor numérico: 110
“Diré yo al Señor, esperanza mía, y
castillo mío; mi Di-s, en quien confiaré. (Tehil´lím/Salmos 91:2)
Significado: Jésed de Kéter, el
absoluto de misericordia. Es el estado de conciencia de unidad omniabarcante
que se manifiesta como plenitud superabundante y dadora. En la representación
antropomórfica de los Rostros Divinos atzilúticos, el Aríj Anpín (Rostro
Inmenso) de Kéter es figurado como un Anciano de perfil porque en él todo es
misericordia, es decir, no presenta la doble cara de la misericordia y la
severidad – el juego de los dos pilares – del Rostro Menor (Zéër Anpín), representativo
de la fuerza activa de la Providencia o gobierno Divino del mundo. El primero
bascula en Kéter y el segundo en Tiféret. Por supuesto, ambos son uno sin
fisura, ya que la diferencia está en nuestra percepción, según nuestro nivel de
conciencia. Y este Nombre, Samej-Iúd-Tet, que canaliza el Jésed de Kéter –
valga la redundancia – hace descender la influencia hasta los niveles
inferiores a través de Tiféret. Cuando nuestro Iesód (ego) conecta con nuestro
Tiféret, estamos en estado de gracia, pero percibimos – y necesitamos – la
severidad, los límites, Guevurá. Cuando Tiféret conecta con Kéter – la unidad
que trasciende toda oposición, polaridad, complementariedad – Di-s es la
realidad central de nuestra conciencia y vivimos en el milagro. Y podemos
alcanzar este nivel a través de la armonía y el profundo equilibrio que este
Nombre trasmite. De hecho, eso es una condición necesaria. Su guematria nos
guía en la misma dirección, ya que 79 es el valor numérico de Iajín y Bóäz, las
dos columnas del Templo de Salomón, volviendo a indicar de nuevo equilibrio y
unificación de las polaridades. Se alcanza entonces el Déä, Conocimiento (de
donde deriva Dáät), que también suma 79, y que nos proyecta por encima del
abismo de nuestra subjetividad a los niveles de la Mente Divina.
Se habla de karma, de las
consecuencias de nuestras acciones, de la ley de causa y efecto, lo cual
evidentemente es cierto. Pero la misericordia, bondad, unidad y plenitud de Kéter
está por encima de todo nivel de acción (ya que encarna la propia Voluntad
Divina) y puede generar cualquier situación, cualquier transformación,
cualquier cambio, de forma que todo puede ser perdonado, borrado, trascendido.
Se invoca este nivel mediante el Nombre Samej-Iúd-Tet y también puede añadirse el recitado de las
trece medidas de la misericordia (trece, el número de Ejád, unidad, y Ahavá,
amor, como es sabido) tal como se hace en la llamada ceremonia del Tashlíj que
se hace en el ritual del día de Rósh HashShaná (Año Nuevo), cerca de agua,
lago, estanque, mar, o agua que corre, aunque puede realizarse en cualquier
lugar, momento y circunstancia. Se leen los tres últimos versículos del libro
del profeta Mijá (Miqueas), ya que en palabras del Zóhar: “Porque esta es la
tradición: Las trece medidas de la misericordia del Santísimo Anciano están
simbolizadas por estas cláusulas de Mijá/Miqueas 7:18-20: ¿Qué Di-s hay como tú, la primera; que
perdona la maldad, la segunda; y olvida el pecado, la tercera; del remanente de
su heredad?, la cuarta; no retiene para siempre su enojo, la quinta; porque se
deleita en la misericordia, la sexta; Él volverá a tener misericordia de
nosotros, la séptima; sepultará nuestras iniquidades, la octava; y echará a lo
profundo del mar todos nuestros pecados, la novena; darás la verdad a Iaäkóv,
la décima; la misericordia a Avrahám, la undécima; tal como lo juraste a
nuestros padres, la duodécima; desde los días antiguos, la decimotercera.
Es necesario poner la intención de
arrojar fuera toda nuestra negatividad, olvidarnos de quejas pasadas, rencores
y animosidades que podamos mantener. Es necesario repasar y examinarnos de
cualquier conflicto u hostilidad que podamos albergar y dejarlo partir para
siempre.
Podemos también meditar en este
versículo (Tehil´lím/Salmo 25:16) cuyo valor numérico total, 559, es el mismo
que el del Nombre Samej-Iúd-Tet extendiendo (deletreando) las letras: Sámej,
Iúd y Tet.
סמך יוד טית
“Mírame y ten compasión de mí porque
sólo y pobre yo (estoy)”. (Tehil´lím/Salmos 25:16) PENE-ELÁI VEJANNÉNI KÍ-IAJÍD VEÄNÍ ÁNI. Se puede leer en “negativo”, como un
grito desesperado. Pero también en positivo, como un estado de conciencia: Tu
rostro hacia mí y me llena de tu compasión porque estoy iajíd (unificado) y äní
(en vaciedad de espíritu) yo (en mi yo – aní que es ain – nada).
Gracias.
ResponderEliminarGracias
ResponderEliminarExelente
ResponderEliminarTodo lo mejor para ustedes
ResponderEliminarMuy bueno
ResponderEliminarExcelente!!! muchas gracias!
ResponderEliminarGracias
ResponderEliminarGracias, estoy necesitando de un milagro...
ResponderEliminarMuchas gracias desde Paraguay
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