10. PROTECCIÓN CONTRA EL MAL DE OJO - אלד
Los maestros de la antigüedad
describen a este Nombre como un arma de guerra poderosa e invencible. Asegura
la victoria en la más grande e importante batalla de la historia de la
humanidad: el conflicto contra nuestro propio mal de ojo y el de los demás.
Una persona que posee mal de ojo
lleva consigo el ojo de la fuerza negativa destructora, por ello se le llama
“destructor del mundo” y la gente debe de estar en guardia contra ellos y no
acercárseles, para evitar ser lesionados por ellos.
Los ojos poseen poderes tremendos.
El ojo humano tiene la capacidad de transmitir tanto energía positiva como
negativa. El término “Äin Hará - mal de ojo” se refiere a los vistazos
negativos y miradas resentidas que recibimos de la gente que da cabida a
sentimientos destructivos contra nosotros. Al mal de ojo se le atribuyen muchas
de las desgracias de cada día.
Igualmente, cuando lanzamos mal de
ojo contra otras personas creamos una apertura mayor en nosotros mismos,
atrayendo aún más miradas negativas y los efectos dañinos que las acompañan.
Nos volvemos más vulnerables a medida que nuestras defensas espirituales son
debilitadas. El mal de ojo hace un daño igual al que lo lanza como al que lo
recibe.
MEDITACIÓN:
Nuestro propio deseo de echar mal de
ojo a otros es disminuido. Un escudo de energía positiva nos envuelve,
ofreciendo protección contra vistazos negativos, miradas de envidia y malas
intenciones de otros.
“Oh Señor, Di-s de mi salvación, día
y noche clamo delante de Ti”.
(Tehil´lím/Salmos 88:2)
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