SHEM 10 - LAS MIRADAS PUEDEN
MATAR -
אלד
Vocalización: ALaD (Moshé Kordovero);
A/La/Da (A. Abbuláäfia).
Valor numérico: 35
Ángel portador del Nombre: Aladi´áh.
Valor numérico: 50
“Oh Señor, Di-s de mi salvación, día
y noche clamo delante de Ti”. (Tehil´lím/Salmos 88:2)
“Sea tu misericordia, oh Señor,
sobre nosotros, como te hemos esperado”. (Tehil´lím/Salmos 33:22)
Significado: Canaliza la energía de
Biná de Jojmá, es decir, el poder de concebir de la sabiduría. Álef-Lámed-Dálet
literalmente, en hebreo, quiere decir “yo engendraré o produciré”, y también
“yo concebiré o daré a luz”, lo cual da idea de la capacidad de regeneración
que este Nombre canaliza. La raíz del verbo es Iúd-Lámed-Dálet (de la cual el
Nombre representa la primera persona del “futuro”). Ieled significa niño. El
valor numérico de Álef-Lámed-Dalet es 35, el mismo que el del Nombre Divino AGLA,
notarikón de la frase: ATTÁ GUIBBÓR LEÖLÁM ADO-NÁI, Tú eres fuerte (poderoso) por siempre
Señor. En el ritual judío de oraciones, en su parte fundamental (Ämidá), con
esta poderosa frase empieza la segunda de las llamadas 18 bendiciones (en
realidad son 19) que corresponde a Biná y que culmina con la bendición: “BARÚJ ATTÁ
ADO-NÁI MEJAIÉ HAMMETÍM - Bendito eres Tú, Señor, que
resucitas a los muertos”.
Cinco veces se menciona en el texto
de esta bendición el poder de Di-s de resucitar a los muertos, correspondiente
a las cinco formas de manifestación del alma humana: néfesh, rúaj, neshamá,
jaiá y iejidá. Porque la verdadera resurrección, el verdadero nacimiento, es a
la conciencia y vida divinas.
Por otra parte, el valor numérico
del nombre del ángel portador del Nombre, Aladi´áh, es 50, de nuevo un número
de Biná (las 50 puertas del Entendimiento) y de la letra Nun que significa
descenso y encarnación, y retorno y reencuentro del alma de su raíz divina. La
regencia arquetípica de este Nombre en el calendario tiene lugar en el centro
del periodo conocido como la cuenta del Ömer (49 días de tránsito o ascenso
entre Pésaj, la Pascua de la Liberación y el día quincuagésimo de la Revelación
– Shavuöt, la entrega de la Torá en el Sinaí). En este periodo, el día 18 de Iár,
se celebra la festividad de LaG BaÖmer, día de la muerte de Shimön bar Iojái,
en el que las puertas del cielo están abiertas y podemos experimentar un gran
despertar interior. La luz de este Nombre puede, si estamos abiertos a ello y
no nos resistimos al cambio, hacer nacer en nosotros la conciencia espiritual,
la conciencia de la inmanencia divina, la conciencia de nuestra divinidad.
Aladi´áh purifica y regenera a todos
los niveles. Por eso es también un gran sanador. Su energía curativa es una
manifestación del Jésed, y no es otra que la Gracia. Si contemplamos el Nombre
por sus letras vemos que contiene los dos Nombres Divinos de la energía, E´l y
Iá-h (Jésed y Jojmá), separados por la letra Dálet. Dálet significa Puerta y como
número cuatro también es una letra de Jésed. Tenemos la imagen de la puerta de
los Supremos abierta (el Nombre es Biná de Jojmá) y manifestándose como Jésed,
como Gracia – la energía del Bien – por debajo del Abismo. Esta Gracia es un
bien gratuito; expresa un modo esencial de ser divino. E igual que Jojmá puede
alumbrar mediante Biná todo cambio creativo, trascendiendo (dando nueva luz y
significado) a la ley necesaria, la Gracia de Jésed puede perdonarlo todo,
borrar todo karma negativo, limpiar todas las energías negativas acumuladas y
dar paso a nuevos principios en nuestras vidas. La curación que este ángel
canaliza es de arriba abajo, mediante el espíritu, esencial para neutralizar la
depresión y la angustia que provienen esencialmente de un bloqueo de la Luz.
Precisamente por la irradiación de su
energía positiva el Nombre Álef-Lámed-Dálet es un magnífico escudo contra el mal
y todo tipo de energías negativas (Attá Guibbór LeÖlám Ado-nái). En la cábala
se usa este Nombre para sellar el norte. AGLA es un Nombre de Guevurá, sobre
todo las que nos vienen de la maledicencia y envidias ajenas – el llamado mal
de ojo – que rebotan en su aura. A veces ocurre que pruebas o cambios
repentinos (Jojmá) aparecen en nuestras vidas. Su finalidad es hacernos cambiar
en el sentido de la sabiduría. Aladi´áh nos da los medios para transformar
estas situaciones como una oportunidad para elevarnos hacia nuestra naturaleza
superior. Podemos pedir a Aladi´áh que nos de la gracia y la fuerza necesarias
para experimentar el divino nacimiento y manifestar en nuestras vidas diarias,
como benefactores, nuestra divinidad.
Recitamos la segunda berajá de la Ämidá:
“ATTÁ GUIBBÓR
LEÖLÁM ADO-NÁI, MEJAIÉ METÍM
ATTÁ, RÁV LEHOSHÍÄ, (entre Pésaj
y Sheminí Ätzéret: MORID HATTÁL. Y desde
Sheminí Ätzéret a Pésaj: MASHSHIV HARÚAJ UMORID
HAGGÉSHEM), MEJALKÉL JAÍM BEJÉSED, MEJAIÉ METÍM
BERAJAMÍM RABBÍM, SÓMEJ NOFELÍM, VEROFÉ JOLÍM, UMATTÍR ASURÍM, UMKAIÉM EMUNATÓ
LISHENÉ ÄFAR. MI JAMÓJA BÁÄL
GUEVURÓT UMÍ DOMÉ
LÁJ, MÉLEJ MEMIT UMJAIÉ
UMATZMÍAJ IESHUÄ. VENE´EMÁN ATTÁ
LEHAJAIÓT METÍM. BARÚJ ATTÁ
ADO-NÁI, MEJAIÉ HAMMETÍM”.
“Tú
eres poderoso por toda la eternidad, mi Señor, Tú eres quien resucita a los
muertos y eres abundante para salvar. (entre Pésaj y Sheminí Ätzéret): [Él hace
descender el rocío]. (Y desde Sheminí Ätzéret a Pésaj): [Él hace soplar el
viento y caer la lluvia]. Sustenta a los vivos con bondad, resucita a los
muertos con gran misericordia, sostiene a los caídos y cura a los enfermos,
libera a los prisioneros y mantiene su fidelidad para los que duermen en el
polvo. ¿Quién es como Tú, Señor de hechos poderosos? ¿Y quién se te asemeja,
Rey que causas la muerte y haces vivir, y haces florecer la salvación? Y Tú
eres fiel para resucitar a los muertos. Bendito eres Tú, Señor, que resucitas a
los muertos”.
Shalom Qué maravilla la recitación de la segunda beraja de la amida
ResponderEliminarGracias por esta información d conexión espiritual.Shalom
ResponderEliminarmuchas gracias, gracias gracias gracias, hecho está
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