ISRAEL Y EGIPTO

ISRAEL Y EGIPTO

 

Por Kabbalah y Torah en Expansión

 

¿Castigo o mala acción?

 

La Torá afirma que uno de los castigos por las malas acciones nacionales es que: “HaShem te hará volver a Egipto en naves, por el camino del cual yo te había dicho: “Nunca más volverás a verlo. Y allí os ofreceréis en venta como esclavos y esclavas a vuestros enemigos, pero no habrá comprador” (Devarim 28:68).

 

¿Por qué obligarnos a regresar a Egipto es un castigo? La Torá nos dice que: “los egipcios a quienes habéis visto hoy, no los volveréis a ver jamás” (Shemot 14:13), pero ¿es un castigo contravenir el mandato de la Torá?

 

Además, ¿por qué dijo HaShem esto sobre Egipto, pero no sobre otros ‘Galuiiot’ (exilios)? ¿Por qué se opone a nuestro regreso a Egipto, pero nos permite viajar a Babilonia o Media?

 

Además, ¿por qué nuestros ‘Jajamim’ (sabios) suelen hablar solo de 4 exilios: Babilonia, Media, Grecia y Edom, como en el versículo (Berreshit 15:12): “Y he aquí el terror de una gran oscuridad cayó sobre él”, pero el exilio de Egipto, que fue más severo que cualquiera de estos, no se menciona junto con ellos? Es decir, al hablar de la visión de Avraham sobre el futuro de sus descendientes: “VEHINNÉ  EMÁ  JASHEJÁ  GUEDOLÁ  NOFÉLET  ÄLAV - Y he aquí el terror de una gran oscuridad cayó sobre él”. ‘EMÁ’ (“temor”) se refiere a Babilonia. ‘JASHEJÁ’ (“oscuridad”) se refiere a Media. ‘GUEDOLÁ’ (“gran”) se refiere a Grecia. ‘NOFÉLET’ (“cayó sobre él”) se refiere a Edom. (Berreshit Rabbá 44:17).

 

Finalmente, ¿por qué se menciona tantas veces el éxodo de Egipto en la Torá?

 

La respuesta:

 

‘Arbá Galuiiot’ (“los 4 exilios”) corresponden a las 4 Letras del Nombre יהו"ה HaVaIáH, y el exilio de Egipto a la punta superior de la י ‘Iud’, que las supera a todas y es mayor que ellas.

 

Las 4 Letras del Nombre HaVaIáH corresponden a Jojmá, Biná, Tiféret y Maljut, respectivamente, mientras que el extremo superior de la ‘Iud’ corresponde a Kéter, la fuente de todas ellas. La supraconciencia es más poderosa y, por lo tanto, su ‘Tikkún’ (“rectificación”) es más crucial que todas las demás facultades del alma.

 

Por eso se menciona repetidamente [en la Torá] y no se menciona junto con los otros [exilios], porque es una clase por sí misma.

 

Ahora bien, el propósito del exilio es exaltar las chispas caídas de santidad que [se esparcieron por toda la tierra] se mezclaron con el mal debido al pecado de Adam. Este es el significado del versículo: “Todo esto he visto, y he puesto mi corazón en toda obra que se hace bajo el sol, cuando el hombre domina a otro hombre para su mal” (Kohélet 8:9). Esto significa que el ‘Rashá’ (“hombre malvado” vence al ‘Tzaddik’ (“hombre justo”) para su propio perjuicio, pues el hecho de que oprima y gobierne a Israel le permite a este extraerle por completo todas las chispas de ‘Kedushá’ (Santidad) que lleva dentro.

 

Aquí, ‘Rashá’ (“el hombre malvado”) y ‘Tzaddik’ (“el hombre justo”) se refieren a las fuerzas del mal y del bien. Así como en la visión de Iejezkel el conjunto de atributos divinos que fluían hacia la Creación tenía la forma de un hombre -y la anatomía del hombre terrestre refleja esta organización de fuerzas-, así también las fuerzas del mal se organizan en la forma humana.

 

Y dondequiera que ellos van, la Shejiná va con ellos, para elevar sus partes componentes.

 

La ‘Shejiná’ (Presencia Divina) acompaña a ‘Äm Israel’ (El Pueblo de Israel) en su ‘Galut’ (exilio), para reconstruirse a partir de las chispas caídas de su ser destrozado.

 

Por eso se nos ordena no regresar a Mitzráim (Egipto), pero no se nos prohíbe lo mismo con respecto a las otras naciones [que nos han oprimido], porque aún no hemos elevado todas [las chispas divinas] dentro de ellas.

 

“Y vaciaron a Egipto”, es decir que durante el exilio egipcio el Pueblo de Israel elevó todas las chispas divinas que había en esa cultura y país.

 

Por eso, el castigo por la mala acción es que HaShem los devolverá a Egipto en ‘Aniiiot’ (“barcos”). Dado que Mitzráim (Egipto) corresponde al extremo superior de la ‘Iud’, y que aún quedan chispas divinas por elevar en las otras tierras, que se comparan con Egipto como el cuerpo con la cabeza, Israel debe regresar a Egipto.

 

Al regresar a Egipto, el exilio general, Israel puede entonces proceder a elevar las chispas que quedan en los exilios derivados de las otras naciones.

 

Pero en cuanto a Egipto, nadie los comprará. Cuando había chispas de santidad arraigadas en ellos, deseaban gobernar a Israel. Pero como Egipto ya ha sido completamente refinado, ya no desea esclavizar a Israel. Por lo tanto, no querrán comprarlos como esclavos.

 

Bavel (Babilonia) corresponde a la cabeza, como está escrito: “Tú eres la cabeza de oro” (Daniiiel 2:38). Media y Persia corresponden a los 2 brazos, Grecia al torso, y Edom e Ishmaël a las 2 piernas. Por eso los 2 últimos exilios son largos.

 

El exilio actual se considera una extensión del exilio romano (Edom es Roma), ya que, cultural y legalmente, la civilización occidental comparte los valores y la cosmovisión de la antigua Roma. Un subconjunto de este exilio es el de Ishmaël, los árabes, considerados una antítesis de la civilización y los valores romanos, y que gobernarán al Pueblo de Israel durante un período coincidente con el exilio de Roma.

 

Esta es también la razón por la que ‘JaZaL’ (“nuestros sabios de bendita memoria”) se refieren a las etapas finales del exilio como “Ïkkevot HamMashíaj’ (“Los talones del Mesías”) porque en ese tiempo será necesario elevar [las chispas divinas] que han quedado enredadas en los elementos más bajos [de estos exilios], los pies.

 

Respecto a este cuerpo, ‘JaZaL’ dijeron: “El hijo de David no vendrá hasta que todas las almas hayan sido vaciadas del Cuerpo” (Ievamot 62a) refiriéndose a la santidad que se ha mezclado con el mal del ‘Rashá’ (“hombre malvado”) mencionado anteriormente.

 

El significado habitual de este dicho es que todas las almas que esperan en su almacén espiritual (conocido como el “Cuerpo”) deben nacer en este mundo físico al menos una vez para que llegue Mashíaj. Aquí, se interpreta como que todas las chispas divinas (“almas”) deben ser elevadas y, por lo tanto, vaciadas del cuerpo que representa a los exiliados de Israel.

 

Ahora bien, como dijimos, Egipto supera a todos los demás exilios, pues corresponde a la punta de la ‘Iud’ y trasciende al resto de este “Cuerpo”. Por lo tanto, cuando llegue Mashíaj y se complete el proceso de elevación y refinamiento de las chispas, “BIL´LÁ  HAMMÁVET  LANÉTZAJ - Destruirá a la muerte para siempre” (Ieshaäiahu 25:8) y las chispas serán totalmente elevadas como lo fueron en Egipto. Sobre esta época está escrito (Mijá 7:15):

 

KIIEMÉ  TZETEJÁ  ME´ÉRETZ  MITZRÁIM  ARENNU  NIFLAOT

 

Como en los días de tu salida de la tierra de Egipto, te mostraré maravillas”.

 

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